Alcantarilla

Hace cuatro años a Aurora le diagnosticaron un cáncer: logró superarlo. Hace ocho días, Aurora llevó a catequisis a su hijo y le cayó encima una suicida que había saltado al vacío. Aurora logró sobrevivir al impacto del cuerpo, en caída libre, de una mujer, de 54 años, que había saltado desde la octava planta de un bloque de Alcantarilla. El término milagro define la historia de esta docente. 

"Ni escuché ni vi caer nada, perdí el conocimiento con el golpe, desperté en la ambulancia y cuando pregunté qué había pasado, me dijeron que me cayó encima una maceta", según relata Aurora a EL ESPAÑOL. En ese momento, los sanitarios optaron por mentirle para no sobresaltar a una persona que estaba protagonizando un hecho sin precedentes: recuperar la conciencia de camino al Hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia tras sufrir semejante impacto a plomo.

"Es un milgaro de categoría 'cum laude': el haber dado un paso más, hacia adelante o hacia atrás, habría supuesto la muerte de esa viandante", tal y como corrobora un policía local movilizado el miércoles 10 de noviembre, después de que la sala del 112 recibiese varias llamadas alertando de esto: "Una persona ha caído sobre otra al precipitarse desde un piso, en la calle Mayor de Alcantarilla, frente al Ayuntamiento".

Aquel día, minutos antes de la seis de la tarde, Aurora salió de su casa para dejar a sus dos hijos en las actividades que realizan cada miércoles. Al mayor, de 10 años, lo llevó a sus clases de taekuondo en el mítico Gym Budokan. Y acto seguido, se dirigió con el pequeño, de 8 añitos, hasta la Iglesia de San Pedro Apóstol para dar catequesis.

"Estoy preparándome las oposiciones de magisterio porque soy interina y fui a llevar a mis hijos a sus clases, justo antes de irme a la biblioteca para estudiar toda la tarde", tal y como prosigue con su relato esta docente, de 43 años.

Mientras Aurora caminaba con su hijo, cogido de la mano, hacia el paso de petones para cruzar a la plaza de San Pedro, una mujer, de 54 años, se disponía a saltar desde la terraza de un bloque de pisos que se levanta sobre la antigua casa parroquial. En un instante, tres vidas se iban a cruzar: la de una señora atormentada que saltó desde un octavo, la de una madre que iba pensando en su oposición, y la de un niño feliz que está deseando que llegue su comunión en mayo de 2022. 

- ¿Qué es lo último que recuerda antes de perder el conocimiento?

- Aurora: Me acerqué con mi crío hasta el paso de peatones, pero no crucé a la plaza de San Pedro porque allí estaba una amiga, que es la mamá de otro niño que también va a catequesis. Ella esperó a que mi hijo cruzase para llevarle a la iglesia porque siempre rezan antes de entrar a la casa parroquial. Cuando me di la vuelta para marcharme sucedió todo: recibí el golpe, perdí el conocimiento y desperté dentro de una ambulancia. Mi último recuerdo es estar despidiéndome de mi hijo.

Imagen de AlcantarillaenlaRed del despliegue policial que se produjo tras el suicidio. Paco Cascales

El pequeño, al escuchar el estruendo, se giró, y vio a su madre tirada en la acera de enfrente. En el mismo sitio donde la había dejado sonriendo y despidiéndose con esas manos que cada día le acarician, en un segundo, su mamá estaba sangrando sobre el suelo. La madre del otro niño, al ver que el siniestro había sido causado por una persona que acababa de saltar al vacío, se llevó corriendo al hijo de Aurora hacia la iglesia para que no viese toda la escena. El estado del cadáver era dantesto.

"La mujer padecía algún problema mental y había acudido al edificio a ver un piso en venta", según explica un policía local que prestó servicio aquella tarde. "Esta señora pidió que le enseñasen los trasteros y cuando subió, se acercó a la barandilla de la terraza y saltó desde la octava planta". Murió al instante, pero casi se lleva por delante a la madre de dos 'príncipes', la esposa de un guardia civil, y a una buena profesora, cuyo único 'error' fue caminar por la acera del número 34 de la calle Mayor.

"Me han contado que una vecina del edifico y una prima de mi cuñado fueron las primeras en prestarme auxilio". El entorno de la plaza de San Pedro se llenó de vecinos, horrorizados y preocupados ante lo acontecido, que de inmediato fueron dispersados por las Fuerzas de Seguridad. "Estoy muy agradecida a la Policía Local y a los sanitarios de la ambulancia porque me han dicho que vinieron muy rápido".

De hecho, eso fue crucial para que luego el personal del Hospital Virgen de la Arrixaca evitase un drama a la familia de Aurora, muy conocida en Alcantarilla porque su padre, Paco, fue concejal del Partido Popular y regentó la Carpintería Munuera en el Barrio de Las Tejeras. "El personal de La Arrixaca hizo un trabajo sobresaliente conmigo".

