El sol todavía no ha comenzado a bañar la fachada del cuartel de la Policía Local de Las Torres de Cotillas porque son las seis de la madrugada. El subinspector Teodoro Cánovas y la agente Silvia Muñoz se disponen a iniciar su turno de trabajo sabiendo que este lunes las cosas pintarán mal nada más subirse al vehículo policial porque a lo largo de las 12 horas siguientes deberán patrullar solos los 39,4 kilómetros cuadrados del término municipal de esta localidad murciana y tendrán que cubrir todos los servicios para los que sean reclamados. “Es la situación más complicada a la que nos hemos enfrentado en nuestras carreras”, admiten ambos a EL ESPAÑOL. “Es la primera vez en la historia del Cuerpo que solo hay disponibles ocho agentes para 22.000 habitantes”. La culpa la tiene el ‘bicho’.

El efecto dominó en la plantilla de la Policía Local de Las Torres de Cotillas comenzó este viernes 4 de septiembre: un agente dio positivo tras someterse a una prueba al sentir malestar. Las alarmas saltaron en el Comité de Seguridad y Salud del Ayuntamiento: el sábado 5 convocó al Hospital de Molina de Segura a todos los policías que no estaban de baja ni de vacaciones, a los administrativos del cuartel y a las limpiadoras para que se sometieran a pruebas PCR. El domingo se confirmó que no había más positivos, pero el protocolo del Ministero de Sanidad establece que los contactos estrechos con un caso de Covid con síntomas deben realizar un periodo de cuarentana y 16 agentes acabaron aislados en sus casas, además del paciente ‘cero’, dos administrativos y dos limpiadoras.

La plantilla está compuesta por 37 efectivos y ya arrastraba 12 bajas por incapacidad temporal (IT), de forma que la Policía Local se quedó en cuadro al restar de una tacada a otros 17 agentes: solo quedaban operativos ocho y encima dos de ellos estaban disfrutando de las vacaciones de verano. “Los servicios los estamos cubriendo gracias al incremento de horas y a la supresión de las vacaciones y los descansos, lo normal desde que comenzó la pandemia es que cubriésemos tres turnos seguidos de trabajo, de 12 horas, y librásemos cinco, pero ahora no podemos hasta que se reincorporen los compañeros dentro de dos semanas”, resume de manera didáctica el subinspector Cánovas sobre el panorama al que se están enfrentando: trabajo a destajo y poco descanso.

El subinspector de la Policía Local de Las Torres de Cotillas. JGB

“Por necesidades de servicio hemos tirado de los agentes de vacaciones”, tal y como confirma a este diario el concejal de Seguridad Ciudadana, Francisco José Caravaca. De manera que ocho policías están rotando para cubrir turnos diarios, de 12 horas, compuestos por un máximo de tres agentes: una pareja en el coche patrulla y otro encargándose del teléfono y de la oficina de atención al ciudadano. Las dependencias policiales después de haber sido sometidas a un zafarrancho de limpieza de urgencia y a fondo presentan un panorama fantasmagórico: en la oficina no hay nadie.

“El trabajo administrativo está paralizado y la tramitación de multas, expedientes o vados se acumulará temporalmente”, corrobora el concejal mientras admite su preocupación: “Si uno de los ocho agentes que nos queda da positivo hay que cerrar el cuartel”. Este lunes si cualquier torreño llamaba a las dependencias era atendido por el mismísimo jefe accidental de la Policía Local, Diego Pérez: “Estoy en la calle, en el teléfono y en todos lados”. El inspector está patrullando como un agente raso más: “Hemos reducido libranzas y se ha readaptado todo para sacar los servicios adelante y lo estamos consiguiendo gracias a la profesionalidad de la plantilla”.

Teodoro Cánovas, y la agente Silvia Muñoz, este lunes, realizando un control de tráfico a la entrada de la localidad. J. G. B.

La agente Silvia Muñoz es un buen ejemplo de esa profesionalidad porque ha interrumpido sus vacaciones cuando todavía le restaban 12 días libres: “Yo estaba en mi casa de la huerta de Murcia cuando me llamaron este fin de semana para decirme que el domingo tenía que incorporarme”. Tras 15 años velando por la seguridad de sus vecinos no puso problemas para interrumpir el ocio con la familia y volver a enfundarse el uniforme: “El deber es el deber”. Lo mismo piensa el subinspector Teodoro Cánovas que, a sus 59 años, con más de tres décadas en las calles, asegura que este episodio que se está viviendo en el Cuerpo es lo último que le quedaba por ver durante la dichosa pandemia de Covid: “Tenemos más estrés, pero estamos asumiendo toda la carga de trabajo”.

Del control de tráfico al vecino ebrio

El subinspector no exagera al afirmar que trabajan estresados porque ahora son tres policías por turno y lo habitual es que, como mínimo, estén movilizados cuatro agentes en dos coches patrulla, uno en la oficina de atención al ciudadano, otro en el área administrativa y un mando policial. “Hacemos de todo: controles de tráfico, servicios de seguridad ciudadana, entregamos notificaciones judiciales, verificamos dos veces al día que los positivos de coronavirus están cumpliendo el aislamiento domiciliario...”. Y en Las Torres solo con el ‘bicho’ tienen tarea de sobra, ya que según los datos de la Consejería de Salud, es el quinto municipio de la Región de Murcia con mayor incidencia de casos acumulandos por cada 100.000 habitantes durante los últimos siete días: 87 positivos.

