Que la Ley de Bienestar Animal terminaría provocando más abandonos de animales es un efecto colateral que no se veía venir. Menos para algunas protectoras. Ahora, con la entrada en vigor de la ley el pasado 29 de septiembre, algunos de estos colectivos temen que la pretendida protección de los animales se vuelva en su contra, sobre todo, a través de más abandonos y menos adopciones.

El hecho de que ahora los perros, por ejemplo, tengan que tener un seguro, o que las exigencias para adoptar sean más altas parecerían las razones más lógicas para que esto se produzca. Pero no es ahí donde radica el problema, sino en las regulaciones sobre la crianza y la tenencia de algunas especies de animales.

La ley, por ejemplo, impedirá tener canarios en jaulas. “Por falta de conocimiento, mucha gente está abandonando pájaros porque piensa que va a ser sancionada por el hecho de tenerlos”, explica a EL ESPAÑOL Verónica García, voluntaria de ResCat & Dog, una asociación animalista de rescate en la zona de Valencia.

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En los últimos meses, mientras se tramitaba la ley, ella y otras tres compañeras que se dedican principalmente al rescate de perros y gatos, han recogido todo tipo de mascotas, sobre todo, aquellas incluidas en los listados positivos del texto: animales exóticos como periquitos o anapurnis que ahora está prohibido adquirir.

“La maldad de la gente siempre existirá, pero si a esto sumamos la ignorancia en el conocimiento de la ley, la falta de comprensión, la poca claridad de la regulación en algunos casos, junto el aumento de algunos requisitos, tenemos la combinación perfecta para que se produzcan más abandonos y menos adopciones”, teme la voluntaria. Esta alarma la han expresado también otras protectoras de todo el país a lo largo de esta semana en varios medios locales.

Efectos colaterales

La ley, por ejemplo, no sanciona la tenencia de periquitos si uno ya los poseía. Pero, por ejemplo, impide criarlos y obliga a registrar a cada uno en una base de datos. Sobre esto, el veterinario Antonio Folch dice: “En España hay miles de pequeños criadores de canarios que crían con un número que va entre las 20 y 40 parejas. Ahora tendrán que registrar cada uno de sus pájaros, por 20 euros cada uno, y no podrán criar. Contando que hay unos 100.000 criadores federados, ¿qué pasará con estos 4 millones de pájaros?”.

El veterinario expone otros casos: “Tengo un conocido que cría caballos y tiene dos perros para controlar a las ratas. Ahora tiene que esterilizarlos… Quizás opte por poner veneno contra plagas y desentenderse de los perros. O, por ejemplo, hablemos del caso de perras de parcelas que se quedan embarazadas sin control. Abandonar a los cachorros se multa ahora con 10.000 euros y la ley será efectiva en esto, pero puede provocar que el dueño de la perra mate a los cachorros y los entierren, lo cual es aún peor…”

Una voluntaria de ResCat & Dog en la zona de Valencia. Cedida

Folch continúa con otros posibles efectos colaterales como que los pequeños criadores de perros desaparezcan del mapa al tener que regularizar su situación y, que esto derive en macrogranjas de crianza de perros: “Una perra de 10 kilos puede vivir en dos metros cuadrados toda su vida, y eso es lo que va a terminar fomentando esta ley”, denuncia el veterinario.

García, la voluntaria, explica por su parte que, en los últimos meses, ella y sus compañeras se han encontrado a camadas enteras de cachorros de perros abandonados antes de la entrada en vigor de la ley y teme que vayan en aumento pese a las sanciones, o que estas provoquen directamente que los dueños los maten, como denunciaba Folch. Además, la voluntaria lamenta que, a lo largo del verano, pese al parón estacional, las adopciones también se han paralizado en la protectora en la que trabaja. 

“Normalmente, el verano es una época en la que no hay muchas adopciones. Pero llevamos ya bastantes meses paradas y yo lo achaco a la incertidumbre que puede estar generando esta ley. Es verdad que tiene cosas positivas, pero muchas no están muy claras y terminan perjudicando a los animales más que garantizando su bienestar”, asegura.

García también teme que su actividad se vea dificultada por el hecho de tener que asegurar a todos su perros protegidos. “Hemos recibido muchas consultas sobre el tema del seguro, pero es que no sabemos ni cómo nos afecta a nosotros. ¿Tenemos que tener un seguro para todos los perros o uno para cada uno? Si es lo segundo, haremos el esfuerzo, pero perjudica gravemente nuestra actividad”, dice.

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“Temores injustificados”

Pese a la casuística y los temores que expresan desde algunas protectoras, Alberto Díez, presidente de la Asociación Nacional para la Defensa de los Animales (ANDA), asegura a este periódico que los “temores son injustificados”.

“Si nos basamos en el razonamiento que el aumento de requisitos, como el seguro o el curso para perros, provocará más abandonos, ya lo habríamos experimentado tras la regulación sobre perros potencialmente peligrosos de 1989. Aquella normativa no supuso un mayor impacto en el abandono de estos animales”, dice Díez.

“La Ley de Bienestar Animal no supone ningún gran cambio, sino que crea un marco unitario sobre políticas que ya existían y se venían practicando en todo el Estado. En todo caso, lo más novedoso y entiendo que polémico, son los listados positivos y la limitación sobre qué especies se pueden tener. Pero estoy convencido de que con una correcta información, los usuarios serán responsables. Para un buen propietario, la ley no supone ningún cambio”, prosigue.

Que las nuevas medidas de la ley tengan una incidencia en más abandonos y menos adopciones no es algo que se pueda saber todavía más allá de las percepciones de cada protectora. “Tendremos que esperar, es muy pronto para saberlo”, dice García, la voluntaria.

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En el caso de perros y gatos, la Fundación Affinity publicó el pasado junio su informe anual sobre abandono y adopción en España, desvelando las cifras del año 2022: más de 288.000 perros y gatos (170.105 y 11.352 respectivamente) fueron recogidos por protectoras de todo el país durante ese periodo, representando casi el 3 % del total de estos animales.

Folch, el veterinario, no augura un futuro demasiado halagüeño: “La ley será muy efectiva protegiendo a animales que ya están protegidos, como gatos y perros domésticos, o perros de perrera que suelen ser adoptados en plazos de 24 y 48 horas. Pero no aporta nada en la protección de los animales más vulnerables, como es el caso de los exóticos, los perros de parcela o de caza…”.