Valencia

Se llama Mariano García Calatayud, pero en Ucrania todo el mundo le conoce por Mario porque les costaba pronunciar su nombre. Tiene 73 años y es de Carlet, un municipio de unos 15.000 habitantes situado a poco más de 30 kilómetros de Valencia. Desde hace 7 años colabora con el ejército ucraniano en la zona de conflicto. Y a sus 73 años luchará contra Putin.

Mario trabajó toda su vida en una empresa valenciana de pavimentos. Más tarde, aprobó la oposición para ser funcionario en el Ayuntamiento de su pueblo. A partir de ese momento, se convirtió en trabajador público y jefe de la brigada de obra municipal.

En Carlet, rodeado de su familia y amigos, trasncurría su vida hasta que en 2014, tras la crisis de Crimea, decidió pedir la prejubilación y poner rumbo a Ucrania sin mirar atrás. Desde aquel momento no ha regresado a casa. "Claro que merece la pena, quiero que todo el mundo sepa la verdad y la realidad de quién es Vladímir Putin, el señor de las guerras".

Este martes, poco antes de que el presidente de Rusia afirmara que su país no quiere una guerra en Europa, en una rueda de prensa conjunta con el canciller alemán, Mario atiende a EL ESPAÑOL por teléfono para contar su historia y defender "la paz y el diálogo" en Ucrania frente a la injerencia rusa. "Ahora Putin tiene a todo el mundo encima, pero cuando se marche continuará matando y asesinando. Nada de lo que prometió ha cumplido ni va a cumplir a nunca", sentencia.

Esta semana volverá a la zona de conflicto para llevar medicamentos, ropa o alimentos a los soldados que se juegan la vida desde hace años. "Esta guerra lleva casi 8 años en marcha, la prueba es que han sido asesinados 15.000 soldados. Putin siempre dice que esto es una guerra civil, pero el argumento es una tapadera total. Los comandos letales profesionales de Rusia son los que han matando a los soldados y civiles porque no le importa nada", cuenta enfadado.

Mario colabora con las milicias ucranianas y tiene experiencia en el uso de armas.

De formación militar, Mario dice que está preparado para una guerra. "Yo siempre he luchado por la paz, la libertad y la democracia con dignidad en todo el mundo. Y así seguiré".

Hombre entrañable

Mario vuelve a ser Mariano en Carlet. Tiene dos hijos ya independizados. En su pueblo todo el mundo sabe quién es. Su hermana y su cuñado, "como otro hermano para mí", son los que se encargan de tranquilizar al resto de la familia cada vez que hablan con él. "Es una persona trabajadora y entrañable, esperamos que no le ocurra nada y se cuide", comentaba una vecina a esta redacción.

La rutina y una mala racha le llevaron a cambiar de vida de forma radical. Primero montó una ONG para ayudar al pueblo ucraniano, pero se descubrió que le estaban engañando y los medicamentos y el resto de material que enviaba nunca llegaba. "Así que hice la maleta, me despedí y aquí sigo", añade.

- Pero ¿por qué Ucrania?

-Cuando era pequeño, mi padre me contaba que muchos niños de la Guerra Civil española, la mayoría descendientes de exiliados republicanos, tuvieron que salir huyendo rumbo a Ucrania porque Franco los quería asesinar. En total, unos 3.600 menores fueron conducidos a Ucrania y aquí fueron acogidos con cariño por los ucranianos porque ellos ya no tenían el amor de un padre o de una madre. Ojalá España se acuerde que lo que hizo Ucrania y diga, 'ahora os vamos a devolver esa solidaridad'.

Mario con el centro de menores en el que colabora.

Mario, con experiencia en el uso de armas, cuenta cómo es la vida en la zona de conflicto. "No solo te tienes que preocupar de Rusia, también estamos luchando contra las propias mafias del país. Son peores porque los tienes a tu lado y no te das ni cuenta", asegura.

Pasa los días entre Kherson, su lugar de residencia, y los territorios próximos a Rusia. En 2021, la región de Kherson le reconoció con el premio filántropo del año de entre más de 40 candidaturas. Pide ayuda a todas las embajadas a las que le han permitido el acceso: Argentina, Canadá, Irlanda... "De la de Cuba me acabé marchando". Y cuenta, en valenciano y muy emocionado, que los días festivos prepara paellas para los soldados y sus familias.

"¿Paellas? Ya les ha hecho varias, les encanta. El otro día vinieron dos mujeres soldados, una de ellas en compañía de su marido e hijos, y cuando llegaron ya la tenían apunto. ¡No se esperaban una comida tan maravillosa!".

Mario junto a soldados ucranianos.

- ¿Y qué le dice su familia?

- Pues que me vuelva ya, pero yo no quiero. Les digo que les quiero muchísimo y que no sufran. No va a pasar nada, aunque yo estoy preparado para todo. Lucharemos para defender la libertad. Que a todo el mundo le quede claro que el pueblo ucraniano no quiere esta guerra, solo trabajar en paz.

Mario tiene un carácter muy valenciano. Se ha convertido en un personaje querido en Ucrania y su historia ha sido contada por la mayoría de televisiones del país. Mantiene una buena relación con policías, organizaciones sociales, alcaldes o mandos del Ejército. "Un día hasta me recibieron de gala y rindieron homenaje a la bandera de España por mí. Muchas personas me dicen que no soy un hombre normal porque soy el único español que les ayuda". Un héroe de España en Ucrania.

Mario subido a un tanque de combate.

Este valenciano jubilado ha sido testigo de cómo un millón y medio de ucranianos se han visto obligados a abandonar sus hogares desde que comenzaron los combates en el extremo oriental del país, en 2014. La ONU y organizaciones en las que trabaja Mario han dado su apoyo a los desplazados mientras se adaptan a sus nuevas vidas.

Ahora, mientras se prepara para el peor escenario, solo pide a España que su historia sirva para reforzar la ayuda humanitaria y que se acuerde de lo que hizo Ucrania tras la Guerra Civil. "De verdad, yo voy a seguir aquí muy feliz y emocionado si compruebo que mi país se interesa por la historia de Ucrania", concluye.

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