El área de administración del cuartel de la Policía Local está vacía porque los dos administrativos y el agente que está destinado en las oficinas está en cuarentena. J. G. B.

Entre los lugareños ‘la pandemia policial’ no ha pasado desapercibida y miran de reojo a los agentes después de que trascendiera el contagio de un policía local. “La gente nos mira preocupada y pone cara rara cuando nos ve por la calle porque piensa que estamos ‘infectados’: esta mañana entramos a un bar a tomar un cafe rápido y al camarero le tuve que decir que habíamos dado negativo en la PCR”, bromea el subinspector rompiendo la seriedad que preside el rostro de su compañera mientras EL ESPAÑOL les acompaña en un control en la rotonda de acceso a las urbanizaciones. “El objetivo es verificar que los vehículos circulan con un tercio de sus plazas ocupadas y que emplean mascarilla cuando no son familia que convive bajo el mismo techo”.

Cánovas y Muñoz le prestán especial atención a las furgonetas que transportan a jornaleros de empresas agrícolas. El calor aprieta porque son las 12:26 horas cuando empiezan a parar un turismo, una monovolumen... Todo ello tras haber realizado un rosario de servicios que comenzó de 6.30 a 7.15 horas patrullando pormenorizadamente todo el término de Las Torres de Cotillas, prosiguió con un control de tráfico y vehículos pesados en Los Romeros, la supervisión del estacionamiento en la avenida Juan Carlos I para evitar que coches particulares ocupen plazas de taxis, las zonas de carga y descarga de los comercios y las plazas de aparcamiento de personas discapacitadas.

La agente Silvia Muñoz tiene que abandonar su turno de patrulla en las calles para atender a dos vecinas que quieren poner una denuncia en la Oficina de Atención al Ciudadano. J. G. B.

“En medio de todo eso, a las 10.15 horas, recibimos un aviso de que un ciudadano ebrio estaba tirado en la vía pública y tuvimos que ir a recogerlo para llevarlo a su casa”. Cada vez que tienen un servicio en el que es imposible evitar cierto contacto físico se embadurnan de gel hidroalcohólico: la cosa en la plantilla no está para bromas. “Los coches patrulla los ionizan para desinfectarlos”. Pasada la una del mediodía el control se interrumpe: la agente Silvia Muñoz es requerida por radio para pasar de la calle a la oficina de atención al ciudadano para atender a dos vecinas que quieren presentar una denuncia. De momento, estos ocho agentes que están desempeñando las labores de toda la plantilla de la Policía Local han detenido a un individuo por un robo con fuerza en un coche, interceptaron a un conductor ebrio y arrestaron a un hombre por un delito de lesiones en el marco de una riña familiar.

UGT: hay cinco plazas vacantes

“La seguridad del municipio está garantizada”, insiste el concejal Francisco José Caravaca consciente de la preocupación que ha suscitado entre los vecinos el aluvión de bajas que presenta la Policía Local. “Desde el equipo de Gobierno le transmitimos a los agentes nuestro ánimo porque están redoblando turnos”. El sindicato UGT espera que esta crisis sanitaria obtenga como respuesta el refuerzo de la plantilla policial: “Estamos pendientes de negociar las plazas de empleo público y de la anterior Corporación municipal del PP quedan pendientes de ocupar tres plazas vacantes para agentes y dos plazas de subinspectores que esperamos sean ocupadas a la mayor brevedad por turno de oposición libre o por movilidad entre las plantillas de otros municipios de la Región”.

El concejal de Seguridad Ciudadana, Francisco José Caravaca, este lunes, en las dependencias policiales charlando con dos de los tres agentes que componían el turno. J. G. B.

De momento, el edil de Seguridad Ciudadana avanza que para capear el temporal han informado del déficit policial a los consistorios que limitan con Las Torres de Cotillas en la Comarca de la Vega Media del Segura. “Hemos hablado con los ayuntamientos de Molina de Segura, Alguazas, Ceutí y Lorquí para que nos echen una mano si lo necesitamos puntualmente y también se ha pedido a la Delegación del Gobierno que refuerce el servicio de la Guardia Civil”. Esta última petición expuesta por el edil presenta dos problemas. El primero es de tipo práctico, ya que la Benemérita dispone de un acuartelamiento en el municipio torreño, pero los siete agentes que se movilizan por turno tienen que cubrir una demarcación que se extiende a Sangonera la Seca, Barqueros o Cañada Hermosa.

El segundo problema tiene como denominador común al coronavirus: el cuartel de la Policía Local y el puesto del Instituto Armado se ubican dentro del mismo complejo. Los edificios son independientes, pero hay espacios comunes como el aparcamiento y el acceso exterior al Centro Integral de Seguridad. Este diario ha podido saber que este lunes, tras el contagio por Covid de un policía, le ha sido notificado un positivo a un guardia civil. De manera que el ‘bicho’ prosigue obstaculizando cada vez más la labor de las Fuerzas de Seguridad en Las Torres porque lleva dos semanas cobrándose bajas en ambos cuerpos y obligando a aislar agentes.

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