Sangonera la Seca

David estaba viviendo un momento personal apasionante: hace ocho meses inauguró junto a su hermano y su hermana una confitería en Murcia. El sueño de este joven, de 29 años, de emprender un negocio familiar, se truncó para siempre este jueves cuando ingresó aquejado de un trombo en el Hospital Virgen de la Arrixaca. "David ha muerto por Covid un 15 de julio después de que su médico de cabecera le diera el alta un 9 de julio: en la familia consideramos que se cometió una negligencia y estudiamos emprender acciones legales", advierte su padre, Paco, con una firmeza en su voz que solo es proporcional al dolor que siente por haber enterrado prematuramente a un hijo.

El cabeza de familia accede a atender en exclusiva a EL ESPAÑOL, en su casa de la pedanía de Sangonera la Seca, con el único objetivo de hacer públicas "una serie de negligencias médicas" que a su juicio se han dado en el deceso de David: el fallecido más joven de la Región, desde que el Servicio Murciano de Salud comenzó a ofrecer estadísticas de contagios y defunciones al inicio de la pandemia en marzo de 2020.

"Mi hijo iba de su casa al trabajo y del trabajo a casa: se contagió en la confitería por un empleado que dio positivo en coronavirus". David no entra dentro de la estadística que está marcando la quinta ola: gente joven que se contagia de fiesta. A sus 29 años, cuando tenía tiempo libre lo empleaba en ir a la iglesia evangélica o en hacer deporte. "Le encantaba cualquier modalidad con una pelota de por medio, pero sobre todo le gustaba jugar al pádel, mi hermano no era de botellones, solo bebía Nestea", recuerda la veinteañera Noemí. "Teníamos una relación muy estrecha".

El miércoles 30 de junio, a David le confirmaron que el trabajador de su confitería le había pasado el 'bicho'. Este joven se había aislado en su habitación cuatro días antes, en cuanto los rastreadores le informaron de que era un contacto estrecho de un positivo, lo que demuestra el respeto que mostraba por la pandemia de SARS-CoV-2 a pesar de su juventud.

"Mi hijo era paciente de riesgo porque contaba con antecedentes familiares de trombosis", subraya Paco. De hecho, hace cuatro años ingresó en La Arrixaca por un trombo en el gemelo y hasta 2019 estuvo tomando anticoagulantes para tratar su trombofilia. De forma que este veinteañero siguió a rajatabla las indicaciones de su médico de cabecera.

El Hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia donde ingresó David. Efe

Otro factor para tomarse en serio el positivo fue el hecho de que también se contagiaron su hermana y sus padres. El poco tiempo que transcurrió hasta la notificación del resultado de la PCR de David, fue suficiente para que el coronavirus se extendiese entre los cuatro moradores del domicilio familiar, ya que Noemí también es socia y trabajadora en la confitería de Murcia donde empezó el foco de Covid.

- Noemí, ¿cómo evolucionó la situación en casa?

- David fue el primero en dar positivo y en aislarse en su cuarto porque tenía síntomas. Después confirmaron nuestros contagios, pero ya estábamos sin salir de casa. El miércoles 7 de julio, una semana después de confirmar su positivo, llamaron a mi hermano del Centro de Salud de Sangonera la Seca para darle ya el alta, pero se negó a cogerla. Le dijo a su médico de cabecera que todavía tenía vómitos, diarrea, tos y se notaba muy cansado. Entonces, la doctora le dijo que se esperase.

- ¿Qué ocurrió después?

- Su médico de cabecera le volvió a llamar a los dos días: el viernes 9 de julio, a las 12.32 de la mañana. Mi hermano le dijo otra vez que seguía con tos, mocos, y cansancio, pero la doctora le dio el alta por Covid para que saliera a la calle y empezase a hacer vida normal, aunque le dijo que como tenía esos síntomas no le iba a dar el alta laboral hasta el viernes próximo.

Tal situación es lo primero que chirría a la familia en la gestión médica del caso de su hijo que ha culminado con su muerte. Este adolescente, graduado en Magisterio de Primaria, de un metro noventa de altura y más de cien kilos de peso, que antaño se movía con energía por la confitería y las canchas de pádel, llevaba días que no podía con su alma. "Después de recibir el alta por coronavirus seguía cansado y el domingo 11 de julio, a David le empezó a doler la espalda", denuncia su hermana. 

