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Juan Bernabé tiene una enorme trayectoria como cetrero. La primera vez que tuvo un halcón en la mano fue con 14 años. Nacido en Cádiz, el 19 de noviembre de 1968, aquel niño aún no sabía la larga carrera que le esperaba en el mundo de la cetrería. En 1992, mientras trabajaba en la Expo de Sevilla le llamaron para trabajar en la boda de la infanta Elena. Él mismo lo contaría años más tarde: "Al principio me lo tomé a cachondeo". Luego llegaron el Benfica, la fama y una polémica despedida. Más tarde lo haría la Lazio, de donde este lunes lo despidieron por segunda vez: la primera fue en 2021, por hacer el saludo fascista; ahora, por enseñar en sus redes sociales la nueva prótesis que se ha implantado en el pene.

El gaditano es un apasionado de las aves que tuvo muchas dificultades para aprender su oficio. Se fijaba de pequeño en Félix Rodríguez de la Fuente. Luego, sería imprescindible en su carrera Diego Pareja Obregón, hermano del cantante, que le daría su primer halcón.

Más tarde llegaron sus primeros trabajos. De la Expo 92' pasó a ser el halconero de la boda de la Infanta. Todo ello lo narró en una entrevista publicada por Diario de Cádiz en 2009, cuando era trabajador del Benfica: "Un día me llaman diciéndome que me necesitaban para la boda de la infanta Elena. Al principio me lo tomé a cachondeo, estuve a punto de mandar lejos al que me llamó de parte del Patrimonio Nacional".

Allí lo que hizo fue limpiar el Alcázar Real de Sevilla de palomas. Según expuso, "tenían un grave problema que era que las palomas estaban cagando todos los manteles. Me fui para allá. Y la verdad es que fue una experiencia muy bonita, porque con mis halcones conseguí limpiar de palomas el lugar del banquete".

La vida continuó y le llevó hasta el fútbol. En 2003, era cetrero en el aeropuerto de Faro con un águila llamada Victoria cuando se ofreció para volar el ave en el espectáculo de inauguración del Estadio Da Luz para la Eurocopa de 2004.

Una salida convulsa en Portugal

Corría el año 2009 cuando Juan Bernabé narraba sus aventuras lusas en el diario de su ciudad natal. Contaba que los aficionados lusos sabían que él era un “benfiquista fanático” y le tenía “mucho cariño al equipo”. “Cuando viene un equipo español, yo me meto entre los ultras, incluso”, señalaba.

Victoria, el águila del Benfica, era un icono. Juan soñaba con que sus hijos continuaran la tradición y en poder criar a la descendencia de Victoria dentro del Estadio Da Luz.

Además, el mundo del fútbol quedaba prendado en aquellos primeros años. Los vuelos son recordados por muchos de los aficionados al fútbol que han pasado por el estadio portugués. Los hinchas locales aman a un ave que se parece mucho a la de su escudo.

Sin embargo, la idílica historia de Juan Bernabé y el Benfica se tornó en una trágica.

A finales de 2010, el diario portugués Record registra una bronca entre el jefe de seguridad del Benfica y Bernabé. El gaditano exponía que fue “atacado y le impidieron entrar”, mientras que el Benfica acabó lanzando un duro comunicado contra él por lo ocurrido.

El Benfica le acusó de haber registrado varios incidentes en los últimos años. “No se puede considerar buena persona a quien deliberadamente tergiversa los hechos y miente a los socios”, exponía el comunicado, que entre sus once puntos destacaba: “El símbolo del Sport Lisboa e Benfica es el águila, no Juan Bernabé”.

Las acusaciones no terminaron ahí. “El SL Benfica fue, durante mucho tiempo, el único club del mundo que tenía su símbolo ondeando en sus juegos. Y sólo dejó de serlo cuando el 'águila' se convirtió en un negocio que nada tiene que ver con el benfiquismo. Un hecho que, naturalmente, lamentamos”, dijo el club luso, que se reservó acciones legales.