Berlín

“Sólo quería decirte que no me vas a ver más, porque mis hermanos están muertos”. Éste es el mensaje de WhastApp que mandaba Marcel, de 11 años, a una amiga de su barrio. Era el jueves de esta semana, poco antes de que la Policía entrara en casa del niño para descubrir allí a los cuerpos de sus cinco hermanos. Su madre los había envenenado. Según Axel Petermann, reputado criminólogo alemán, el crimen de Christiane en Solingen (oeste alemán) apunta a la “pérdida de ayudas y perspectivas” de esta madre por la pandemia.

Sólo sobrevivió el niño Marcel, que fue quien adelantó la noticia a sus amigos. De hecho, Max, otro amigo de su barrio, enseñaba a la radio-televisión alemana RTL este viernes una imagen en su teléfono móvil con ese mensaje escrito. La amiga de Marcel lo había compartido con Max cuando su barrio estaba ya tomado por la Policía. Los agentes buscaban pruebas que ayuden a esclarecer el último suceso que ha dejado en shock a Alemania.

Marcel era el mayor de sus hermanos. Sus hermanas tenían uno, dos y tres años y sus hermanos seis y ocho años. Su madre, Christiane, los habría envenenado. Al parecer, no había rastro de violencia en sus cuerpos. Una autopsia determinará próximamente la causa exacta de las muertes.

Un investigador de la Policía en el domicilio donde fueron hallados los cinco cadáveres. Reuters

Según ha trascendido en los medios de comunicación alemanes, cuando la Policía entró en el apartamento, situado en el barrio residencial de Hasseldelle, en Solingen (oeste germano), la madre ya no estaba allí. Se había marchado con Marcel dejando tras de sí la escena del crimen y los cadáveres de sus otros cinco hijos.

Marcel, a salvo

La prensa alemana describe a Marcel como un “superviviente” del envenenamiento de su madre. El chico logró viajar hasta Mönchengladbach, a 75 kilómetros al oeste de Solingen. Allí vive su abuela materna.

Por lo visto, tras envenenar a sus hijos, Christiane se marchó junto a Marcel hasta Düsseldorf. Según el diario Bild, el periódico más leído de Alemania, la madre puso al niño en un tren para viajar hasta la ciudad de su madre, la abuela de Marcel. Ella acabaría llamando a la Policía para dar cuenta de lo ocurrido. Ahora, el niño se encuentra sano y salvo en un “entorno familiar”, de acuerdo con el relato del suceso que ofrecen los medios alemanes.

Agentes de la policía alemana, en el portal del edificio donde han ocurrido los hechos en Solingen. Reuters

Christiane, por su parte, trataría de quitarse la vida arrojándose a las vías del tren desde uno de los arcenes de la estación central de Düsseldorf. Sin embargo, el convoy de la línea 1 del tren de Cercanías bajo el que se tiró, no la mató. Christiane sufrió heridas graves que ahora la mantienen ingresada en un hospital bajo protección policial. De momento, está incapacitada para dar explicaciones sobre qué hizo con sus hijos.

Un crimen “nunca visto”

Entretanto, la ciudad de Solingen da muestras estos días de fuerte conmoción. El alcalde de la ciudad, el socialdemócrata Tim Kurzbach, se acercaba el jueves hasta el edificio donde vivían los niños asesinados.

“Estoy espantado con la noticia de que en nuestra ciudad se hayan encontrado cinco niños muertos. Lamentamos la muerte de estas cinco vidas. Acompaño en el sentimiento a todas las personas cercanas a los los niños y su familia”, decía el alcalde, quien protagonizaba el mismo jueves un minuto de silencio frente al portal del bloque donde vivía Christiane con sus seis niños. En ese portal, el mismo día de los hechos, comenzaron a amontonarse peluches y velas encendidas en muestra de duelo por los cinco niños asesinados.

Una mujer deposita una rosa en el buzón del domicilio de los cincos niños asesinados. Reuters

Hasta el ministro del Interior del Land de Renania del Norte-Westfalia, el conservador Herbert Reul, tuvo que reaccionar ante tamaño crimen. “El drama familiar de Solingen me llena de pena y ahora mis pensamientos y oraciones están dedicados a los cinco niños pequeños a los que de manera tan horrible se les arrancó la vida”, dijo Reul.

Desde la Policía de Solingen hablan de un crimen “con una dimensión nueva, nunca vista” en esta región del oeste alemán. La descripción que se ofrece estos días del barrio de Hasseldelle es la de una zona problemática en la que se venía invirtiendo dinero público para mejorar las condiciones sociales, según las explicaciones del diario Bild.

De ese pasado problemático da cuenta que Christiane, a sus 27 años, ya era madre de seis niños. Su primer hijo, Marcel, lo tuvo con apenas 16 años. Además, ha trascendido que, en 2014, el padre de los niños dejó la casa en una separación tras la cual habría habido algún tipo de reconciliación porque ambos siguieron teniendo niños.

“Pérdida de perspectivas”

Es más, el pasado mes de abril, Christiane logró evitar un intento de suicidio del padre en el apartamento en el que ella, según la descripción que ofrecen los medios alemanes, acabaría matando a cinco de sus seis hijos.

Tras lo ocurrido entonces, la Policía ofreció a la familia la ayuda de uno de sus programas de protección, pero la oferta fue rechazada. Eso, a pesar de que niños de la familia, como Marcel, mostraban signos de vivir bajo mucho estrés. “La mayoría del tiempo estaba triste”, según decía a RTL Max, su amigo del barrio.

Agentes de la Policía de Solingen, en el portal de los cinco menores envenandos. Reuters

El caso de Christiane es el más impactante drama familiar registrado recientemente en Alemania. Sin embargo, no es el único. En Düsseldorf, el pasado mes de abril, un hombre mataba a su mujer y sus tres hijos, de dos, seis y ocho años, antes de suicidarse tirándose desde un puente. Aquel drama llegó de manera inesperada, pero en un contexto en el que no son pocos los expertos que señalan la presión a la que son sometidas muchas familias debido a que muchos servicios públicos de cuidados a niños –como guarderías y escuelas– se han visto afectados por la pandemia de la Covid-19.

Así, Axel Petermann, reputado criminólogo alemán, explicaba este viernes a la agencia alemana Deutsche Presse Agentur a cuenta del crimen de Christiane en Solingen que el asesinato de sus cinco hijos apunta a la “pérdida de ayudas y perspectivas” de la madre.

No es casualidad que en buena parte de las publicaciones que informan sobre el drama de Solingen haya publicidad de los servicios de ayuda para quienes piensen en el suicidio como los que ofrece la Sociedad Alemana para la Prevención del Suicidio. “¿Piensa en el suicidio? El Teléfono de Cuidados al Alma ofrece ayuda. Es anónimo, gratuito y funciona las 24 horas del día”, reza uno de esos anuncios en el portal de Internet de la revista Stern.

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