Las versiones que los abogados de Maje, conocida como "la viuda negra de Patraix", y de su examante, Salvador, han defendido ante el jurado en la primera jornada del juicio contra ambos por el asesinato del marido de ella suponen una acusación mutua del crimen, intentando a su vez exculparse a sí mismos.

El juicio por el asesinato de Antonio Navarro, apuñalado en ese barrio de Valencia en 2017, ha comenzado este miércoles, primero con la elección de los miembros del jurado, cinco mujeres y cuatro hombres, y luego con la lectura de los escritos de las acusaciones y de las defensas.

Ha sido en los escritos de los abogados defensores, en los que cada uno de los acusados dibuja su estrategia, donde ha quedado clara la divergencia de las versiones que cada una de las dos personas que se sientan en el banquillo dará al jurado. Y también que cada uno de esos dos relatos buscará la exculpación cargando la responsabilidad en el otro acusado.

Acusaciones entre Maje y Salvador al inicio del juicio

Por su lado, el fiscal ha anunciado multitud de pruebas para condenar a cada uno de los dos inculpados: grabaciones de llamadas de teléfonos intervenidos, cartas, "pantallazos" de mensajes en el móvil y declaraciones de testigos.

“La relación afectiva y sexual entre ambos es la clave”, ha dicho el fiscal, quien ha recordado que el crimen, planeado de manera “muy inteligente” según su criterio, quedó en evidencia cuando Maje, el 8 de noviembre de 2017, cometió un error: habló por teléfono con Salvador y ambos discutieron el crimen (hasta el punto de que él llegó a echarse a llorar). La conversación quedó grabada y será escuchada en el juicio.

Antonio cumplió el plan

El fiscal ha relatado también ante el jurado que está seguro de que Salvador cumplió el plan de ambos, sorprendiendo a Antonio con sus cuchilladas mediante un ataque “a traición” del que la víctima no pudo defenderse.

Mientras, el letrado de la acusación particular ha refrendado el relato de hechos del fiscal, ha calificado a María Jesús de mentirosa compulsiva y ha insistido en que ella es la verdadera autora de un plan preconcebido para el asesinato de Antonio.

En ese sentido, el fiscal ha recordado que ella ganó con el crimen una pensión de más de mil euros al mes, varias probables indemnizaciones por seguro y su parte en la herencia de Antonio.

"Una marioneta"

El crimen era difícil de resolver, ha recordado también el fiscal, porque no había aparente conexión entre autor y víctima, pero desde un principio los policías vieron que ella mentía continuamente. Entonces se intervino su teléfono y se vio que tenía una doble cara: mientras clamaba por el asesinato de su esposo, mantenía una vida de disfrute.

A partir de la llamada del 8 de noviembre, ha insistido el fiscal y luego la acusación, fue más fácil de deshacer la madeja: se sucedieron versiones contradictorias de ambos e indicios que arruinaban la credibilidad de la viuda, y finalmente Salvador acabó incriminándose, al principio exculpándola a ella.

En contra de esta versión, en sus escritos, los dos abogados defensores han querido exculpar a sus clientes: el letrado del acusado ha argumentado que él fue siempre “una marioneta” en manos de ella, quien usó su atractivo para que Salvador hiciera "cualquier cosa" por su aprobación.

Aunque ha pedido la absolución, el abogado de Salvador ha solicitado, para el caso de imponerse una condena, que se le apliquen eximentes de trastorno mental transitorio.

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