Visita a Urgencias

El lunes, el malestar fue 'in crescendo', y David tuvo que acudir al Hospital Virgen de la Arrixaca. "Estaba muerto de dolor en la espalda y se marchó al Servicio de Urgencias, allí estuvo tres horas, le hicieron una radiografía de tórax, y lo mandaron de vuelta a casa", resumen padre e hija, mostrando a EL ESPAÑOL el parte médico donde se recoge la segunda cuestión que levanta sospechas en la familia:

- Diagnóstico: Mínima lesión residual paracardiaca izquierda.

- Tratamiento: Control por su médico, hacer radiografía de control programada en 1 o 2 meses.

"No le recetaron nada y cada vez se notaba peor, así que el martes 13 llamó a su médico de cabecera para contarle que fue al Servicio de Urgencias de La Arrixaca porque estaba condolido, entonces la doctora le mandó reposo, alternando ibuprofeno y paracetamol cada tres horas", tal y como detalla su hermana. Llegado este punto del relato rompe su silencio la madre, Pepita, para realizar una apreciación: "Mi hijo tiene trombos porque yo también los padezco, el ibuprofeno no es bueno para los que tenemos problemas de circulación y encima eso fue lo que le recetaron".

Paco, en el salón de su casa, repasando el parte de alta médica de su hijo. Badía

Tres llamadas al 112

Todos los datos que aportan padre e hija los tienen documentados, incluidas las llamadas que realizó el chico al centro de salud informando de que seguía sintiéndose mal. Los familiares han analizado su teléfono móvil y han repasado, al milímetro, cada paso que dio David durante los seis días que transcurrieron desde que recibió el alta Covid hasta que falleció. "Cometieron errores".

Los últimos fallos, en opinión de los familiares de este joven aficionado del Real Madrid hasta la médula, se produjeron en las horas previas a su muerte. El miércoles 14 de julio, David pasó la mayor parte del día en el domicilio familiar porque seguía con tos y con sensación de cansancio. Todo ello, tras recibir cinco días antes el alta, ir a La Arrixaca y avisar de su médico de que su estado no mejoraba.

"A última hora de la tarde comenzó a notarse peor y a la una de la madrugada, vino a mi habitación a preguntarme si le tocaba un ibuprofeno o paracetamol", relata su hermana, Noemí.

"Le di la pastilla y se acostó". Pasados unos minutos de aquella madrugada del jueves 15 de julio, se desataron las alarmas de los padres: "David entró a nuestra habitación porque tenía hinchado el muslo de la pierna derecha, con sus antecedentes, lo tuvimos claro, era un trombo".

Paco realizó tres llamadas al Teléfono de Emergencias. La primera a la 1.41 horas. "Al médico del 112, le expliqué los antecedentes por trombos de mi hijo y que había tenido coronavirus, el médico me preguntó si tenía el muslo frío o caliente, le dije que estaba frío, me preguntó si era una persona gruesa y le contesté que era un chico corpulento, entonces dijo que enviarían una ambulancia para evaluar a David".

La ambulancia no llega

Del Hospital Virgen de la Arrixaca a Sangonera la Seca hay diez kilómetros de distancia, pero a las 2.24 horas seguía sin llegar la ambulancia. Paco realiza la segunda llamada al 112. "Pedí que se dieran prisa porque mi hijo estaba peor y muy nervioso". A las 2.28 horas continuaban sin noticias de la ambulancia. "Llamé por tercera vez al 112 porque traté de llevar yo a David al hospital, pero no pude levantarlo de la cama: estaba empapado en sudor, mareado y blanco como la nieve".

- Paco, ¿cuándo llegó la ambulancia?

