Cuando entramos en el bar, Emidio está sentado en una de todas las mesas vacías leyendo la noticia en el móvil. Él, antes, controlaba del punto de fritura del torrezno y de si la estocada había sido buena o no; ahora te diserta sobre incidencia acumulada. Te cuenta que, antes, en un mes, hacía el 50% del negocio del año y ahora que “no sé si aguantaremos”. Dice que el otro bar de ahí abajo ha cerrado del todo, que en la otra calle ya han bajado la persiana otros dos y que, en la de más allá, son tres. Emidio es el dueño de El Burladero, situado a unos metros de la plaza de toros de Las Ventas (Madrid), donde antes se mataba y ahora se sobrevive. Y a duras penas.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, dio este fin de semana la luz verde para un gran evento taurino, una corrida goyesca, el próximo día 2 de mayo en Las Ventas. El acto supondría el regreso de la actividad a Madrid, después del parón por la pandemia, y sería un cierre de campaña oficioso, un día antes de la jornada de reflexión y dos jornadas antes de las elecciones autonómicas que han querido convertirse en un asunto de Estado.

Sin embargo, ahora todo está en el aire. El Ministerio de Sanidad de Carolina Darias ha propuesto prohibir cualquier evento multitudinario en territorios de riesgo extremo -nivel 4-, algo que afectaría a esa corrida. Esa es la noticia que estaba leyendo Emidio cuando EL ESPAÑOL ha entrado en su bar. La medida, de momento, se queda en recomendación mientras que no se apruebe como algo obligatorio por el Consejo Interterritorial de Sanidad. Esa podría ser la estocada definitiva a un sector que no levanta cabeza desde hace más de un año y que ahora mira de reojo al 2 de mayo.

Cómo afecta la suspensión de los toros a los locales de Las Ventas Enrique Falcón

Para hacerse una imagen de esto, basta con mirar las cifras. En 2019 se celebraron en total 793 festejos taurinos mayores. En 2020… sólo 75. Con ello, se han perdido más de 15.000 contrataciones directas, según datos de EFE. Las cifras, en general, se han reducido nada menos que en un 89%. Esto no sólo afecta a las plazas y toreros, sino a toda una industria que empieza en el pienso que come el animal y termina en el camarero que lava el plato en el que se sirvió el rabo de toro y en el taxista que lleva al turista de vuelta al hotel tras haber visitado algo tan typical spanish.

El sentir de todas estas personas se puede resumir en la pregunta que se hace Isabel, responsable del restaurante Los Timbales: “¿De qué vamos a sobrevivir? Si vivimos de los toros”.

Emidio, frente a su establecimiento El Burladero. Quique Falcón

Para analizar el pulso de la situación, este diario recorre los alrededores de Las Ventas, la calle de Alcalá en la que se concentra el espíritu de la fiesta en Madrid. Hasta los antitaurinos, que los hay, y muchos, dicen que todo está de capa caída desde que ya no hay toros, que es una pena. Y, poco a poco, Ayuso parece ir ganando votos.

Influye al votar

Son cerca de las 15.00 horas en la terraza de Los Timbales, en un sitio privilegiado frente a Las Ventas, hace sol y aún así apenas llenan tres mesas. Dentro, está todo vacío. En otras épocas, la gente se agolpaba en su barra ya por estas fechas gracias a las corridas previas a San Isidro. Este año, nada. El anterior, tampoco. Isabel, encargada momentánea del chiringo, cuenta que hace un rato estaba ahí comiendo Miguel Abellán, extorero y actual director del Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid, y le contó que todo parecía estar en el aire ahora.

Isabel en Los Timbales. Quique Falcón

“Subes a Manuel Becerra y ahí ya hay vida. Aquí, nada de nada. Todo depende de esto”, explica frente a su establecimiento de azulejos con motivos de la fiesta. “Esperamos que el día 2 haya toros, eso nos animará a sobrevivir. Lo de ahora es un sufrimiento inagotable, estamos sobreviviendo, haciendo lo que podemos, pero ya hemos tenido que recortar personal y vamos al mínimo”, añade. Y, aunque no se quiere posicionar, como todo esto es un poco político: “Gracias a Dios que estamos en Madrid y no han cerrado la hostelería. Nos habríamos quedado sin trabajo”, explica, mientras suena la caja registradora de votos de Ayuso.

