Murcia

En la cárcel de Campos del Río ha llegado un nuevo recluso que está imponiendo su ley: el bicho. Este martes se hicieron PCR masivas a 162 reclusos que cumplen condena en los módulos número 3 (hombres) y 16 (mujeres). Los resultados provocaron que saltasen las alarmas entre los funcionarios porque hubo 42 positivos de una tacada. “Los niveles de contagio que tenemos son disparatados”, tal y como resume a EL ESPAÑOL una fuente relevante del Centro Penitenciario Murcia II.

“El brote comenzó la semana pasada y se sospecha que el origen pudo estar en los vis a vis íntimos de algunos presos”. Prueba de ello es que se han suspendido los encuentros sexuales entre los reclusos y sus parejas, así como los vis a vis familiares. “Ahora mismo solo se permiten las comunicaciones a través de cristales porque no entrañan riesgo de contagio”, precisa la fuente del penal de Campos del Río. “De los 15 módulos que hay en la cárcel, solo hay nueve que están limpios de coronavirus porque los seis restantes están destinados para que los internos contagiados cumplan el régimen de aislamiento sanitario y para cuarentenar a los reclusos que son contactos estrechos de positivos”.

Las cifras del Centro Penitenciario Murcia II causan pavor: 54 presos están contagiados por la Covid y ahora mismo 350 cumplen aislamiento como sospechosos por haber mantenido un contacto estrecho con algún positivo. En la práctica, eso supone que el bicho tiene en jaque al 38% de la población reclusa: 404 del total de 1.056. Los chabolos y los espacios comunes están en la diana. El panorama entre los funcionarios también es preocupante: hay 18 positivos y 30 trabajadores están en cuarentena. Eso supone que el brote afecta de alguna manera al 25% de los empleados de la plantilla que Instituciones Penitenciarias tiene en este centro: 48 de unos 200 efectivos.

El centro Penitenciario Murcia II situado en la localidad de Campos del Río.

“Ahora estamos peor que al inicio de la pandemia, pero no se están adoptando las medidas preventivas del estado de alarma porque seguimos trabajando por turnos, en vez de hacerlo por grupos burbuja para garantizar retenes, a los internos no se les obliga a ponerse la mascarilla quirúrgica todo el tiempo y todavía permiten que accedan a las instalaciones los miembros de las ONG para hacer actividades extrapenitenciarias, como los cursos de terapia donde participan grupos de internos”, reflexiona preocupada esta fuente de total solvencia de la cárcel de Campos del Río.

“La semana pasada comenzamos a detectar los primeros casos”. Algunos reclusos -hombres y mujeres- tras haber mantenido un vis a vis sexual con su pareja presentaban síntomas, como fiebre y pérdida de olfato. También empezaron a sufrir el mismo cuadro algunos reos que participaron en vis a vis familiares. “En total se contabilizaron 12 positivos en el Módulo 3, destinado a hombres, y en el Módulo 16 de mujeres”. La mecha de los contagios terminó de prender porque en los módulos mencionados había asintomáticos: el resultado ha sido un brote que tiene contra las cuerdas al penal.

“En cada módulo debe haber una media de cinco a seis funcionarios, pero debido a los positivos de los funcionarios y a las cuarentenas que están guardando los contactos estrechos, ahora mismo en el mejor de los casos tenemos a cuatro personas por módulo”. De momento, las únicas medidas que ha adoptado Instituciones Penitenciarias son suspender los vis a vis íntimos a los que tienen derecho los reclusos, una vez al mes. También se han cancelado los vis a vis familiares y actividades que entrañan contacto entre internos de distintos módulos, como cursos de zumba, teatro, música...

Tasa récord de incidencia

“El golpetazo definitivo lo sufrimos este martes cuando a los 12 positivos que teníamos registramos 42 más en las PCR masivas que se hicieron”. En total hay 54 internos contagiados por coronavirus. Todos ellos han sido trasladados a celdas individuales, excepto en los casos en los que dos inquilinos del chabolo están afectados y les toca pasar la enfermedad juntos. Ahora mismo la zona cero del brote afecta a los módulos 1, 3 y el destinado a primeros ingresos. Los 350 reclusos que han estado en contacto directo con reos que han dado positivo han sido aislados en el módulo 2 de hombres y los números 15 y 16 de mujeres.

Esta fuente penitenciaria subraya “la necesidad” de que Instituciones Penitenciarias “adopte más medidas” para frenar un brote que amenaza con adquirir proporciones bíblicas dentro de la prisión y que puede contribuir a empeorar los datos de la tercera ola en la Región de Murcia. No hay que olvidar que los funcionarios regresan a sus municipios de residencia cuando termina su jornada y que al penal siguen acudiendo los familiares a las comunicaciones a través de mamparas. “Hay que trabajar con grupos burbuja y obligar a todos los internos a llevar puesta en todo momento la mascarilla quirúrgica”, insiste esta fuente penitenciaria.

“La incidencia acumulada que tenemos en la población de la prisión de Campos del Río, si aplicamos las pautas de la Organización Mundial de la Salud, está por encima de 5.300 por cada 100.000 habitantes”, ejemplifica esta fuente haciendo hincapié en que la tasa de incidencia de la cárcel casi iguala a la media regional de contagios por cada 100.000 habitantes que asciende en esta tercera ola a 5.310 casos. “Seguimos acudiendo a trabajar porque eso va con el sueldo”, zanja resignado.

Miembros del Ejército desinfectan una prisión en País Vasco. EFE

La interna tenía Covid

La situación en las instalaciones empeora por momentos: el sindicato Acaip-UGT ha alertado en un escrito a Instituciones Penitenciarias de que la cárcel se ha quedado sin sanitarios después de que se confirmase que la interna fallecida este lunes tenía coronavirus. La reclusa, de 48 años, murió asfixiada tras quedar atrapada por la puerta de su celda por un fallo en el mecanismo de cierre. Tras ser sometida a una autopsia trascendió que era portadora de la Covid y posiblemente también ayudó a propagar el brote entre la población femenina del Módulo 16 donde el martes se hicieron parte de las PCR masivas.

“Por este motivo se ha procedido al aislamiento de todos los trabajadores sanitarios del centro y por lo tanto, en el Centro Penitenciario de Campos del Río no hay personal sanitario para atender las urgencias médicas que se puedan dar entre los internos”, según advierte el escrito de Acaip. En estos momentos, los ocho médicos que han estado en los módulos aislados por el brote están en cuarentena y el sindicato no solo denuncia el déficit de facultativos, sino que además crítica que los funcionarios que trabajan en las mismas dependencias no están aislados como medida preventiva para comprobar si son portadores del bicho.

Funcionarios de tercera

“Al personal funcionario de dichos departamentos, los cuales han tenido el mismo contacto estrecho, o incluso más, que los sanitarios con los internos aislados de dichos módulos, ni se les ha hecho PCR alguna, ni han sido aislados, y lo que es peor, no parece que preocupe en absoluto lo que pueda pasar con estos trabajadores”, lamenta el sindicato mayoritario de prisiones.

“A nuestro juicio, una vez más, se trata a los funcionarios de interior como personal de tercera clase”, zanja Acaip-UGT en su escrito donde exige al Ministerio del Interior una actuación contundente para atajar el brote: “Que se tomen las medidas oportunas con la mayor celeridad posible, ya que el momento puntual así lo requiere, procediéndose al aislamiento cautelar de todos los trabajadores que han tenido contacto con los internos, sin distinción de puesto de trabajo y que se les realicen las pruebas pertinentes a todos”.