Estefanía y Azahara empezaron el proceso de gestación sin saber que así protagonizaban un hito en Europa. Nueve meses después, el recién nacido Derek Eloy se ha convertido en el actor principal de esta historia tan satisfactoria como pionera al ser el primer bebé europeo gestado por sus dos madres. Ha sido posible gracias al procedimiento de reproducción asistida INVOcell, llevado a cabo por la clínica Juaneda Fertility, en Palma de Mallorca. “Estamos que no nos lo creemos, y toda la repercusión que está teniendo. Nos sentimos súper orgullosas de haber podido compartir esta experiencia y haberla llevado a buen puerto”, afirma una exhausta y feliz Estefanía al teléfono.

A principios de este 2023, esta pareja formada por Estefanía y Azahara, de 30 y 27 años, respectivamente, empezó a visitar diferentes clínicas para conocer los diversos procedimientos y precios que les posibilitarían tener un hijo. “Nosotras íbamos con la idea de hacerlo mediante el método ROPA, el tradicional. Ahí me sacarían un óvulo, lo fecundarían in vitro con el esperma de un donante, y transferirían el embrión al útero de Azahara”, explica su pareja.

Pero al llegar a la clínica especializada Juaneda Fertility de Palma el especialista les comentó una innovadora propuesta que les convención al momento. En este caso, la madre que aporta el óvulo también puede gestar, por lo que se implicaría mucho más en el proceso y a nivel simbólico estaría más presente en la gestación. “A través de una capsulita que llaman INVOcell, yo podría gestar el embrión durante cinco días en el cuello del útero”, especifica la misma Estefanía.

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Después de meditarlo, esta pareja que se gana la vida trabajando en el sector de la hostelería decidió seguir adelante con este proceso pionero porque “así era mucho más emocionante”. Empezaron con ello el 21 de enero. Las dos debían medicarse para regular la hormonación y que fueran a la par. “Está todo muy pautado, con sus tiempos”, puntualiza esta madre. El 14 de febrero, San Valentín, Estefanía vio cómo le sacaron los óvulos.

Las madres con el bebé y el equipo del hospital.

En ese momento, el equipo de especialistas de la clínica seleccionó los que más posibilidades tenían de ser fecundados por el esperma. Los metieron en la cápsula y la introdujeron en la parte baja del cuello uterino. Ahí estuvieron cinco días, hasta que el 19 de febrero transfirieron el embrión a Azahara, ya sin la cápsula. Decidieron hacerlo de esa forma porque Estefanía tiene una reducción de estómago. “Me daba miedo que al tener menos capacidad para ingerir alimento, al bebé no le llegaran los nutrientes y no se desarrollara como debería hacerlo”, apuntilla ella misma.

Pioneras en Europa, segundas en el mundo

“Esa es la novedad de todo esto, que hemos compartido el embrión en momentos diferentes del embarazo. Las dos podemos decir que hemos gestado a nuestro bebé”, determina una Estefanía radiante de felicidad pero algo exhausta del cansancio. Derek Eloy nació el 30 de octubre mediante cesárea en un parto algo complicado en la maternidad del Hospital Juaneda Miramar de Palma. Pesó 3.300 gramos. Pero lo curioso está en que la pareja no sabía que estaban siendo partícipes de algo inaudito en Europa. Primera experiencia así en el viejo continente pero segunda a nivel mundial. Tan solo en Estados Unidos se ha dado otro caso similar al suyo hace unos dos años.

Preguntado por ello, Estefanía admite que es “indescriptible” la sensación que tiene al haber podido gestar a su bebé cuando esa no era la idea de la que partían en el momento en que se pusieron a buscar centros especializados para llevar a cabo el proceso. “Ahora le miro, nos miramos mi pareja y yo, y sentimos que es algo que ha estado dentro de las dos, que lo hemos hecho nosotras”, refleja.

Momentos delicados

Por otra parte, esta técnica tan delicada también les ha hecho pasar algo de miedo. En realidad, el embrión apenas ha pasado por el laboratorio, como sí ocurre con otras técnicas, donde todo está mucho más medido meticulosamente. Esta vez, Estefanía sería el laboratorio. De hecho, el dispositivo INVOcell funciona como una pequeña incubadora.

Las manos de una madre sostienen los pies de su bebé.

“En la capsulita metieron tres embriones, de los cuales solo sobrevivió uno. Ese fue el que transferimos y hoy es nuestro pequeño Derek”, confiesa la propia Estefanía. Ese fue el momento que más temor les infundió, ya que si hubieran sobrevivido más, las posibilidades de éxito hubieran sido mucho mayores y también se habría abierto la posibilidad de congelarlos o implantar un par de ellos.

Sea como fuere, todo ha salido bien. “Esto es un avance para parejas de dos mujeres que quieren ser madres y participar las dos del proceso de gestación. Que la ciencia haya avanzado tanto para nosotras es algo muy especial, y también queremos dar visibilidad y humanizar procesos de este tipo”, se explaya Estefanía, jefa de cocina en un restaurante.

Más de 5.000 euros 

El proceso que han seguido siempre acompañadas de un equipo de especialistas de Juaneda Fertility, comandado por el doctor Gustavo Carti y a los que se muestran muy agradecidas, les ha costado unos 3.500 euros. A dicha cifra hay que añadir algo más de 2.000 euros por la medicación. Por el momento, prefieren no desvelar sus apellidos, tanto por su intimidad como por la privacidad del pequeño Derek Eloy. “Hay de todo en este mundo y habrá gente que esté a favor y otras en contra, así que preferimos no dar esos detalles”, explica Estefanía.

Estos primeros días de maternidad les han servido para darse cuenta de que Estefanía y Azahara, como madres, hacen buen equipo. “La vida te cambia por completo. Ahora vives por y para él, y lo afrontamos un poco como expectativas de lo que vendrá. Nos tenemos que adaptar al bebé y por el momento lo llevamos bien”, concluye la propia Estefanía.