Murcia

En los tres años en los que David ha estado al frente de dos empresas multiservicios de cerrajería, fontanería y electricidad, se ha situado en la diana legal de 81 clientes a los que llegó a cobrar 1.533 euros: por abrir la puerta de una vivienda, con la cerradura rota, y cambiar el bombín. El motivo de estas facturas estratosféricas son las tarifas de cada concepto, por poner un ejemplo, la hora de trabajo, en día laborable, asciende a 193 euros más IVA, y en días festivos, a 240 eurazos más IVA. Básicamente, era mejor quedarse en la calle y comerse una buena mariscada que llamar a VGR Multiservicios de Cerrajería SL o a 24h Intervención de Servicios AVGR.

Hasta ahora los afectados solo conocían la voz de David. Este murciano, de 29 años, era la persona que respondía al teléfono de esas empresas, las cuales estaban en un puesto 'top' de Google para que al cliente potencial, nada más teclear en el buscador, le apareciese el número de esas mercantiles que podían cobrar 930 euros por abrir una puerta con el bombín roto. Desde este jueves, los damnificados ya le pueden poner cara al 'cerrajero' que más titulares negativos de prensa acapara porque David acudió a la Ciudad de la Justicia de Murcia. Estaba citado para un acto de conciliación.

Un total de 28 clientes le reclamaban más de 15.000 euros de facturas que consideran abusivas. "Esta persona sostiene que es un intermediario de cerrajería, que los consentimientos de los servicios se prestaron válidamente y se informó de los presupuestos verbalmente, de forma que tras cerrarse el acto de conciliación sin acuerdo, ahora estudiaré con mis clientes si presentamos una demanda colectiva contra este cerrajero por vía civil o penal", avanza Rodrigo Pozo, el letrado que representa a todas las personas que reclaman contra las citadas mercantiles.

Vista aérea de la Ciudad de la Justicia de Murcia. Badía

David suma ocho denuncias en consumo, otras ocho en la Policía Nacional y una querella en el horizonte. Este veinteañero opera en la alegalidad y por ese motivo 81 ciudadanos de la Región de Murcia y de Castilla-La Mancha han recurrido a los servicios de Rodrigo Pozo: experto en derecho civil y mercantil. Las empresas VGR Multiservicios de Cerrajería SL y 24h Intervención de Servicios AVGR han tenido sedes sociales a efectos de contar con una dirección, pero en la práctica, fisicamente no había ni oficina ni rótulo ni un simple buzón para sugerencias y reclamaciones.

La primera dirección llevaba al Polígono Oeste de Alcantarilla y la segunda a la pedanía murciana de El Palmar. EL ESPAÑOL se personó en la segunda dirección: un dúplex. El periodista llama a la puerta y pregunta al hombre que reside en el citado inmueble por David 'el cerrajero'. "Mire, llevo tres meses viviendo aquí, con lo cual, no sé de lo que me está hablando y no sé quién es ese señor". Este diario comprueba que tal respuesta es mentira: en el buzón figuran el nombre y apellidos de David y la persona que ha abierto es un allegado. De forma que este diario llama otra vez:

- Periodista: Perdone que le moleste otra vez, pero usted me ha dicho que aquí no vive David y he visto su nombre en el buzón...

- Allegado: Mire, como vuelva a llamar al timbre para preguntar otra vez, aviso a la Policía y le pongo una denuncia.

El letrado Rodrigo Pozo lleva tiempo investigando el supuesto 'modus operandi' del titular de estas empresas multiservicios y asegura que las direcciones, a veces, llevan a un polígono, a una casa, a un edificio de oficinas... "Este cerrajero cambia de sede social cada cierto tiempo, de hecho, la primera demanda de conciliación que se tramitó contra él fue archivada por el juez porque el notario al que contratamos no podía notificarle la citación en ninguna de las direcciones de sus mercantiles".

A las Fuerzas de Seguridad, le constan direcciones de David en Palma de Mallorca y en la pedanía murciana de Los Garres. Eso de ubicarle es complicado, salvo para contratar servicio de cerrajería, ya que en Youtube basta con teclear su nombre y apellidos para acceder a un canal con un anuncio, con el mismo mensaje y un número de teléfono: 'Cerrajero urgente 24 horas'. Un detalle, lo único que cambia en el texto del anuncio es el nombre del pueblo al que va dirigido y hay más de cien localidades.

