“Yo soy de izquierdas, sí, pero no de esta izquierda”, dice Margarita. Ha pasado de acérrima defensora de Juan Manuel Sánchez Gordillo, el alcalde de Marinaleda, a azote en redes contra él y su teniente de alcalde. En vídeo, les dedica en Facebook día sí y día también adjetivos como “mercenarios, terroristas, opresores de mujeres” y “dictadores, sanguinarios, fascistas. Los Hitler de Marinaleda”. En su balcón, además, para que lo lea todo el pueblo, también tiene colgada una pancarta atacando al alcalde.

Por partes. Marinaleda, en la Sierra Sur de Sevilla. La Cuba del Sur, el pueblo de ‘una utopía hacia la paz’ según reza en su escudo oficial. 2.626 habitantes según el censo de 2018. Gobernada ininterrumpidamente desde 1979 por el mismo alcalde, Sánchez Gordillo, de la Candidatura Unitaria de los Trabajadores (CUT). Un pueblo con un alcalde comunista que ha salido en los medios de comunicación de todo el mundo por su lucha contra el capitalismo y medidas cooperativas como la cesión de suelo municipal para que el pueblo se construya sus viviendas sin coste. También famoso por el poco desempleo que hay en comparación con la comarca, pese a que la actividad es la misma: la agropecuaria.

Margarita Pradas es, muchos años después, una desengañada de la utopía. “Desde hace cinco ya por lo menos, que fue cuando empecé a tener las primeras discusiones con él”. A sus 56 años, dos hijos y cuatro nietos, tanto ella como su marido han sido asiduos trabajadores de la Cooperativa El Humoso, la que hace años tomó por asalto el pueblo. “Antes, para poder trabajar allí tenías que trabajar 15 días gratis. Luego cambiaron el sistema y se instauró uno por puntos”. Había que tener 15 puntos para poder trabajar, asevera. “Pero a los de afuera no se los pedía”, comenta.

“¿Que cómo se conseguían los puntos? Pues yendo a las protestas que quisiera Sánchez Gordillo”. Iban en autobuses fletados a Sevilla o donde fuera. “Yo falté a una porque tuve que ir al médico. Llevaba en una libreta apuntados los puntos que teníamos cada uno”, explica.

Margarita Pradas, el azote de Sánchez Gordillo

Ha sido tan defensora del Mesías Rojo que era de las que iba, junto con su marido, en aquellos autobuses a protestas y manifestaciones. Estuvo presente en el famoso asalto a Mercadona en Écija, allá por 2012, cuando robaron varios carros repletos de comida. “Yo no me tapo. No me escondo. Yo he sido una de ellos y he estado con ellos en muchas cosas, aunque ese día no entré en el supermercado, me quedé fuera, como hizo él”.

La iniciativa la capitaneó el alcalde, pero, efectivamente, no entró. Ni llenó los carros ni los sacó por las malas. Por eso, el TSJA sobreseyó la causa al no estar suficientemente acreditada su participación. Sin embargo, 15 sindicalistas del SAT aceptaron seis meses de cárcel por robo con violencia. Uno de ellos, Andrés Bódalo. Cuatro años después sería condenado a tres años y medio de cárcel por golpear a un edil socialista de Jódar (Jaén).

“Es lo que hace siempre. Eso sí te lo digo: tiene una cabeza privilegiada. Es muy listo. Manda a otros a que hagan lo que él no hace, para que sean los que den la cara mientras él dice que él no puede. Fue lo que intentó que hiciera yo y me negué”.

-¿Qué crees tú que hiciste?

-No lo creo. Fue por esto: me mandó a que fuera a insultar a un socio de la Cooperativa y le dije que no. Que yo no tenía por qué ir a insultar a nadie que no me había hecho nada. Fue tres o cuatro veces a mi casa para convencerme, y siempre le decía que no. La última ya me dijo que me atuviera a las consecuencias.

El motivo de que se haya convertido en el azote de Sánchez Gordillo es, según cuenta, “que se vengó de mí y tomó represalias contra mi hija. Y eso ya remató la faena. No me echó a mi de la Cooperativa. Echó a mi hija."

Según Margarita, la represalia fue “sacarla de la bolsa de empleo”. Ana, su hija, separada y con tres hijos, trabajaba como auxiliar del programa de Ayuda a Domicilio. La echaron, sostiene su madre, mientras estaba de baja médica tras operarse un brazo. “Cuando quiso volver a entrar, se encontró con que no estaba en la lista, y la bolsa estaba cerrada”. El asunto está ya judicializado por presunto despido improcedente.

Margarita posa en su casa con su pancarta contra Sánchez Gordillo. E.E.

La familia se encerró entonces en el despacho del alcalde, en el Ayuntamiento, durante seis días de agosto, el pasado verano, en protesta por la situación. Desde allí comenzó a grabarse en video Margarita y a subirlo a sus redes sociales. Sánchez Gordillo acabó recurriendo… a la Guardia Civil para que los desalojaran.

Trapos sucios

Un miembro de la oposición municipal accede a hablar con EL ESPAÑOL pero manteniendo el anonimato. “Lo de que recurriera a la Guardia Civil… quién se lo iba a decir a Sánchez Gordillo”, dice con retranca. “Desde lo de la hija de Margarita, la bolsa la han mantenido cerrada. Y ella, que era del grupo del alcalde, pues está sacando todos los trapos sucios”.

Margarita dice que se ha quedado sin muchos amigos por sus protestas. “Amigos… bueno, los del grupo del alcalde. El grupito que hay, que es el que te echan encima cuando no haces lo que ellos quieren que hagas. A mí no me han hecho nada todavía, pero me llegan las amenazas por terceros. Yo no me voy a callar”.

Ahora, sostiene, la atacan "porque dicen que tengo muchas banderas de España entre mis amigos de Facebook", en referencia a los apoyos que le están llegando de todos los puntos de España.

Pero en Marinaleda tiene medio pueblo a favor y medio en contra. Es un reflejo de los resultados de las últimas elecciones municipales. Entonces irrumpió con fuerza Avanza Marinaleda, un partido político independiente, de izquierda, “casi todos rebotados del CUT”. Sánchez Gordillo, ya muy afectado por el ictus, ganó por 47 votos. La CUT, con seis ediles, y Avanza, con cinco, son los únicos partidos con representación municipal. De facto, Sánchez Gordillo, por motivos de salud, no aparece por el Ayuntamiento. Todo lo lleva Sergio Gómez un profesor de instituto que iba de número 2 de la lista del CUT y que actualmente es el teniente de alcalde. Contra él también arremete Margarita.

En Marinaleda hay quien dice que están ocurriendo estas cosas porque la ausencia de Sánchez Gordillo del día a día de la localidad, está pasándole factura a un proyecto de 42 años de existencia. “Está siempre en su casa. No anda bien y tampoco habla bien. No está ya capacitado para ejercer, es imposible”, sostiene la misma fuente del pueblo. Por eso hay quienes se están atreviendo a levantar la voz, como Margarita.

“Hay cosas en las que ella que tiene toda la razón y otras que no. Porque la familia se ha beneficiado de los privilegios, como por ejemplo, de trabajar en rotación en El Humoso, pero tenían que trabajar 15 días gratis. Si no era imposible optar a los jornales. Aquí se funciona así. Privilegios o represalias”.

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