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El pasado sábado 31 de mayo, dos senderistas encontraron a una persona fallecida en el interior de un vehículo calcinado y, junto a este pero fuera del coche, el cuerpo de un hombre también quemado, aunque en mejores condiciones. El suceso tuvo lugar en el municipio pontevedrés Campo Lameiro. Tras los resultados de las pruebas de ADN, se ha confirmado que se trataba de una pareja: Marisol Costa Pereira, de 49 años, y José Ramón García Souto, de 50.

José Ramón era un maltratador con antecedentes que salió del calabozo días antes del suceso y que en una semana debía entrar en prisión por una brutal paliza a la que era su actual pareja, Marisol. Ramón fue sentenciado en 2019 a dos condenas de 21 y 10 meses de prisión por un delito de maltrato continuado hacia su expareja, aunque nunca llegó a ingresar en prisión.

"Todo el pueblo sabía cómo acabaría Marisol porque todos hemos sido protagonistas de cómo llegaba la Guardia Civil a la casa familiar y se llevaba a José Ramón por haber pegado al padre de Marisol, a ella y a su hijo. Yo he escuchado cómo él decía que si entraba en prisión la iba a matar", confirma una amiga y vecina de Marisol en conversación con EL ESPAÑOL.

Agentes de la Guardia Civil en el lugar en el que se encontraron los cuerpos. Europa Press

Hace unos cuantos años, según la amiga y vecina, cuando comenzó la relación, José Ramón se trasladó junto a la familia de Marisol a la casa familiar, pero tras la orden de alejamiento, él se marchó. Poco después, Marisol abandonó a su familia -su padre y sus cinco hijos- y se compró con su pareja una infravivienda en Moraña, Pontevedra. "Ella negó siempre que la maltratara".

El pasado 19 de marzo, la Audiencia Provincial de Pontevedra rechazó el recurso presentado por Ramón y ratificó una nueva pena de once meses de cárcel, además de imponerle una orden de alejamiento de Marisol por dos años, debido a una agresión ocurrida en una estación de lavado de coches en Cuntis, Pontevedra, en noviembre de 2021. Es en ese momento en el que Marisol entra en el sistema Viogén con riesgo alto.

Aunque los cuerpos se hallaron el 31 de mayo, la pareja llevaba una semana desaparecida. "El 22 de mayo dejé de saber de Marisol. Le mandé un mensaje al WhatsApp y nunca respondió, aunque sí me lo leyó".

En ese momento ya estaba durmiendo en el coche donde han aparecido calcinados. Según cuentan, habían comprado días antes garrafas de gasolina", comenta la amiga de Marisol.

Violencia machista

Desde que saliera a la luz el caso, las autoridades han descartado hablar de violencia machista, a pesar de que José Ramón cargara a sus espaldas un alto historial de violencia de género.

El subdelegado del Gobierno en Pontevedra, Abel Losada, ha transmitido un mensaje de "calma" a las víctimas de violencia de género, asegurando que "la intervención de la Guardia Civil en este caso, dentro del protocolo Viogén, fue intachable. Se cumplió con todas las medidas necesarias para garantizar la protección de la víctima".

El sistema Viogén, explicó Losada, "no tiene la capacidad de impedir que dos personas vivan juntas si así lo eligen. No es posible brindar protección a quien no acepta ser protegido. No se puede exigir a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que excedan los límites de sus funciones". Además, insiste en que "es la Guardia Civil la encargada de determinar si se trató de un asesinato u otra circunstancia".

Polémica en Moraña

El Concello de Moraña (Pontevedra) ha decretado tres días de luto oficial para la parejaque apareció calcinada en Campo Lameiro (Pontevedra). El Colectivo Feminista As Moiras considera"tremendamente indignante" que se decrete los mismos días de luto para agresor y víctima.

Este colectivo alerta que incluir al maltratador y a su víctima en estos actos de duelo supone un "retroceso incalculable" en el avance de toda la sociedad contra la violencia machista.

En Moraña las banderas ondearán a media asta y se suspenderán todos los actos públicos durante estas tres jornadas, en señal de duelo "por los dos vecinos desaparecidos", a cuyos familiares el gobierno municipal muestra su pésame.



"Las instituciones públicas no pueden invisibilizar de esta manera a las víctimas, cuando deberían ser las garantes y el principal motor para la eliminación de la violencia machista", subrayan desde As Moiras, una asociación feminista del municipio de Moraña.

El BNG también ha calificado como "indignante y profundamente inapropiado" y un "grave paso atrás" que se equipare el respeto hacia una mujer maltratada con su "maltratador sistemático", poniendo a agresor y víctima "en el mismo nivel".