El Mediterráneo se convierte -cada año- en un cementerio para muchos inmigrantes que buscan el sueño europeo pagando cantidades oscenas por embarcarse hacinados en una patera. Tan solo durante el año 2024 desaparecieron 2.273 magrebíes, argelinos o subsaharianos, según la organización Missing Migrants Project. Todos ellos perecieron en el Mediterráneo, tratando de llegar a las costas españolas de la mano de las mafias. Este drama se volvió a repetir la madrugada del lunes 17 de febrero en Águilas, cuando una patera con 26 almas incautas se dirigía a la playa de El Rafal y uno de sus tripulantes -natural de Argelia- perdió la vida.
Aquella trágica noche, a las 5.40 horas, varias patrullas de la Policía Local de Águilas se dirigían a toda velocidad a esa playa, para dar apoyo a la Guardia Civil ante la llegada de una patera con 26 inmigrantes. Dos de esos policías eran Andrés y Germán. En cuanto pisaron la arena, pusieron rostro al drama de la estadística que cada año denuncian las ONG: "Había un grupo de personas pidiendo ayuda, nadando hacia la orilla, pero varios se quedaron atrás", según narran estos agentes a EL ESPAÑOL.
Águilas es uno de los puntos clave del litoral murciano que utilizan las mafias de trata de seres humanos para realizar sus desembarcos clandestinos. Esta pareja de agentes que sienten sus uniformes como parte de su piel y llevan tatuada la vocación de servir a los demás, no dudaron ni un segundo en saltar al agua para socorrer a estos ciudadanos argelinos porque muchos de ellos apenas sabían nadar.
Esta rápida intervención salvó la vida de tres personas, nada de sin papeles, tres personas que dejaron atrás a sus familias y que fueron rescatadas por esta pareja de policías. "Habían zarpado desde Argelia y acababan de cruzar el Mediterráneo a bordo de una patera, en la que parece ser que viajaban 26 personas, de las cuales, se localizó sin vida en el mar a un joven de unos 25 años", según lamenta el agente Germán.
Lo más terrible es que esta muerte de un veinteañero pudo haber sido inducida. De hecho, ambos policías locales apuntan que "todo hace pensar" que este deceso fue responsabilidad de "los patrones de la embarcación: obligaron a los migrantes a saltar al mar a oscuras y en una zona donde no se hacía pie".
Una foto del rescate de los inmigrantes en la playa de El Rafal de Águilas.
El silencio que reinaba en la playa de El Rafal se vio roto por los alaridos desesperados de 20 tripulantes de la patera. "Otros compañeros de la Policía Local confirman que vieron cómo los patrones lanzaban al agua a la gente. Supongo que sería por las prisas de marcharse lo más rápido posible y no verse sorprendidos por la patrulla de la Guardia Civil", tal y como prosigue con el relato Andrés.
"Algunos no podían salir del agua y se estaban ahogando". A esto se suma que "hacía mucho frío y la temperatura del agua era baja" en pleno invierno. Todos estaban mojados y con síntomas de hipotermia". De forma que estos dos agentes se adentraron al Mediterráneo y se jugaron el pellejo, ya que la reacción habitual de una persona que se ahoga es aferrarse a lo que sea para flotar, sin pensar que también puede hundir al rescatador. "Era caótica la situación que se vivió aquella noche".
La vocación y la veteranía policial es un rasgo marcado en la personalidad de esta pareja de agentes con una larga trayectoria en la Policía Local. Andrés, a sus 45 años, "lleva dieciocho prestando servicio"; y Germán, de 47 años, suma "dos décadas" en el Cuerpo.
- ¿Cómo pudieron localizar a los tres inmigrantes a oscuras?
- Germán: Nada más bajar del coche patrulla, escuchamos gritos de pánico que procedían de la oscuridad del mar. Iluminamos la zona de agua más próxima a la playa y pudimos observar a unos treinta metros de distancia, a un grupo numeroso de personas pidiendo ayuda de forma desesperada.
"Viendo la situación, nos quitamos el cinturón policial y nos metimos en el agua", según toma la palabra Andrés. "Mi compañero se metió vestido, pero yo me quité las botas y el pantalón porque sabía que me iban a mermar a la hora de nadar". Acertó con esta decisión.
- ¿Qué pasó en el momento en el que llegaron hasta las personas que se estaban ahogando?
- Andrés: Estaban exhaustos y en las últimas. Se encontraban tan cansados que pudimos manejarlos y nadar con ellos. Tuvimos la suerte de que no se abalanzaron sobre nosotros. Tras sacarlos a la orilla, pensábamos que había más gente dentro, ya que se observaban bultos a unos 70 metros. Nos adentramos otra vez y comprobamos que eran objetos que habían arrojado desde la embarcación: comida, ropa...
Dos agentes, tras el rescate de los inmigrantes en la playa de El Rafal en Águilas.
Los dos supuestos patrones de la patera huyeron en dirección a la playa de Cala Blanca en Lorca: a diez kilómetros del litoral de Águilas. A bordo todavía llevaban a otros cinco inmigrantes, todos varones, procedentes de Argelia. Estos corrieron mejor suerte porque el fuerte dispositivo que se desplegó para peinar todo el Parque Regional de Cabo Cope y Puntas de Calnegre, les localizó en tierra, sanos y salvos. Nada ver con la situación que se seguía viviendo en la playa de El Rafal donde efectivos de Cruz Roja y del 061 tuvieron que atender a varios argelinos con sítnomas de hipotermia.