Murcia, Galicia, Cataluña...

Este veinteañero ha sido varios años autónomo y cuenta con conocimientos de cerrajero, electricista y fontanero. Tal perfil técnico le ha permitido a David que sus empresas multiservicios operen en Cataluña, Galicia, Islas Baleares y la Región de Mucia

EL ESPAÑOL pudo localizar a un profesional que trabajó con David: "Me fui por mi conciencia. Su política de empresa es que si sacas 300 en vez de 100 euros, pues mejor. Él ponía anuncios buscando cerrajeros y se expande por toda España. Este tío se gana la vida a comisión con otros profesionales de la cerrajería". 

Prueba de ello, es que este técnico detalla que el empresario murciano tenía, "al menos", a una veintena de cerrajeros por varias autonomías: "Él venía con el coche, se entrevistaba con los cerrajeros, comenzaba a pasar faena y se encargaba de la publicidad". El posicionamiento en Google jugaba un papel clave para que a los clientes potenciales le saltasen las mercantiles de David nada más poner tags como 'cerrajero', 'urgente', 'cerradura', 'puerta'...

Una de las imágenes de las empresas de cerrajería que han sido motivo de reclamación. Cedida

- ¿Cómo ha podido sumar David tanto tiempo haciendo lo mismo sin tener problemas legales hasta ahora?

- Él ha tenido un montón de denuncias de la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios). Esto no es competencia de la Policía. Si yo ahora vengo y te hago un servicio con un precio abusivo, si tú vas a la Policía, te dirán que vayas a Consumo: ¿Verdad o mentira? Yo no te he puesto una pistola en la cabeza y te he dicho: 'págame'. Este mundo es una mafia: la cerrajería es lo que tiene. 

- ¿Cuál era el 'modus operandi' de las empresas multiservicios de cerrajería, fontanería y electricidad de David?

- Buscaba cerrajeros poniendo anuncios, viajaba en coche para entrevistarse con ellos y les explicaba las tarifas base. Él hacía de intermediario entre el cliente y el técnico, así es como se ganaba la vida. Siempre estaba el primero en internet, debía meter pasta en publicidad o en Google AdWords. Cambiaba el anuncio para no levantar la liebre. Él puede abrir con nombres distintos y seguir con su modelo de negocio.

- ¿Cuánto facturaba a la semana por abrir puertas, cambiar bombines y arreglar el resbalón de una puerta para estas empresas de Murcia?

- No me acuerdo y tampoco lo diría. Eso ya queda en el pasado. De eso no quiero hablar. Tenía que subir mucho los precios para ganarme la vida mínimamente bien.

Testimonios de clientes

De las ocho denuncias interpuestas contra las empresas multiservicios de David, constituidas con un capital social mínimo de 3.000 euros, al menos dos de ellas se han presentado en dependencias policiales de la Región.

Uno de los denunciantes reside en Cartagena y expone al Cuerpo Nacional que se quedó en la calle al dejarse las llaves dentro de su casa: "Se personó un cerrajero de AVGR, manipuló la cerradura y me dijo que tenía roto el bombín. El técnico dijo que tenía uno en la furgoneta, le pregunté el precio y me respondió que no me preocupara que podía pagar con tarjeta". De hecho, este cartagenero tuvo que tirar de crédito cuando el cerrajero le pidió 716 euros por los servicios prestados.

El denunciante incide en su relato a los agentes en lo exagerado del importe de la factura: "Me sorprendió la cantidad, el técnico me dijo que no me preocupara que el seguro lo pagaría todo, me dio copia de la llave y le pagué esa cantidad. Quiero hacer constar que esto es un precio abusivo, me siento estafado y presento copia de la factura".

Una agente de Policía Nacional tramitando una denuncia. CNP

La segunda denuncia es de una vecina de Murcia que al llegar a su piso no pudo entrar porque un caco forzó su cerradura. La mujer llamó a la empresa que ocupaba la cúspide de Google: "Le pregunté el precio que me podía costar y me dijo que tenía que venir a casa a hacer una valoración". Cuando llegó el cerrajero esta clienta volvió a pedir presupuesto: "Me dijo que no me preocupase porque el seguro lo cubría, insistí varias veces en conocer el precio y respondió que primero tenía que hacer el trabajo".

