Los exámenes finales siempre traen consigo más de un quebradero de cabeza para los estudiantes. Sobre todo, cuando son de Historia, el tiempo apremia y todavía quedan cientos de temas por memorizar. Entonces, entra en juego la probabilidad. Que si me estudio mejor la Guerra de la Independencia Española porque va a caer seguro, y me leo rápido la Guerra de Marruecos. Que si el reinado de Felipe II es más fácil según la profesora y entonces, tal vez es mejor dedicar más tiempo al de Carlos V... 

Después están los temas que se descartan directamente, bien porque se te atragantan o bien porque ya estás en tiempo de descuento. El reinado de Isabel II, descartado. La dictadura de Primo de Rivera... no cae nunca, ya si eso le echo un vistazo a la de Franco... ¿Qué ocurría el día del examen? Lo que habrán imaginado desde el principio. Todo lo contrario a lo que esperaba el estudiante. 

Esto es, precisamente, lo que le podría pasar el año que viene, por ejemplo, a la mismísima Princesa de Asturias, Leonor de Borbón (14), cuando curse 4º de la ESO y tenga que estudiar Historia de España, o a su hermana, la infanta Sofía (13) dentro de tres años. Inevitablemente, desearan que en el examen final les pregunten cualquier etapa histórica menos una, claro, la que desde hace meses ha protagonizado (y culminó este lunes) su abuelo, Juan Carlos de Borbón y Borbón, y que en poco tiempo será una lección más en todos los libros de Historia.

La caída y huida de Juan Carlos I. Podría ser perfectamente el título de uno de los temas que tendrían que estudiar Leonor y Sofía de Borbón en el futuro más mediato. Y a su vez dividido en varias lecciones como, por ejemplo, las causas de su abdicación en 2014 o las de su retirada de la vida pública cinco años después; el repudio de Felipe VI hacia el Emérito renunciando a su herencia y retirándole su asignación en plena pandemia o la de su marcha del país donde reinó durante 40 años. 

Al igual que a muchos estudiantes con otros capítulos históricos, a las hijas de los Reyes les resultará especialmente complicado estudiar el final del reinado de su propio abuelo, aún más teniendo en cuenta que fue motivado por el presunto cobro de comisiones ilegales junto a su examante, Corinna Larsen. No obstante, tal vez este apartado no sea el más duro que la heredera al trono y su hermana tengan que estudiar sobre su familia. La Casa de Borbón no es sólo la estirpe real más antigua de Europa, sino también la única dinastía que, en poco más de 200 años, ha protagonizado el exilio, la huida o el destronamiento de seis de sus reyes. Uno tras otro, sin excepciones, desde 1808. ¿Preocupará esto a la futura reina cuando lo estudie en sus libros? 

El examen 

La primera parte del examen: compara las imágenes de las dos familias Borbón.

Hasta aquí todo son meras suposiciones de cómo un día Leonor y Sofía podrían enfrentarse a la prueba escolar más difícil de su vida. Sin embargo, para que este ejercicio sea lo más real posible, EL ESPAÑOL, con la ayuda de una profesora de Historia, ha diseñado el examen de Historia contemporánea de España que mañana mismo podría hacer su hijo (y las pequeñas de la Familia Real) en el instituto sobre el reinado de los Borbones a lo largo de la historia y del penúltimo en la dinastía que lo hizo en nuestro país, Juan Carlos I. Una prueba que incluye desde imágenes relacionadas y un tema de desarrollo sobre abdicaciones, hasta un comentario de texto sobre el comunicado que el Emérito mandó este lunes a su hijo, Felipe VI, anunciándole su marcha, "por estos momentos", de España. 

El examen se divide en tres bloques y para comenzar, la profesora ha elegido un total de cuatro imágenes que los alumnos deben comparar. En la opción a, se debe identificar a todos los personajes que aparecen en las dos primeras, explicar qué relación dinástica se puede establecer entre ellas y situar su contexto histórico-político. 

La primera se trata de la familia de Carlos IV, retratada en 1800 por Francisco de Goya. En otras palabras, la Familia Real española de esa época. En la pintura, conservada en el Museo del Prado, se puede advertir a todos sus miembros: el rey Carlos IV, denominado El Cazador y la reina Maria Luisa, en el centro de la escena. Los más pequeños de la familia, la infanta María Isabel y el infante Francisco de Paula. A la izquierda, el futuro Fernando VII sujetado por la espalda por el infante Carlos María Isidro. Y a la derecha, la infanta María Luisa y en brazos, el pequeño infante Carlos Luis. 

