Macastre

Anne Shields era una amante de los animales, y tuvo la mala suerte de encontrarse con un pitbull agresivo que le quitó la vida. Se lo encontró en Macastre, municipio del que era vecina desde 2005. Intentó sin éxito que lo acogieran en dos protectoras, según relató ella misma a su familia. Se lo quedó en casa y el perro se volvió contra ella. Le destrozó los brazos y perdió tanta sangre que murió al día siguiente. La Guardia Civil tuvo que abatir al can para que los sanitarios accedieran a la víctima.

La horrible historia de esta británica de 67 años copó este lunes las conversaciones de los vecinos de la tranquila localidad valenciana. En el bar de la Plaza Árboles, donde se encuentra el Ayuntamiento, se hizo el silencio a las 14.00 horas para escuchar el informativo. Anne, la afable vecina que llevaba casi dos décadas en el pueblo, era noticia nacional.

"Yo había visto al perro en el río, pero claro, ni se me ocurrió acercarme", relataba un lugareño. Se trataba de un ejemplar de pitbull visiblemente desnutrido y algo más pequeño de lo normal. Según detalla a EL ESPAÑOL en su despacho Vicente Montó, alcalde del municipio, la propia Anne informó a su hija Sarah, residente en Reino Unido, de que se había encontrado un perro.

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"Lo llevó al veterinario, y allí comprobaron que no tenía chip. Anne contactó con dos protectoras de animales para que se lo quedaran, pero no cabía en ninguna", relata el primer edil. La vecina, como solución temporal, optó por albergarlo en su hogar.

Todo marchaba bien. Anne relataba el hallazgo a su hija por mensajería. Llegó incluso a enviarle fotos del animal, aparentemente tranquilo en su hogar de acogida. Pero, al tercer día, sufrió un ataque letal del mismo.

Se desconoce qué ocurrió, pero el perro viró de pronto contra la mujer que lo había rescatado, y lo hizo de una forma brutal. Le mordió los brazos hasta dejárselos en "estado catastrófico", según reflejaron los sanitarios en sus informes.

La escena fue absolutamente dramática. Anne se desangraba por las grandes heridas de sus brazos y también de la cabeza. Un equipo médico acudió con celeridad al ser alertado, pero el animal permanecía en la zona junto a su víctima, e impedía la actuación de los sanitarios. No intervinieron hasta que acudió también al lugar una patrulla de la Guardia Civil que abatió a tiros al perro.

"Tras recibir el aviso, la patrulla acudió con la máxima diligencia al lugar, que, al tratarse de un diseminado, dificultó el acceso. Para que los servicios de emergencias pudieran socorrer a la mujer, se hizo uso del arma de fuego reglamentaria, abatiendo al animal", precisó el cuerpo policial en un comunicado.

Pese a las dificultades, la intervención de los agentes de la Guardia Civil y los servicios médicos permitió trasladar con vida a la mujer al centro médico más cercano, desde donde fue enviada de inmediato al hospital La Fe de Valencia por su delicado estado de salud. Había perdido muchísima sangre.

Las fuerzas de seguridad contactaron con el alcalde de Macastre para trasladarle lo ocurrido, ya que la mujer, vivía sola en el municipio. Fue el propio alcalde quien se puso en contacto con su hija Sarah, residente en su país de origen.

La preocupación inicial que trasladaron al primer edil era el grave estado de los brazos, en particular de las articulaciones, por las poderosas mordeduras del pitbull. Pero pronto se elevó la preocupación. Anne había entrado en estado de shock y su vida corría peligro.

En efecto, la gravedad de las heridas y la gran cantidad de sangre perdida le costaron finalmente la vida a la vecina británica de Macastre, que tan solo quiso dar cobijo a un perro desamparado. Su único error pudo ser no acudir al Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) en lugar de quedárselo al no encontrar una protectora que lo acogiera.

La nueva ley

El suceso de Macastre aviva la polémica de la Ley de protección de los derechos y el bienestar de los animales, impulsada por Podemos y ya aprobada en el Congreso de los Diputados, a la espera de su paso por el Senado.

La intención inicial de la formación morada era acabar con el Régimen Jurídico de Tenencia de Animales potencialmente peligrosos -todavía vigente-. Tal circunstancia habría dejado sin efecto la actual catalogación de razas de perro peligrosas: pitbull terrier, staffordshire bull terrier, american staffodshire terrier, rottweiler, dogo argentino, fila brasileiro, tosa inu o akita inu.

El objetivo primigenio era analizar cada perro para tildarlo -o no- de peligroso, sin importar su raza. Sin embargo, una enmienda presentada por EH-Bildu -que era idéntica a una del PP que había sido rechazada previamente- fue finalmente respaldada por Podemos, ERC y los populares. Y esta enmienda dejó como estaba esta categorización en función de la raza.

Tanto fue así que la portavoz de Agricultura del PP, Milagros Marcos, celebró que "finalmente se haya logrado mantener en vez de eliminar el Régimen Jurídico de Tenencia de Animales potencialmente peligrosos que clasifica las distintas razas y que fue aprobado en 1999 por otro gobierno popular".

Raza, factor secundario

La propuesta de Podemos, sin embargo, contaba con importantes apoyos de especialistas. José Miguel Doval, presidente Real Sociedad Canina de España, defendía acabar con esta clasificación.

"Es cierto que cada raza tiene unas características determinadas, un comportamiento distinto, pero eso no supone que tengan que ser especialmente agresivas o peligrosas, ya que de hecho ninguna raza se ha seleccionado para volverse en contra del hombre, o para ser agresiva con el hombre", manifestó en declaraciones a Radiotelevisión Española.

Tomàs Camps, presidente del Grupo de Especialidad de Medicina del Comportamiento Animal de AVEPA, la Asociación de Veterinarios Españoles Especialistas en Pequeños Animales, se pronunció en la misma línea.

"La Ley 50/1999 solo regula por raza, cuando sabemos que estas razas no son las que están más involucradas en ataques. El hecho de que un animal se muestre agresivo es algo multifactorial, donde la genética juega un papel bastante pobre", dijo.

A su juicio, el factor que más influye en el carácter canino es "las condiciones de cría". "El entorno del animal durante las primeras etapas de su desarrollo es fundamental para su comportamiento cuando es adulto, entre ellos la agresividad y cómo gestionan las situaciones de estrés y de conflicto", consideró.