- ¿En qué estado ingresó en urgencias?

- Cuando llegué no sabían si operarme o no porque tenía la frente inflamada a causa del impacto. El peso muerto me cayó en todo el lado derecho del cuerpo: desde la cabeza a los pies. Me hicieron un escáner, radiografías, me vio un cirujano plástico para ponerme puntos de sutura, estuve en la sala de hemodinámica...

Profesora en Javalí Nuevo

En cuanto Aurora fue evacuada al centro hospitalario, a pie de calle y en las redes sociales, se sucedieron 'fake news' sobre este terrible suicidio, con víctima colateral incluida, que conmocionó a la Región de Murcia. Prueba de ello es que se afirmó que la mujer que había saltado al vacío era una menor de edad, de 16 años, y que la herida era una catequista a la que llegaron a dar por muerta.

La Policía Local de Alcantarilla y la Policía Nacional desplegada junto a la Iglesia de San Pedro Apóstol. Cedida

Aurora accede a atender a EL ESPAÑOL para desmentir esos bulos y mostrar su preocupación por la repercusión que pueden tener las lesiones que ahora padece en la oposición de magisterio prevista en junio. "No soy catequista, sino profesora interina en el Colegio Río Segura de Javalí Nuevo donde imparto Inglés y Música", aclara esta docente, que ha recibido múltiples muestras de cariño de sus compañeros en la citada pedanía murciana, así como en otros centros donde ha trabajado durante los últimos nueve años en Guadalupe, en Jumilla y en la Cooperativa de Enseñanza Samaniego de Alcantarilla. 

- ¿Cuándo le informaron de que no estaba hospitalizada por un macetero sino por el impacto de una suicida que le cayó encima?

- Hasta que no me subieron de observación a planta no me lo contó todo mi marido. Con mucha tranquilidad, mi esposo, Joaquín, me dijo lo que había sucedido realmente. La verdad es que no quiero pensar cómo se debía encontrar esa mujer para querer quitarse la vida. Pobre mujer: la acompañé en su último suspiro.

- Su marido es guardia civil y está preparado para situaciones límite. ¿Cómo gestionó el terrible suceso que padeció su esposa?

- Bromeó dicendo que tengo más vidas que un gato, pero ha estado muy preocupado. Igual que mi familia porque todos vieron la noticia en los medios de comunicación, de que una mujer golpeó a otra al saltar al vacío para suicidarse, y luego se enteraron de que había sido yo. Ha sido complicado para mis padres.

Parte de lesiones kilométrico

Aurora recibió el alta este lunes y tiene por delante un largo periplo de consultas y pruebas médicas hasta febrero de 2022. Su parte de lesiones es kilométrico: padece dolor crónico en las vértebras C5, C6 y C7, tiene inflamado el pecho, el hombro, la espalda, el labio y la nariz, moratones en el rostro, el brazo derecho con un cabestrillo porque no puede moverlo...

"Estoy un poco llorona, intentando afrontar lo que me ha pasado", confiesa Aurora, una mujer curtida, puesto que antes de empezar a trabajar como interina docente fue taxista durante ocho años. En el taxi tiene muchas anécdotas, buenas y malas, pero ningún episodio con tantas secuelas físicas y emocionales como este que le ha tocado vivir por el cruel azar. 

"Me vio el traumatólogo para descartar roturas, después un oftalmólogo porque tenía un ojo hinchado, ahora vamos por el neurólogo porque tengo inflamado y adormecido el pecho, el hombro y la espalda, estoy pendiente de una resonancia y una electromiografía que no me han hecho porque tienen que pasar diez días hasta que me baje el traumatismo, luego tendré que ir al fisioterapeuta para hacer rehabilitación en el brazo, también tengo que acudir al psicólogo...", enumera.

- ¿Qué es lo que más le preocupa?

- La oposición. Esa es mi gran pena. Tengo que hacer dos exámenes escritos, soy diestra para escribir y tengo fatal el brazo derecho: no puedo moverlo, ni flexionarlo, ni tengo fuerza ni para abrocharme un pantalón. Llevo estudiando desde enero de 2020 y voy a hablar esta semana con el sindicato para ver si cabe la posibilidad de que me adapten la prueba de alguna manera por si llego lesionada a junio.

El caso de Aurora es único y, como tal, espera que la Consejería de Educación de Murcia lo tenga en cuenta para garantizar su concurrencia a la oposición tras haber sobrevivido a una tragedia. "No puedo ni quedarme sola en casa porque tengo problemas de equilibrio al caminar y sufro mareos".

- ¿Usted cree que sigue viva por un milagro?

- No me he parado a pensar si ha sido un milagro. Creo que siempre he tenido buena suerte en la vida porque he ido sorteando las dificultades que he tenido. Hace cuatro años me diagnosticaron un cáncer de útero y logré superarlo. Pienso que no soy mala persona y el Señor me cuida.

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