Luego vino la factura y fue una clavada: 930 euros por abrir la puerta, además de cambiar la cerradura. "Me pareció excesivo el precio que iba a cobrar, le pedí explicaciones, le exigí la factura y el técnico respondió con amenazas. Me dijo que si no pagaba me llevaría al juzgado porque conocía a la Policía, trabajaba mucho con ellos, llamaría, y me llevarían detenida. Ante la actitud intimidatoria del cerrajero y por miedo a lo que me pudiera pasar, le pagué con la tarjeta de crédito".

Conceptos extraños en las facturas

Entre las facturas analizadas por el abogado Rodrigo Pozo, especialista en consumo, se ha percatado de la existencia de conceptos extraños: "A un cliente le cobraron desplazamiento, elaboración de presupuesto, riesgo COVID y mano de obra; pero el desplazamiento no se cobra porque está subsumido cuando el cerrajero realiza el servicio, hacer un presupuesto es una obligación legal para cualquier empresa, no se puede exigir remuneración por ello, y jamás he visto una tarifa por coronavirus".

Otra constante que ha observado el letrado, es que los servicios de cerrajería apenas duran unos minutos y las cantidades son desorbitadas. Valga como botón de muestra la siguiente reclamación ante la Organización de Consumidores y Usuarios, que una murciana presentó tras llamar a una de las mercantiles sospechosas. La mujer pidió que le abriesen la puerta de casa porque se había dejado puestas las llaves:

"Saca una lámina de plástico fina y abre. Desde que llegó hasta que abrió la puerta pasan cinco minutos escasos. Lo siguiente que hace es cobrar. Desplazamiento: 66,55 euros. Mano de obra: 332,75 euros. Servicio urgente: 83,49 euros. Importe total: 482,79 euros. Es tal mi sorpresa y espanto, que me tiembla la voz, le digo que es una barbaridad, me dice que es la tarifa habitual por los servicios de cualquier cerrajero. Yo desconociendo las tarifas habituales le digo, ya sin pensar, que no tengo efectivo para pagarle, me dice que no me preocupe, que lleva datafono, y procedo a pagar a pesar de que sentía angustia porque me estaba sintiendo engañada".

Rodrigo Pozo, abogado especializado en derecho civil y mercantil. Cedida

Desde Pozo Abogados Despacho Jurídico Multidisciplinar han contactado con especialistas del sector para contrastar las tarifas: "Este hombre cobra 193 euros por hora, en día laborable, cuando lo habitual es que un cerrajero cobre de 50 a 60 euros; en días festivos cobraba 240 euros la hora, cuando lo normal es de 90 a 100 euros; por el diagnóstico de una avería pedía de 50 a 60 euros...". Todo ello lleva al bufete a una conclusión: "Estos conceptos si hubiesen sido informados con carácter previo, nadie en su sano juicio habría contratado nada". 

- Rodrido, ¿hay algún patrón común entre sus 81 clientes?

- Llamaban a la empresa de cerrajería, pedían presupuesto orientativo por teléfono, pero se les decía que no se lo podían dar porque antes había que ver la puerta, de qué tipo era, las circuntancias de la avería y lo que refieren los clientes era que siempre lo arreglaban rápido. La mayoría de las veces era cambiar el bombín o un problema en el resbalón. En cuanto hacía la reparación, el cerrajero se metía dentro de la casa, rellenaba el presupuesto y sacaba el datáfono. Los afectados hablan de una situación intimidatoria porque cuando se quejaban del precio: el tono se volvía bronco. 

- Una vez que ha sido infructuoso el acto de conciliación con David, el titular de las empresas multiservicios, ¿cuál va a ser la estrategia legal que usted va a seguir?

- Este hombre sostiene que es intermediario de cerrajería, pero en su página web se presentaba como cerrajero y veremos qué ocurre. Ofertaba servicios rápidos y económicos, desde 30 euros, pero lo mínimo que cobraba eran 400 euros, el coste de los materiales estaban fuera de mercado y los cerrajeros no se identificaban a los clientes. Además, los precios se informaban de forma anómala en un presupuesto entregado tras la reparación y donde el domicilio social de la empresas no existía para que no llegasen reclamaciones. Voy a estudiar con mis clientes si presentamos una demanda colectiva por vía civil, por incumplimiento de obligaciones de información precontractuales y contractuales, o por vía penal, para pedir una indemnización por daños y perjuicios.

El 20 de mayo este diario contactó con David para proponerle una entrevista para escuchar su versión de los hechos y lo rechazó.

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