Unos metros más arriba está la tienda ZiNGS, cuya descripción en Google Maps ya suena a pasarlas canutas estos días, y por partida doble: “Tienda taurina y souvenirs de España”. Enrique, el propietario, cuenta que llevan 12 años abiertos y que nunca se han visto en una así. “Ahora, en un día, hacemos un 5% de caja respecto a lo que podíamos hacer un día de mayo de un año normal”, explica. Su agonía no sólo viene por el toreo, sino por los visitantes de fuera. “Al no haber toros, no hay gente. Pero tenemos una zona dedicada al turismo que venía y ahora no tenemos ni turismo ni toros desde hace año y medio”, añade.

Enrique, con el estoque, en su tienda ZiNGS. Quique Falcón

Enrique es consciente de que la posible fiesta del 2 de mayo tampoco solucionaría los problemas. “Es una entrada, creo, del 40%. Eso se va a seguir notando, pero eso frente a nada siempre será mucho mejor.

–¿Qué le diría a Ayuso?

–Que agradezco, siempre teniendo en mente la parte sanitaria de la situación, que pudiéramos tener algo de toros por lo menos.

–¿Y al Gobierno central?

–No le diría nada porque ya está todo dicho. Ayuda no quieren darnos, no quieren saber nada de nosotros. Hemos tenido que hacer una asociación de tiendas de souvenirs porque están casi todas las de Madrid cerradas. Pero ni caso.

“Para nosotros sería genial la fiesta del 2 de mayo”, explica Aída, del restaurante El Capote. “Nos daría un empujón grande. En la zona ya hay seis restaurantes que han cerrado porque no pueden resistir a los alquileres y a la falta de clientes”, apunta. A la hora de votar… ¿esto influye? “Claro, porque dependo de mi trabajo y vivimos de ello. Está claro, voy a apoyar al partido que me da de comer”, apuntala sentenciando.

Todo un sector

La fiesta del 2 de mayo organizada por la Comunidad de Madrid, a través de su Centro de Asuntos Taurinos, y en colaboración con la Fundación Toro de Lidia y Plaza 1, simbolizaría ese resurgir de un sector que está acumulando muchas penas. Por eso acudirán diestros como Enrique Ponce, Julián López El Juli, José María Manzanares, Miguel Ángel Perera, Paco Ureña y el rejoneador Diego Ventura. Todos ellos, a torear animales provenientes de ganaderías como El Capea, Juan Pedro Domecq, Garcigrande, Victoriano del Río, Fuente Ymbro, Jandilla y El Parralejo.

Se trata de la flor y nata de eso que es el toreo y que, además, lleva un carácter benéfico porque los ingresos se donarán -o donarían- al sector. “Es muy dramático, todos los gremios del sector están muy afectados”, explica en conversación telefónica Víctor Zabala, gerente de la empresa Plaza 1 responsable de Las Ventas. “Todo, desde las fincas hasta la ingente mano de obra que hace falta para sacarlo adelante, gira en torno al festejo taurino”, comenta.

La taberna Al Natural cerrada tras apenas año y medio de actividad. Quique Falcón

“De momento estamos expectantes y esperando a los acontecimientos. Nos adecuaremos a las circunstancias”, apunta, antes de decir que lo ideal es que se avance en la vacunación para que este tipo de eventos se puedan celebrar de la forma más segura posible. “En cuanto a lo político, es una fiesta apolítica, pero agradezco, y a título personal, a aquellos que se fijan en el mundo del toro. En este caso es la Comunidad de Madrid, pero también a otros sitios de otros colores como Extremadura y Castilla-La Mancha”, añade Zabala.

La fiesta del 2 de mayo, en realidad, sería algo simbólico ya que sólo se permitiría un aforo de 6.000 personas mientras que la plaza puede acoger a más de 23.000. Sin embargo, es algo muy político. Ya lo dijo Ayuso cuando, el pasado sábado pronunció que “Donde hay toros, hay libertad”, y ya lo ha reivindicado también Rocío Monasterio -candidata a la Comunidad de Vox- protagonizando un spot propagandístico toreando con Morante de la Puebla. Por eso, si llega a prosperar la prohibición de Sanidad, no sólo es un golpe a todo un sector, sino también al partido que ha decidido protagonizar este cierre de campaña oficioso. La presidenta, de momento, ha dicho que ese día habrá toros.

En la plaza de toros de Las Ventas, de momento, nada pasa. La taberna Al Natural ha cerrado tras sólo año y medio de actividad. La Quinta La Candela tiene el cartel de una inmobiliaria colgado y dentro no hay una sola mesa. El monumento a Antonio Bienvenida no brinda a nadie y sólo sirve para que unos niños se cobijen a su sombra. Y Lidia, que lleva un puesto de helados en medio de la plaza, sólo pide una cosa mientras se despide: “Que abran ya y nos dejen trabajar”.

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