Como si fuese año nuevo, cuando el reloj de la Puerta del Sol dio las 12 el sábado pasado, la muchedumbre gritó de alegría. España salía en ese momento del estado de alarma impuesto por la crisis del coronavirus. El grueso de las comunidades autónomas decían adiós al toque de queda y al cierre perimetral. Y muchos interpretaron eso como una carta blanca para llenar las calles de botellones. Nada hace pensar que este fin de semana no ocurra lo mismo.

Las imágenes de jóvenes llenando calles y plazas se dieron por todo el territorio nacional: Barcelona, Madrid, Oviedo, Salamanca, Sevilla, Bilbao, Valladolid… Incluso en Palma de Mallorca, donde seguía —y sigue— vigente el toque de queda, hubo 16 detenciones en una concentración no autorizada contra el toque de queda. En la capital se pusieron hasta 450 sanciones por consumir alcohol en la vía pública, para “decepción” —que no enfado— de Fernando Simón. La pregunta del millón es: ¿Esto nos va a llevar a una quinta ola?

Han sido imágenes muy vistosas y llamativas, pero no tenemos muy claro el impacto que va a tener”, explica el epidemiólogo Jonay Ojeda. “Con el estado de alarma buscábamos reducir estas interacciones sociales, pero eso ha sido tan llamativo. El hecho en sí puede tener repercusión local en algún sitio, pero a mí lo que me preocupa es el mensaje que se está trasladando. Tiene más riesgo que pensemos que podemos cambiar de actitud y que el riesgo ha disminuido. Pero seguimos teniendo muchas comunidades autónomas con un riesgo extremo de contagio”.

“Si hubiera algún efecto, lo veremos en unos 10 días. Pero va a ser muy difícil asignarlo a estos hechos”, asegura el experto. Porque los botellones no son la única consecuencia del fin del estado de alarma. Cabe recordar que, al tiempo que la gente se echa a la calle, se han abierto las fronteras de las comunidades autónomas y eso también aumenta el riesgo de contagio. “Es previsible que tenga un impacto local, pero durante el estado de alarma mucha gente celebraba fiestas en interiores, que es peor”.

Aquí va un repaso de lo que ocurrió el fin de semana pasado en 12 ciudades españolas y que, previsiblemente, volverá a pasar este. El Gobierno ya ha anunciado un dispositivo especial para prevenir los botellones en las próximas semanas, si bien en esa previsión no se incluyen cifras concretas de agentes.

Madrid

Alcohol, alcohol, alcohol… Hemos venido a emborracharnos, el resultado nos da igual. Este cántico importado del fútbol sonó con fuerza la madrugada del domingo en el centro de Madrid. Fueron varios los puntos de la capital donde se agolparon los jóvenes para hacer lo que llevaban meses sin hacer. Los principales lugares de la jarana fueron la Puerta del Sol y la Plaza del Dos de Mayo, aunque también hubo botellones multitudinarios en otros enclaves, como la Puerta de Toledo.

Un hombre brinda por el fin del estado de alarma en la Puerta del Sol de Madrid.

Este fin de semana se celebra San Isidro en Madrid y un dispositivo de 1.100 policías velarán porque se cumplan las medidas de seguridad y la normativa municipal que prohíbe consumir alcohol en la vía pública. Si la tradición castiza se mantiene, el foco de este fin de semana será la pradera de San Isidro, además de los enclaves céntricos antes citados.

Barcelona

En la ciudad condal, tres cuartos de lo mismo. Miles de jóvenes salieron a la calle a celebrar el fin del estado de alarma. Los puntos más concurridos fueron el paseo del Born, la plaza dels Àngels o el barrio de Gràcia. Una discoteca móvil improvisada amenizó la noche en el Paseo de Lluis Companys con el Arco del Triunfo. A pocos metros, el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya, el órgano que decidiría una hipotética vuelta al toque de queda.

Una multitud de jóvenes se agolpa en el paseo de Lluis Companys (Barcelona).

Menos aglomerados, pero igualmente festivos estaban los asistentes a la playa de la Barceloneta. En total, 6.500 personas fueron desalojadas en 31 puntos de la ciudad por formar aglomeraciones y no cumplir con las medidas de protocolo para no propagar el bicho. De poco sirvió que la Guardia Urbana de Barcelona reforzara sus efectivos un 30% de cara al fin de semana. Este dispositivo sigue vigente de cara a este fin de semana.

