Nueve meses trabajando en plena pandemia como enfermero en la UCI del Hospital Gregorio Marañón (Madrid) han sido suficientes para que Ángel Valbuena (39) haya tomado una decisión drástica: marcharse de España y probar suerte en un proyecto a miles de kilómetros de su casa, en Afganistán (Asia). Y no sólo por haber trabajado sin apenas medios materiales y humanos durante las peores semanas de la pandemia, sino por algo que el sistema sanitario lleva arrastrando durante años: la precarización y unas pésimas condiciones laborales. "Lo siento mucho pero tengo cerca de 40 años y aquí no tengo futuro", asegura este sanitario. 

Janet y su hermano Iván también lo tienen bastante claro. Ella es auxiliar y él enfermero. Después de todo lo que ha ocurrido en el último año y de cómo se han visto sistemáticamente maltratados e ignorados por el sistema durante toda su trayectoria, han decidido marcharse en unos meses a trabajar a Estados Unidos. Todavía no tienen el destino elegido, pero se irán sí o sí: "Yo no ejerzo la enfermería aquí", dicen. 

Lo peor, no obstante, es que estos tres sanitarios no han sido los únicos que han tomado esta decisión. Es el camino que muchos otros médicos, enfermeros y auxiliares también han emprendido en los últimos meses a pesar de la crisis sanitaria que vive el país, con el objetivo de encontrar mejores oportunidades y una estabilidad que la sanidad española no les ha brindado nunca ni parece que vaya a hacerlo. 

Esta fuga de sanitarios probablemente no sorprenderá a quien lea estas líneas, pues desde la crisis económica de 2008 han sido muchos los profesionales que han decidido marcharse a países como Inglaterra o Alemania, donde los hospitales garantizan mejores condiciones. No obstante, el coronavirus, según cuentan estos enfermeros, ha sido la gota que ha colmado el vaso para que vuelva a ocurrir lo mismo.

Esta coyuntura ha sido reconocida incluso por el propio director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, en una carta que recientemente ha publicado con su equipo en The Lancet sobre la gestión del Covid-19 en España. En ella, además de defender su trabajo durante la pandemia, reconoce que el sistema tiene debilidades como la Atención Primaria y la "poca disponibilidad" para contar con profesionales capacitados. Principalmente porque se marchan fuera. 

"Creí que no salía vivo"

Ángel trabaja como enfermero en el Hospital Gregorio Marañón.

En unos meses, Ángel Valbuena será uno más en la lista. No obstante, no se trata de la primera vez que decide irse, sino la segunda. Poco después de terminar la carrera se marchó a trabajar como enfermero a Ghana, Inglaterra y Malta, donde estuvo siete años. "Volví por temas personales hace un par de años y empecé a trabajar en Madrid durante un año, me trataron muy mal. Los contratos que me daban en comparación con otros países eran muy precarios. Así que dejé la enfermería y me dediqué a la antropología. En marzo me marché a hacer un trabajo sobre genética a Grecia, Turquía e Israel. Y estando en este último país estalla la pandemia y decido volver a Madrid", relata este enfermero. 

Tras coger el último vuelo que salía de Estambul antes de que el país cerrase su frontera aérea, Ángel se instaló en la capital española y a los pocos días, tras recibir una llamada del Hospital Gregorio Marañón, comenzó a trabajar en la UCI Covid con el objetivo de ayudar a su país. "Ha sido muy duro. He trabajado en muchos países, en zonas muy difíciles con grandes situaciones de emergencia y nunca había visto lo que vi trabajando en este centro. El primer día de trabajo fallecieron siete personas. Todos los compañeros eran novatos. Tuvimos que trabajar juntos y cuidarnos en circunstancias muy duras. Llegué a pensar que no saldría vivo de allí. Hoy todavía vivo aislado en un hotel. Me manejo mejor con el virus pero le tengo mucho respeto", recuerda. 

En el año y medio intercalado que este sanitario ha trabajado en Madrid ha firmado un total de 17 contratos. Él último para trabajar en los quirófanos de Urgencias del Gregorio Marañón. "Para una persona con mi experiencia, 10 años en enfermería y más de 20 en servicios de salud, es terrible. Ahora en los quirófanos nadie me enseña, estoy aprendiendo como un niño. Vine para ayudar con la Covid, en un quirófano soy inútil. Así que como no puedo hacer nada más por los españoles, me voy donde sea más útil", insiste.

"Que no abusen de mí"

Iván Cruz trabaja como enfermero en un hospital de Barcelona.

Y no se marchará precisamente cerca, sino a decenas de miles de kilómetros. Ha sido propuesto por la ONU para trabajar como enfermero en un proyecto en Afganistán. En unos días, le harán las pruebas y las entrevistas y le dirán si finalmente es elegido. Si no prospera, también tiene otra oferta de la Cruz Roja para trabajar como sanitario de guerra. "En enero dejo el trabajo y empiezo a moverme, ya sea a la ONU, la Cruz Roja o cualquier país europeo para hacer mi trabajo bien". 

Janet e Iván Cruz también lo harán el próximo año. Esta auxiliar (y estudiante de enfermería de tercer año) y este enfermero lo tenían en mente desde hace unos años pero el coronavirus ha decantado finalmente la balanza: se irán a trabajar a Estados Unidos. 

"Después de estar viviendo todo lo que ha pasado en los hospitales con el coronavirus, ves las condiciones que hay en otros países y distan mucho de las que hay en España. Es la dignificación que estoy buscando. Un sueldo digno, descanso entre turno y turno, y que no abusen de mí", cuenta Iván. 

Su hermana tiene plaza fija como auxiliar en su hospital, pero aún así tiene claro que en este país no quiere ejercer la enfermería cuando termine de estudiar. "Le he dicho a mi hermano que se olvide de la plaza. Fuera de aquí hay otro mundo, con otras condiciones. Donde cuidan a los sanitarios como personas y no como máquinas. Irnos va a ser una aventura impresionante. Queremos irnos a Miami, pero todavía tenemos que decidirlo", admite Janet. 

Alemania

Frente a estos tres sanitarios, lo cierto es que la mayoría de los sanitarios que se han marchado en los últimos meses han elegido como destino Alemania. Y es que la carencia de trabajadores y las mejores condiciones laborales y económicas que ofrece este país respecto a España ha provocado un éxodo de todos estos profesionales en busca de una nueva vida. 

Quienes se encargan de contactar a las enfermeras con el sistema alemán son diferentes portales de empleo como, por ejemplo, Enfermeras Alemania. Esta organización, según ha precisado en una entrevista reciente, ha conseguido poner en contacto a 23 murcianos y a otras 14 personas de otras comunidades que estudiaron en la Región de Murcia a trabajar en los principales hospitales públicos alemanas, en su mayoría universitarios.

Esta consultora de empleo ayuda aproximadamente a unos 80 enfermeros cada año a trabajar en los principales centros sanitarios alemanas. Eso sin contar con el resto de plataformas que también ofrecen puestos de trabajo en el país germánico. Y es que cada vez son más los profesionales españoles que copan el sistema sanitario alemán. Según datos de la Agencia de Empleo alemana hay ya más de 3.500 españoles que trabajan allí como médicos, enfermeros o auxiliares. 

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