Murcia

Laura se desplazó a Murcia para participar en una concentración contra la ley Trans que impulsa la ministra de Igualdad, Irene Montero, y acabó en el servicio de urgencias de un hospital. "Me duele mucho el cuello porque del tironazo de pelo que me dieron me torcieron la cabeza bruscamente y me causaron una rectificación cervical", tal y como detalla esta cartagenera de corazón, nacida en Budapest hace 34 años, y que este sábado fue agredida por un grupo de feministas a favor de la ley Trans.

"Me están dando relajantes", precisa Laura en conversación telefónica con EL ESPAÑOL tras verse obligada -este domingo- a regresar al hospital por los dolores musculares que padece en el cuello. "Me han fastidiado bien, esa chavala fue muy bestia conmigo, hasta me arrancó trozos de pelo".

La agresión que sufrió en el paseo murciano del Malecón se viralizó después de que el grupo feminista radical RadFem la difundiese en su cuenta de Twitter. De esta forma denunciaron el boicot violento que protagonizó otro colectivo feminista contra la concentración que celebraron en el citad paseo, con el objetivo de sumarse a los actos promovidos por toda España, por la Confluencia Movimiento Feminista. El leitmotiv de estas convocatorias -incluida la de Murcia- era mostrar públicamente el rechazo a la nueva legislación Trans.

"Este lunes acudiré a presentar una denuncia", avanza Laura. La Policía Nacional tendrá que dirimir esta agresión, con tintes de odio, entre activistas feministas, y que tiene un matiz importante: unas están a favor de la autodeterminación de género de la ley que promueve la ministra Ireno Montero, porque son transinclusivas, y otras son contrarias a esa norma, es decir, transexcluyentes.

Concentración feminista

"Todo fue rapidísimo, solo veía piernas, porque cuando me agarraron del pelo me agacharon la cabeza para darme un rodillazo en la cara, pero lo evitó una chica (de RadFem) que puso la pierna por medio", relata Laura mientras apunta que fue atacada cuando sujetaba la pancarta de la concentración contra la ley Trans del Ministerio de Igualdad. El lema solo hacía uso de la libertad de expresión: 'Sexo no es género, género es opresión'. 

- ¿Por qué motivo unas feministas pegaron a otra feminista como usted?

- Nuestra concentración en el paseo del Malecón de Murcia tenía permisos y era pacífica. De hecho, nosotras estábamos gritando nuestros lemas, pero llegaron las contramanifestantes, eran cuatro gatos, y se pusieron delante de nuestra pancarta de cabecera para desplegar su pancarta. Entonces, viendo que nos tapaban, como yo era más alta, pues aproveché para cogerles la pancarta por encima de ellas. Vamos, que ni las toqué. En ese momento, una se revolvió a toda pastilla y comenzó el caos total. Me cogieron del pelo y solo veía piernas porque me agacharon la cabeza para darme un rodillazo en la cara. Mi provocación fue esa: quitarles una pancarta. Mientras me cogían del pelo, una de ellas gritaba: 'Dale, que esa es la Strego'.

Esta activista, declarada abiertamente bisexual, residente en Cartagena, y madre de una niña, de 9 años, es bastante conocida entre los colectivos feministas por su faceta profesional. Laura Strego es ilustradora y caricaturista del diario El Común, así como diseñadora de camisetas, bolsas de tela y chapas que promueven el feminismo con mensajes contundentes: 'No hay hoguera que calle a esta bruja'.

"Me pegaron y solo estaba manifestándome en contra de la ley Trans: se dieron la vuelta a por mí como un Miura", insiste indignada Laura Strego, cuyo nombre profesional es un juego de palabras de sus dos apellidos, del que también saca partido en redes sociales donde solo en Twitter cuenta con más de 4.270 seguidores.

"Mis compañeras no quisieron pelea en ningún momento". Prueba de ello es que en el vídeo de RadFem, las integrantes de este grupo feminista radical comienzan a instar a todas a sentarse en el suelo para que la Policía Local tuviese claro quién estaba ejerciendo la violencia. "Además, ellas hicieron una contramanifestación y eso es ilegal".

La concentración de RadFem fue interrumpida con violencia por oras feministas. Cedida

- ¿Cuáles son las razones por las que usted rechaza la normativa que impulsa el Ministerio de Igualdad?

- No tengo nada en contra de los transexuales que han hecho su transición de un género a otro. El problema lo tengo con 'jetas' como el tío este de Fuerteventura (Jonathan de Jesús Robaina) que asesinó a su prima a martillazos y ahora se ha declarado mujer. Como esta ley Trans permite modificar el sexo registral con facilidad, en función de cómo te sientas, entonces podrán cambiar a delincuentes sexuales a cárceles de mujeres. Por eso esta ley me parece peligrosa, por no hablar de las listas de paridad, las ayudas específicas para mujeres o el 'no es no': ¿Qué pasará con el no es no? ¿El no es no será así hasta que se trate de un transexual?

Para Laura, su postura de rechazo frontal contra la ley Trans tiene mucho que ver con su condición de mujer feminista, que está muy ligada a un duro trance que padeció siendo menor de edad: "Sufrí agresiones sexuales continuadas, desde los 13 hasta los 17 años, por parte de un adulto y tengo bastantes problemas psicológicos derivados de ello".