Salamanca

La ciudad del Tormes es punto de encuentro de miles de estudiantes universitarios de toda España. Un periódico local lo denominó Crónica de un botellón anunciado. Cientos de jóvenes abarrotaron la Plaza Mayor de la ciudad incluso antes de la medianoche. El toque de queda estaba vigente en Castilla y León desde las 22 hasta las 0h. Pero ese lapso de tiempo fue ignorado tanto en Salamanca como en el resto de España. Las autoridades hicieron la vista gorda.

Hubo hasta quien lanzó fuegos artificiales cuando llegó la medianoche. La fiesta también se vivió en la zona de Puente Romano. El balance de la noche se saldó con una treintena de multas por botellón y otras tantas por no usar correctamente la mascarilla. La Policía pudo disolver sin mucha complicación la concentración en la Plaza Mayor. ¿Pasará lo mismo este fin de semana?

Imagen de la Plaza Mayor de Salamanca la madrugada del pasado domingo.

Valladolid

Menos pacífica fue la noche en la capital castellano leonesa. Dos jóvenes resultaron heridos al recibir sendos golpes en la cabeza. Uno recibió un botellazo y otro fue herido con un palo. Varias personas resultaron detenidas por estos hechos ocurridos bien entrada la madrugada en Valladolid.

También dos personas resultaron detenidas por resistencia a la autoridad en la zona de las Moreras, donde se concentraron mayoritariamente los jóvenes vallisoletanos para celebrar el fin del toque de queda. Otro hombre fue detenido por robar en un quiosco y los bomberos tuvieron que apagar media docena de contenedores. Las autoridades sufrieron una noche poco habitual. También en Burgos y en Segovia se vieron concentraciones, aunque más pacíficas.

Palma de Mallorca

Cuatro agentes heridos y 16 detenidos. Ese fue el balance de la primera noche sin estado de alarma en la capital balear. Ocurrió cerca de las 23h, cuando comenzaba el toque de queda, que sigue vigente en Baleares. Numerosos jóvenes se concentraron en la Plaza de España coreando consignas contra el Govern, las medidas restrictivas, las mascarillas y el cierre de la hostelería. La Policía les conminó a que se disolvieran en varias ocasiones, pero los concentrados ignoraron las órdenes y arrojaron objetos a los agentes, entre ellos algunas piedras.

Los policías procedieron a desalojar el lugar y los manifestantes se dispersaron por las calle aledañas arramplando con el mobiliario que encontraban a su paso. Una hora duraron los disturbios. Baleares es de las pocas comunidades que mantiene el toque de queda nocturno.

Asturias

De Oviedo salió la imagen de dos hombres con el torso desnudo -y la cara también- en posición de combate en plena noche. Pese al despliegue policial que hizo el gobierno de Adrián Barbón, los jóvenes tomaron las calles también en Gijón y la capital asturiana. Varias patrullas tuvieron que intervenir en la zona de Somió, en Gijón, donde se agolparon más de 200 jóvenes para hacer botellón.

Sin embargo, la noche en el Principado fue mucho menos bronca que, por ejemplo, en Castilla y León. El presidente autonómico recordó posteriormente que “terminó el Estado de Alarma, no la pandemia”. La segunda ola fue especialmente cruenta en Asturias y Barbón ha pedido responsabilidad a los asturianos para no retroceder a la tragedia vivida después del verano pasado.

Dos hombres posan sin mascarilla en Oviedo el pasado domingo.

Otros puntos del mapa

La capital andaluza vio el pasado domingo sus terrazas tan abarrotadas como antaño. Una vez cerrados los bares, abrían las discotecas. Andalucía es el único punto de España con discotecas abiertas hasta las 2 de la madrugada. La gente también se concentró en la Alameda de Hércules para celebrar el fin del estado de alarma, aunque no hubo que lamentar incidentes.

También en el País Vasco, en las tres capitales, se celebraron numerosos botellones. El toque de queda se acabó en Euskadi, contra los deseos del lehendakari Íñigo Urkullu. La comunidad sigue siendo uno de los puntos más críticos del mapa nacional en cuanto a incidencia del coronavirus. La Ertzaintza no tuvo que lamentar disgustos y, asimismo, evitó botellones masivos en lugares como Getxo.

También otros puntos del mapa, como Zaragoza y Logroño tuvieron reuniones nocturnas puntuales. Nada hace indicar que estas reuniones vayan a ir a menos, para descontento de muchos y alegría de otros tantos.

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