"Cenaría cualquier cosa menos algo que lleve setas. Porque a Juan Carlos le gusta todo menos eso, las setas, las detesta desde que era niño", cuenta un amigo del Emérito. Poco sabemos de la Nochebuena que pasó en su exilio de Abu Dabi, pero estamos seguros de que en su cena no había este ingrediente.

El padre de Felipe VI ha pasado la Navidad más insólita e inimaginable de su vida. ¿Quién le iba a decir al ex Jefe del Estado hace 20 años, cuando la noche del 24 de diciembre se rodeaba de sus hijos, hermanas, sobrinos y nietos para degustar la deliciosa cena encargada al restaurante Horcher, que la del 2020 la iba a pasar a 40 grados y con vistas al desierto? Pero, sobre todo, ¿quien le iba a decir que la iba a pasar solo?

Pero el pasado jueves Juan Carlos no cenó solo en las habitaciones de su hotel 'Emirates Palace'. "Tiene muchos amigos en todas las partes del mundo. En Abu Dabi no solo es íntimo de la familia real, conoce a mucha gente. Fue a buscarle a su hotel un coche de un empresario de origen inglés que vive medio año allí, medio año en Londres para que cenara con su familia, su mujer y su hija. Se conocen de la capital inglesa y de las cacerías y safaris a las que ha ido el Rey toda la vida", revela uno de sus amigos de la corte gallega de Sanxenxo.

El rey Juan Carlos conversa con Mohamed bin Salman.

El Emérito casi cena en familia porque la Infanta Elena y sus dos hijos, Felipe y Victoria, estuvieron valorando la posibilidad de viajar para estar con él en Nochebuena hasta el último minuto. "Al final se quedaron en Madrid y fueron a cenar a Zarzuela con la reina Sofía y la princesa Irene. La mujer de Juan Carlos y su hermana iban a marcharse a Grecia a visitar a Constantino, su hermano, pero el miedo al Covid, sobre todo a pegárselo a él, que está tan malito... les hizo quedarse. Así que finalmente pasaron la Nochebuena en España", cuenta una amiga de la Emérita.

A pesar de la diferencia horaria -en Emiratos Árabes son tres horas más-, el ex Jefe del Estado no quiso perderse el discurso de su hijo a la nación. "De hecho, aceptó la invitación a cenar de su amigo sólo si podía ver las palabras de su hijo. El día anterior habíamos hablado con él y ya nos había comentado que estaba seguro de que el Rey no iba a citarle expresamente, pero, claro, algo tendría que decir", cuenta la misma fuente.

Sin condenar

Lo que parece no entender Juan Carlos es el daño que ha hecho a la institución y por el cual se encuentra, desde el pasado 3 de agosto, en ese exilio forzoso. "Es que en algo tiene razón: todavía no le han condenado por nada, es que ni si quiera le han acusado... Solo le están investigando. Y siente que le están tratando como un delincuente, como un fugitivo...", añade.

El caso es que a las doce de la noche hora local de Abu Dabi, Juan Carlos se sentaba delante de la televisión de la casa de unos amigos ingleses para ver cómo su hijo le dejaba claro, a él y a toda España, que en su reinado "los principios éticos están por encima de los lazos familiares".

Juan Carlos I y su hijo Felipe VI conversan durante el XXX Aniversario de la firma del Tratado de Adhesión de España a las Comunidades Europeas.

Se trataba del discurso de Navidad que más expectación había generado en los seis años de reinado de Felipe VI hasta el punto de que ha batido el récord de audiencia suyo y de su padre, con más de 10 millones de espectadores. "Y Juan Carlos también quería ver qué pasaba. Le habían contado, todavía tiene amigos dentro de Zarzuela, y muchos, que en el Gobierno estaban presionando al Rey para que dijera algo explícito sobre él, así que estaba también nervioso", confiesa este amigo del Emérito.

Sin embargo, Zarzuela y Moncloa, tras darle muchas vueltas, dieron con la fórmula de hacer referencia al tema del Emérito sin dar más detalles de los necesarios. "Él estaba contento. Bromeaba por teléfono al día siguiente diciendo que esa fórmula ya la había usado él cuando tuvo que decir en su discurso de Navidad de 2010 algo sobre Urdangarín pero sin citarlo. Pero parecía contento por cómo su hijo lo había solucionado y, lo más curioso, se sentía orgulloso. Está seguro de que ha formado un buen Rey y un buen hombre. Pero estaba más contento porque ve el final. No ha venido en Navidad por culpa del coronavirus y con la llegada de la vacuna... él tiene pensado vacunarse allí, ya han empezado las vacunaciones en Abu Dabi, y volver en cuanto pueda", termina este amigo de la corte gallega que le espera con los brazos abiertos para salir todos con el 'Patrón' a navegar por las aguas de la ría de Sanxenxo.

Noticias relacionadas