Lleva el pelo largo, y a menudo viste camisetas con motivos de ciencia y animes que se dejan ver sin discreción en la abertura de su bata. Esta prenda es lo único que hace que el espectador que no conoce a Aythami Soto (Gran Canaria, 1993) se imagine que algo tiene que ver con el mundo de los laboratorios, porque su humor y juventud lo alejan del estereotipo del científico que cualquiera puede tener en la cabeza. Sin embargo, este químico triunfa en las redes haciendo experimentos al más puro estilo de Flipy, pero con una personalidad muy particular.
Ese carisma le ha permitido acumular audiencias de centenares de miles de seguidores en sus diferentes redes sociales: más de 825.000 en su canal de YouTube 'Ponte Bata', casi 630.000 en TikTok... Una popularidad que se está ganando a fuego con la calidad y el cariño que dedica a sus vídeos, donde lo mismo convierte oro en un explosivo, que aparece fabricando combustible de cohetes.
Hace cualquier cosa que se le ocurra porque conoce las leyes de la química, y juega con ellas como un alquimista. Eso sí, siempre de forma segura y desde el conocimiento que le otorga su amplia formación en esta ciencia: es graduado en Química, máster en Comunicación Científica y en estos momentos está realizando una tesis doctoral. "Los experimentos son un medio para contar una historia a la gente. Soy un profesional, y si los hago es porque estoy preparado y sé que no me va a afectar".
- ¿Hay algún experimento casero que nos pueda ayudar si sufrimos otro apagón?
- Aythami Soto: Los hay, y de hecho, cuando ocurrió el apagón me aseguré de tener ciertos reactivos, porque cuando me enteré que era a nivel nacional, me preocupé. Entonces, por ejemplo, hay ciertas sales como el permanganato de potasio o la lejía sin jabón que en muy poca cantidad sirven para purificar el agua.
Entonces puedes coger el agua de un río que esté limpia y en movimiento, le echas una gotita de lejía o una mini cucharadita pequeñita de permanganato de potasio y con eso te aseguras que el agua está limpia de bacterias. En la lejía sin jabón pone en los envases cuál es la cantidad para purificar agua, suele ser una gotita para un litro de agua.
Por otro lado, hay unas linternas que funcionan con orina o agua salada. Les pones una de las dos como electrolito, y en su interior tienen dos metales: uno de ellos es magnesio, el cual, en cuanto empieza a haber líquido salado, se oxida. Y eso genera electrones que alimentan la luz. Encima, estas linternas usan una luz LED, por lo tanto, con un mínimo de energía ya brillan un montón. Y esa es una de las cosas que me llevé para el apagón.
De muchos genios se rumorea -con mayor o menor acierto- que las matemáticas no se les daban bien en el colegio. Y curiosamente, ese es el caso de este divulgador científico, que pese a que asegura que de pequeño era "alumno de sobresaliente", reconoce que su 'kryptonita' "eran las mates".
El químico Aythami Soto muestra una roca con astato, un compuesto químico muy inestable.
- ¿Le gustaba la química cuando estaba en el colegio, o le parecía aburrida?
- Aythami Soto: Me encantaba, me acuerdo de que en el colegio siempre quería entrar en el laboratorio, al que no se llegaba hasta que cursabas cuarto de la ESO. Siempre que pasaba por delante me emocionaba pensar que pronto podría estar dentro. La química era algo relativamente sencillo para mí porque eran cosas que ya había visto o había investigado por mi cuenta.
Sin embargo, mi talón de Aquiles fueron las matemáticas. Me costó un montón aprobarlas, nunca tuve esa visión abstracta que pueden necesitar. De hecho, también las suspendí en bachiller. Como era estudiante de sobresalientes, nunca adquirí el hábito de estudio que requieren las mates. Incluso tuve que ir a particulares, y ahí me dijeron que tenía que hacer 40.000 ejercicios para poder comprenderlas, y solo así pude superarlas.
Como salta a la vista, siempre ha tenido clara su gran vocación: "Con 15 años lanzaba sodio en agua y explotaba. Era una forma de ligar con las chavalas, las llevaba a mi casa y les hacía experimentos, aunque no funcionara nunca... [entre risas]".
"Cuando empecé la carrera de Química en la Universidad de Gerona, el primer año lo suspendí todo menos la asignatura de química. Fue un año complicado porque me acababa de desplazar a Cataluña, sin tener ni idea de catalán". Pero tras superar esta época de 'bajón', se unió a un grupo de divulgación científica: 'Reacciona Explota', que fue el germen del canal de YouTube que ha catapultado su carrera.
El divulgador científico Aythami Soto realiza un experimento en un instituto.
- ¿En qué momento empieza a subir vídeos a YouTube?
- Aythami Soto: Conecté mucho con un profesor de la carrera, Josep Duran, que lideraba 'Reacciona Explota'. Con este grupo de divulgación, íbamos a los institutos a hacer experimentos, y nos fijábamos que incluso los típicos chavales que nunca se interesaban por nada, conectaban muchísimo con nosotros. Cuando yo estaba terminando la carrera, le propuse al profesor volcar lo que hacíamos a YouTube. Y así fuimos creciendo y mejorando el canal poco a poco.
Este viernes a las 16 horas, Aythami Soto visita la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) para participar en el Congreso SIMIP de investigadores de Bachillerato. "Siempre quiero enseñar que la química tiene el potencial de cambiar el mundo. Por eso, en la UPCT, voy a contar el caso de un chaval que con 17 años tuvo un accidente por el que sin querer inventó el tinte de color violeta, que en ese momento era muy difícil de conseguir porque la única forma de obtenerlo era machacando muchísimas toneladas de caracoles. Y este chaval, tras ese accidente, se convirtió en una de las personas más ricas del planeta".
- ¿Por qué considera tan importante acercar la química al público general?
- Aythami Soto: Porque necesitamos que la gente entienda que el mundo de hoy es un privilegio conseguido tras siglos de experimentación. Si Faraday no hubiera investigado, hoy no podríamos estar hablando. Si Volta no hubiera descubierto la batería… Y así con tantos investigadores. Todo lo que nos rodea es gracias a la química: nuestras comodidades y nuestra esperanza de vida. Y también es muy importante de cara a que la gente no se deje engañar, y cuando alguien les venda pastillas de homeopatía, sepan que no es una medicina, es agua con azúcar.
- ¿Cuál sería la mejor forma de enseñar la química desde los colegios e institutos?
- Ante todo, creo que los profesores no tienen la culpa de que haya alumnos que la detesten, es necesaria una reforma muy a nivel de sistema educativo. El problema es que la química se enseña desde un punto de vista muy teórico, mientras que esta ciencia nació en los laboratorios. Yo me enamoré porque tuve la oportunidad de verla.
Cuando una ciencia que es tan de ver, de tocar, de visualizar, la enseñas de forma muy resumida y muy teórica, estás perdiendo a la mitad de la gente en el camino. Muchas veces, en la universidad, cuando llega alguien a estudiar química es porque hay un profesor que quiso transmitirle esa pasión. Por tanto, esta ciencia necesitaría una reforma para hacer que fuera algo más vivo.