- ¿En qué momento descubrieron que un joven había fallecido?
- Germán: Una vez salimos del agua y regresamos a tierra, uno de los inmigrantes que había podido llegar a salvo a la playa, se acercó hasta nosotros y mediante gestos nos indicó que echaba en falta a un amigo suyo, así que hicimos una nueva búsqueda desde la orilla con las linternas.
Lamentablemente, localizamos el cuerpo de un joven, de 25 años, medio sumergido en el agua sin signos vitales. Inmediatamente, lo sacamos hacia la arena e iniciamos maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP), sin conseguir revertir la situación en la que se encontraba. Había fallecido.
Después de este triste incidente, Andrés explica que la Guardia Civil "se hizo cargo del traslado" de este grupo de personas. "Normalmente, los llevan a una Comisaría de la Policía Nacional para su identificación en Cartagena, quedando bajo su custodia". Por protocolo, acaban en el Centro de Atención Temporal de Extranjeros (CATE) que hay habilitado en la ciudad portuaria y allí reciben atención de organizaciones como Accem: una ONG que trabaja para mejorar la calidad de vida de las personas refugiadas, de los migrantes y de los colectivos vulnerables.
La delegada del Gobierno en Murcia, Mariola Guevara, ha informado de que la Guardia Civil ha detenido a los dos supuestos pateristas y está investigando si obligaron a una veintena de personas a lanzarse al Mediterráneo, en medio de la noche. La organización Missing Migrants Project contabilizó en 2024 a 2.273 migrantes desaparecidos en el mar al que le cantaba Joan Manuel Serrat: a 410 se les perdió la pista en el Mediterráneo oriental, a 1.689 en la zona central y 172 en la occidental.
Llegada de pateras
Lamentablemente, este tipo de funestas estadísticas han dejado de ser datos aislados para los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. El propio Andrés admite que se trata de "un servicio muy habitual cuando las condiciones del mar son favorables".
"Suelen venir en 'pateras taxi': embarcaciones semirrígidas de unos 9 metros de eslora, con varios motores fueraborda de alto caballaje", tal y como explica Andrés, en base a su dilatada experiencia patrullando por zonas del litoral aguileño. "Estas embarcaciones desembarcan a los inmigrantes y se marchan. En otros casos, vienen en embarcaciones de recreo que calan en la costa para bajar a las personas". Unos llegan, pero otros mueren por el camino persiguiendo el sueño europeo.
"Últimamente suelen venir muchos argelinos e incluso se han identificado personas procedentes de Siria y de origen subsahariano", según ejemplifican estos dos miembros de la Policía Local, a los que su arrojo aquella madrugada del lunes 17 de febrero bien les podría valer una condecoración. Germán especifica que el principal punto de partida de estas pateras, independientemente de la procedencia de sus tripulantes, "suelen ser las costas de Argelia".
Un coche patrulla de la Policía Local de Águilas en la playa de El Rafal, donde fueron rescatados los inmigrantes que llegaron a la costa la madrugada del lunes 17.
En un balance publicado por el Ministerio del Interior durante la primera semana de este año, se informa de que en 2024 se registraron 63.970 llegadas de inmigrantes irregulares a suelo español. Esta cifra supone un repunte de sin papeles del 12,5%, respecto al ejercicio 2023. En el caso de la Región de Murcia, la mafias hicieron caja con 1.776 personas que llegaron a la turística Costa Cálida.
Pero la ruta atlántica es la más mortal. Las cifras de muertes superan ampliamente a lo que se vive en la ruta del Mediterráneo. Un informe de la organización Caminando Fronteras ha contabilizado 9.757 muertes en este trayecto, de los que 1.538 eran niños y 421 eran mujeres. De 2023 a 2024 se ha producido un incremento brutal en el número de fallecidos en la ruta atlántica: un 58%. Y cientos de esos fallecidos eran personas que se embarcaron en cayucos desde países de África occidental, como Mauritania, para dirigirse a las Islas Canarias.
- ¿En qué condiciones suelen llegar a bordo de esas pateras?
- Germán: Hay veces que llegan en buen estado, tras muy pocas horas de navegación. Otras veces llegan mojados y desorientados, depende de varias circunstancias. Al principio eran los propios inmigrantes los que dirigían las embarcaciones hacia la costa y las dejaban abandonadas una vez pisaban tierra firme.
Pero últimamente, las embarcaciones utilizadas para acercar a los migrantes a tierra son patroneadas por miembros de las propias mafias para poder reutilizarlas en posteriores traslados y que de esta forma el negocio sea más lucrativo.
En el momento de realizar la entrevista a estos dos agentes, la Guardia Civil está llevando a cabo una investigación para esclarecer los hechos ocurridos en el interior de aquella embarcación. "Están utilizando las declaraciones de los propios inmigrantes que llegaron a la playa El Rafal", concluye Germán. Aquella madrugada, 25 tocaron tierra, pero un veinteañero perdió la vida en el Mediterráneo.