Leonor de Borbón junto a su abuelo, Juan Carlos I.

En la segunda imagen, la estampa es similar pero reproducida 200 años después. Se trata de los Borbón y Borbón, el último linaje de la dinastía que reina en España. En la captura, posan los Reyes, Felipe VI y Letizia, en el centro se sitúa la futura reina, Leonor I, y a su lado, la infanta Sofía. Detrás, en un segundo plano, los Eméritos, Sofía y Juan Carlos de Borbón. En cuanto al contexto histórico-político, en la primera imagen apenas faltaban ocho años para que el rey fuese traicionado por su hijo, Fernando, en el motín de Aranjuez, lo que desencadenaría su exilio a Francia, tras el establecimiento del reinado en España de José Bonaparte. 

En su propia foto, por otro lado, Leonor de Borbón debería explicar, por ejemplo, que su padre, Felipe VI, ya era el actual rey de España tras la abdicación de su abuelo, Juan Carlos I, en 2014, después de protagonizar varios escándalos como el de la caza de elefantes en Botsuana (África) en plena crisis económica. Y la sucesión de otros que también habían debilitado la institución, como el de la implicación de su hija, la infanta Cristina y su marido, Iñaki Urgangarin, en el caso Nóos. Por aquel entonces, debería puntualizar la futura reina, los negocios offshore de su abuelo junto a su amante, Corinna, solo eran rumores entre periodistas y medios internacionales. Y la Monarquía solo intentaba dar un soplo de aire fresco y renovado con la nueva Familia Real. 

En la opción b, Leonor y Sofía deben establecer las similitudes y diferencias en dos imágenes de su abuelo. En la primera, su proclamación como monarca, en noviembre de 1975, tras la muerte del dictador Francisco Franco. En la segunda, el final de su etapa como rey titular, su abdicación el 18 de junio de 2014. La diferencia más inmediata es que en la primera, tras ser proclamado rey, se convertiría en el motor del cambio y padre de la transición de la dictadura a la monarquía parlamentaria. Y en la segunda, cercado por los escándalos pasados y actuales de la familia (todavía no fiscales, en su caso) no le quedaba otra que concluir con su reinado. 

Las abdicaciones de la familia 

Historia de las abdicaciones y exilios: de 1808 a 2020.

Hasta esta pregunta, el examen todavía no se antoja complicado para la princesa y su hermana. Pero sí, tal vez, en la segunda. Donde deberán precisar con exactitud el conocimiento que tienen sobre su árbol genealógico y el fracaso de sus reinados si quieren obtener un sobresaliente. "De 1808 a 2020: La historia de las abdicaciones y los exilios", reza la cuestión. Aquí, Leonor de Borbón deberá explicar como su abuelo, su bisabuelo, su tatarabuelo, su tatatarabuela y mas allá tuvieron que hacer las maletas, poner tierra de por medio y decir adiós. 

Desde marzo de 1808, momento de la primera abdicación de Carlos IV a favor de su hijo Fernando VII, hasta este pasado lunes, con el Emérito, cuando comunicó que se marchaba fuera de España, aunque la Casa Real todavía no ha confirmado, seis días después, cuál es su residencia actual. Carlos IV, Fernando VII, Isabel II (abdicó y se exilió tras la revolución de 1868), Alfonso XIII (perdió todos sus derechos dinásticos una vez se proclamó la II República), Juan de Borbón (nunca reinó) y Juan Carlos I o el destino implacable de los Borbones, sería tal vez un buen comienzo para el desarrollo de esta pregunta, si tuviese que escribirla Leonor de Borbón. Un linaje donde sus seis últimos miembros se han visto obligados a inmolarse dinásticamente entre ellos para poder mantenerse en el trono. ¿Seguirá siendo así su historia?