Esta ilustradora, que estudió un módulo de Fotografía y que ha trabajado de camarera, de cajera, de animadora en fiestas infantiles, y de lo que haga falta con tal de sacar adelante a su niña, asegura con vehemencia que "si no llega a ser por el feminismo no se dónde habría terminado".

- ¿Por qué dice usted eso?

- Me encontré en la tesitura de que la gente decía que yo era una guarra por criticar a este tío, de 21 años, que abusó de mí. Con el feminismo comencé a desandar este trauma de mi adolescencia.

Otra agresión en el 8M

Ni en la vida ni en su faceta como activista lo ha tenido fácil. A los 24 años, Laura se quedó embarazada y tras ser madre su pareja rompió la relación. "Tuve que sacar a mi hija adelante, yo sola". En el campo del feminismo, al margen de la agresión de este sábado, a cuenta de la ley Trans, Laura ya ha tenido otros encontronazos físicos con mujeres por expresar sus ideas: "En la manifestación del 8M de 2018, me quitaron una pancarta que llevaba contra los vientres de alquiler y se me tiraron como leonas, me acuerdo de que una tenía las uñas superlargas y se tiró a los ojos, cuando puse el brazo para protegerme me dieron un mordisco".

- ¿Ha sufrido más episodios de violencia física o verbal desde el feminismo o desde colectivos LGTBI por su forma de expresarse?

- El acoso que sufro en redes sociales es brutal desde que hice una tira cómica a favor de Lucía Etxebarria, por aquella vez que le dieron el 'premio' Ladrillo (colectivo LGTBI de Madrid). También me acosan porque me he metido en más de una ocasión con las políticas de la ministra Irene Montero. Me han llegado a desear la muerte y me han mandado fotos de genitales masculinos diciéndome: 'A ver si te pillo y te tragas esto y se te quita la tontería: eres una TERFA (Feministas Radicales Trans-Exclusionarias). Es de locos el acoso que sufro, hasta por haber nacido en Hungría, como si yo tuviese algo que vez con la homofobia del Gobierno húngaro de Orbán. Nunca he denunciado nada porque lo hacen desde cuentas que son falsas.

- Usted es contraria a la regulación de la autodeterminación de género diseñada por el Ministerio de Igualdad. ¿Es una feminista transexcluyente?

- No. De hecho, una amiga trans, me llamó este domingo para ir a recogerme al hospital. Solo estoy en contra de la ley Trans por las facilidades que ofrece a los hombres para convertirse en mujer. Yo no quiero quitarle los derechos a nadie, pero no estoy dispuesta a dejar que me quiten los míos. Esta ley se basa en un sistema de creencias: yo me tengo que creer que un hombre es mujer porque él lo dice y ya está. Eso me parece una barbaridad porque si esta ley sale adelante y no te crees eso, pues te colgarán un delito de odio.

Una de las ilustraciones firmadas por Laura Strego. Laura Strego

Anuncian una demanda

La batalla entre colectivos feministas a cuenta de la ley Trans que se ha vivido en el paseo murciano del Malecón tiene pinta de terminar en los juzgados, no solo por la denuncia que Laura presentará ante la Policía Nacional, sino por el anuncio hecho este domingo a través de Twitter desde Nosotras por la Abolición: una asociación enfocada en la atención a mujeres que sufren violencia relacionada con su sexo.

"La semana que viene vamos a presentar como acusación popular, una demanda en contra de las personas responsables de la contramanifestacion violenta que ocurrió en Murcia, también presentaremos otra por delito de odio".

- Laura, ¿qué significa para usted el feminismo?

- El feminismo radical por las mujeres. Da igual tu etnia, tus creencias religiosas o tu ideología política. La idea es la protección de las mujeres. Es un feminismo mal entendido para mucha gente porque lo de radical lo asocian con extrememismo, pero para mí significa de la raíz: el ir a esa raíz de la igualdad para terminar con la opresión a la mujer. No me parece lógico que se normalice el maltrato a la mujer por temas culturales, que todavía sigan haciendo ablación de clítoris y que los derechos humanos sean más válidos para las personas de un sexo que del otro. Esto no va de ir por la calle diciendo que los hombres son malos. Por eso no le gustamos mucho al feminismo que se vende desde el Gobierno de España. No entendemos ese feminismo tan 'cookie' que está a favor del 'hiyab' para las mujeres árabes.

- Si tuviese la oportunidad de hablar con la ministra Irene Montero: ¿Qué le diría?

- Le diría que es una farsante porque se llena la boca diciendo que el colectivo trans es muy vulnerable y que sufre muchos suicidios. Bien es cierto que hay que acabar con la opresión que sufren, pero también hay otro colectivo mucho más numeroso que el de los transactivistas, que somos el de las supervivientes de las agresiones sexuales y que tenemos un índice mucho más alto de suicidios y un abandono y un maltrato institucional completo. A Montero le diría que no sea hipócrita y que de verdad esté por las mujeres.

- ¿Usted ideológicamente dónde se sitúa?

- Me sitúo en cabreada. Yo solía ser de izquierdas, pero me han decepcionado. Soy una huérfana política. Me parecen todos unos impresentables.

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