- Tardó una hora en llegar: serían entre las 2.45 y las 3 de la madrugada. Encima, nos enviaron una no asistencial, es decir, sin médicos, solo con un conductor, a pesar de que en las tres llamadas les conté el historial de mi hijo y lo mal que se encontraba. Además, tuve que ayudar al chófer porque cuando subió a la habitación se puso de brazos cruzados y al bajarlo a la calle, David se desplomó. No pudo ni encamarlo; lo sentó; le colocó el cinturón de seguridad; le dijo que si se mareba durante el traslado que diese un grito, y encima no me dejó subir a mí por protocolo.

Un modelo de ambulancia no asistencial que utiliza el Servicio Murciano de Salud. Carm

Malas noticias

A su llegada a la puerta del Hospital Virgen de la Arrixaca no mejoraron las cosas. "Solo salió una chica con una silla de ruedas y no podía con mi hijo, el cual no paraba de preguntar desde la ambulancia: ¿Dónde están los médicos?" Cuando por fin lo subieron a una cama y lo metieron a urgencias, Paco supo que no volvería a ver a David porque desde el minuto uno le informaron de que la situación era crítica.

"La primera doctora que salió a hablar conmigo, ya dijo que iban a hacer todo lo posible, a partir de ese instante, me imaginé lo peor". A las 4.30 horas del jueves 15 de julio se apagó David: 29 años de pura bondad y honradez. La noticia dejó desolados a sus padres y a sus dos hermanos con los que había montado una confitería. Paco lanza una reflexión lapidaria:

"La causa inmediata de la muerte de mi hijo es una parada cardiorrespiratoria y la causa fundamental de la muerte una infección por Covid, pero si le dieron el alta el jueves 9 de julio: ¿Cómo es posible que David muriese por coronavirus seis días después de que su doctora le dijese que tenía que hacer vida normal?"

Noemí y David eran como Zipi y Zape: siempre de risas, juegos, confidencias... Esta veinteañera no puede describir la pena que siente por haberle enterrado antes de los treinta, pero sí sabe expresar las dudas que le genera su periplo médico: "Nosotros estamos trabajando de cara al público en la confitería y mi hermano, como seguía con síntomas, para estar tranquilo y confirmar su negativo en Covid, pidió una PCR, sin embargo, su doctora le dijo que eso ya no era obligatorio por protocolo".

Salud defiende el protocolo

La mañana del jueves 15 de julio, desde el Centro de Salud de Sangonera la Seca telefonearon a Noemí para darle el alta Covid y ella dio otra noticia: "Mi hermano ha muerto". El personal sanitario se quedó petrificado.

Desde la Consejería de Salud no entran a valorar las circunstancias que han rodeado al deceso de David: el más joven de los 1.610 fallecidos que se han registrado en la Región de Murcia desde que la pandemia arrancó hace un año y cuatro meses. "Respecto de que la familia se plantee emprender acciones legales, no tenemos nada que decir", indica un portavoz del citado departamento: "La atención sanitaria se da en base a los protocolos y criterios de los profesionales".

El prematuro fallecimiento de David cayó como un bomba entre los 5.719 vecinos de Sangonera la Seca: la pedanía con el término más extenso de Murcia, marcada por la presencia de la Base Aérea y la Ermita de Belén. "Estamos destrozados en el pueblo, yo conocía a ese chico desde niños cuando íbamos a los campamentos de verano: siempre fue una buena persona, de carácter vergonzoso, al que no le gustaban los jaleos ni las juergas, solo el deporte", cuenta Ana, a pie de calle.

Las muestras de dolor se suceden también entre la comunidad educativa del Colegio San José de la Montaña. Allí, David cursó sus estudios de crío para regresar con 24 años, siendo un universitario presto y diligente para hacer sus prácticas de Magisterio de Primaria con los chiquillos.

- Paco, usted valora emprender acciones legales por el fallecimiento de su hijo, ¿qué es lo primero que harán?

- Vamos a analizar el historial clínico con el abogado Ignacio Martínez para ver qué cosas se han hecho mal para que llegase así a La Arrixaca y muriese con solo 29 años. Hemos entrado a Murcia Salud y no podemos acceder a su historia. Mi hija ha ido al Centro de Salud de Sangonera a pedírsela a la médico de cabecera de David, pero dice que no puede dársela y pone como excusa que está bloqueada por el sistema. 

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