La tercera y última pregunta es la definitiva. Un comentario de texto del comunicado oficial del que fuera Jefe del Estado de España, en el que matiza y contextualiza los motivos que le han llevado a abandonar a España a su hijo, el rey Felipe VI. Un ejercicio en el que además de analizar la naturaleza, el autor, o la finalidad del texto, Leonor tendría que comentar cuales fueron los motivos que llevaron al autor, su abuelo, a hacer el comunicado y cuáles son las consecuencias más inmediatas. Aspectos tan peliagudos como la gestión opaca del dinero entregado por Arabia Saudí al Emérito por el Ave a la Meca. Un escándalo incubado durante al menos tres lustros, el tiempo en el que comenzó la relación entre Juan Carlos y Larsen. 

Para desarrollar el comentario, la profesora ha subrayado en el texto las que considera las claves del mismo. "Ante la repercusión pública que están generando ciertos acontecimientos pasados de mi vida privada; mi legado; deseo de dejar de desarrollar actividades institucionales; decisión de trasladarme, en estos momentos, fuera de España; profundo sentimiento, pero con gran serenidad; siempre he querido lo mejor para España y la Corona". 

Comentario de texto

El análisis sobre el comunicado que el Emérito envió a Felipe VI anunciando su marcha.

Ante la primera afirmación, tal vez, la primera reflexión de la futura reina en el texto sería preguntarse si un monarca tiene vida privada. Con esta frase, el que fuera Rey de España durante casi cuarenta años ha tratado de enmarcar los escándalos financieros por los que le está investigando la Fiscalía del Tribunal Supremo dentro de la esfera privada. No lo niega, pero lo quiere encuadrar en su ámbito personal, como si se tratase de un ciudadano más y no de Su Majestad Juan Carlos de Borbón. Lo cierto es que el Rey, precisamente por ser tal, no tiene vida privada más allá de su relación familiar. Y el hecho de que lo haya entendido así es lo que le ha llevado precisamente a tener que dejar España. 

Y es que dentro de esa "esfera privada", deberían matizar Leonor y Sofía de Borbón, el Emérito se refiere a las diferentes informaciones periodísticas que han sacado a la luz el entramado que él mismo ordenó crear en diversos paraísos fiscales para mantener su fortuna lejos del fisco. Desde la creación de diversas empresas offshore a la recepción de donaciones millonarias por parte de diferentes monarcas, como la de 100 millones por parte de la familia real saudí. 

"Mi legado, y mi propia dignidad como persona, así me lo exigen". Juan Carlos quiere dejar claro que no se arrepiente. Defiende su reinado y todas sus actuaciones. No pide perdón, ni se lo plantea. De hecho, el abuelo de Leonor tampoco renuncia a su título y a su reconocimiento como rey vitalicio.

El Emérito, además, también juega con los tiempos en el texto. Cuando hace referencia a que se jubiló de sus actividades públicas, Leonor y Sofía deberían aclarar que, dos meses antes, su padre, Felipe VI, recibía un comunicado de una firma de abogados británica, Kobre&Kim, los letrados de la examante de su padre, Corinna Larsen, en el que le indicaban que él era el beneficiario de los fondos de la Fundación Lucum, una de las empresas offshore creadas para gestionar la donación de 100 millones de dólares. 

Esto sucede en marzo de 2019. Y entonces, el rey actúa. Renuncia a su herencia, así como lo que le pudiera corresponder a la Princesa de Asturias; y el 2 de junio de 2019 Juan Carlos anuncia su retirada de la vida pública. Su retirada fue, entonces, forzada y para evitar el escándalo público que explotaría en menos de un año. 

A pesar de esto, el Emérito es consciente de la situación tan complicada que le deja a Felipe VI y a Leonor, por delante. "Siempre he querido lo mejor para España y la Corona", concluye en su comunicado.  Y, por eso, al igual que hizo con su padre, Juan de Borbón, Felipe vuelve a matar al padre para salvar el trono. ¿Será la última vez? 

Tal vez algunas conclusiones del texto sean más bien improbables de realizar para la Princesa de Asturias, pero la realidad es que algún día puede que no tenga otro remedio que afrontarlas. Tener un 10 en este examen, en cualquier caso, sería bastante complicado para la futura reina. De lo que de momento no tendrá que examinarse es de todas las triquiñuelas que su abuelo utilizó para crear presuntamente sociedades en el extranjero y evadir impuestos junto a Larsen. Aunque, quién sabe, lo mismo si estudia Derecho, Finanzas o Relaciones Laborales, le cae alguna práctica en la universidad. 

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