Publicada
Actualizada

Junto a otros siete paracaidistas, Francisco Javier Palma C., guardia civil de profesión, se lanzó al vacío. Desde 14.000 pies, unos cuatro kilómetros, el cabo madrileño realizó su último salto el pasado sábado.

El agente, natural del municipio madrileño de Majadahonda, se encontraba en el aeródromo de Totana (Murcia). En torno a las 11:20 horas del sábado 7 de junio, el cabo chocó contra una valla metálica y perdió la vida.

Según ha podido saber EL ESPAÑOL, el cabo Palma gozaba de una carrera intachable en el Cuerpo Armado. Estuvo destinado en el Grupo de Acción Rápida de la Guardia Civil, más conocido como GAR.

Durante su etapa en la unidad de élite presente en la lucha contra el terrorismo y en la ejecución de operaciones de alto riesgo, formó parte de su plantilla en Logroño.

Hace un año, realizó un curso básico de la Unidad Militar de Emergencias (UME). Hasta que llegó al Servicio de Prevención de Riesgos Laborales de la V Zona de la Guardia Civil en Murcia.

Sus excompañeros, tanto del GAR como de la Oficina de Prevención murciana, sólo tienen elogios para el cabo Palma: "Era un gran guardia y un compañero excelente".

La Asociación Profesional de Cabos de la Guardia Civil también ha mostrado sus condolencias ante la pérdida de su compañero: "Lamentamos comunicar el fallecimiento del cabo primero Palma. Nuestro más sentido pésame a amigos y familiares".

Desde la APC aclaran que el guardia civil no estaba destinado en Totana, sino que el accidente aéreo sucedió en el aeródromo de la citada localidad murciana.

Este domingo, sobre las 12:00 horas, se instaló la capilla ardiente ubicada en el tanatorio de la pedanía Espinardo para dar el último adiós al guardia civil.

El cabo Palma quedó inconsciente al chocarse contra una valla metálica de la zona de aterrizaje del aeroclub de Totana.

Al lugar del suceso, se desplazaron efectivos de Emergencias Sanitarias 061, además de varios miembros del propio Instituto Armado. Los sanitarios solo pudieron confirmar la muerte del cabo primero.

Tal y como recoge el diario La Verdad, el aeródromo de Totana indicó que "no hubo fallo del paracaídas" ni "fallo del avión" y rechazan "categóricamente especulaciones que sugieren fallos técnicos".

En este sentido, agregan que "el accidente se produjo por una maniobra de aterrizaje muy violenta, en la que el paracaidista impactó contra una valla. Incluso podría decirse que la valla actuó como freno, amortiguando en parte el golpe".

El aeródromo murciano ya fue protagonista de un suceso hace escasos siete meses. Una avioneta que realizó un trayecto de Murcia a Jaen permaneció desparecida durante 48 días.

En la aeronave viajaban dos personas, Isabel y Alfonso. Se trató de un viaje familiar. Comunicaron la desaparición a la Guardia Civil.