Volvían a casa pedaleando, con la música puesta y el flash del móvil iluminando la noche. “Nos íbamos riendo y cantando, contentos. Veníamos del pueblo de Bítel, de cenar con un amigo y volvíamos a Tortosa en bici”. Se lo cuenta a EL ESPAÑOL el joven de 16 años que acompañaba a Mohamed Darkaoui, de 19, en el momento en el que lo mataron. Eran las diez y media de la noche del miércoles 1 y los dos amigos regresaban por una carretera secundaria, la T-301. Entonces, la tragedia.

Dos coches tomaron la curva a toda velocidad. Fue el segundo, un Mitsubishi todo terreno, el que embistió a Mohamed. “Yo iba el primero, con la luz del móvil delante y la luz de la bici iluminando detrás. Mi amigo no llevaba ninguna. Íbamos por la derecha. Cuando pasó el todo terreno yo escuché un golpe, me paré y me di la vuelta”, cuenta el menor a este diario. El golpe que recibió Mohamed fue frontal; asegura su amigo que enseguida lo vio mal, heridas en el abdomen.

Ya se lo encontró inconsciente. “Le hablé pero no me contestaba. El todo terreno primero siguió su marcha y yo pensaba que iba a huir. Luego se paró y dio la vuelta. Pasaron dos coches más, los paré y les pedí que llamaran ellos a alguien, porque yo no me había encontrado nunca en una situación así”. El conductor de uno de los coches llamó a la ambulancia, pero poco se pudo hacer por él. “Me dijeron que ya se lo llevaron muerto”; concluye.

La sonrisa de Moha

Tenía 19 años, se llamaba Mohamed Darkaoui y estudiaba informática. Residía en Tortosa, en el barrio de Remolins, aunque le había dicho a sus amigos que se iba a volver a Valencia en breve. Que había estado allí visitando a unos familiares unas semanas atrás, y que iba a regresar porque creía que allí podía conseguir un trabajo de verano. Pero esta semana se encontró con la desgracia.

Mohamed estudiaba en el IES Terres del Ebre, donde le recuerdan por su sonrisa perenne. “En mi vida he conocido a una persona tan única y alegre como Moha”, rememora uno de sus compañeros de instituto en las redes sociales. Es el mismo recuerdo que tienen en el equipo de fútbol de Remolins, donde estuvo jugando un par de temporada y ayudando con los pequeños del fútbol base. “Era de una familia muy humilde, que suelen teer problemas para pagar las cuotas, pero ellos siempre trataban de aportar”, cuenta a EL ESPAÑOL un coordinador del club. También le han brindado una despedida por redes.

Positivo en alcohol

Desde Mossos d’Esquadra han confirmado que el conductor fue detenido porque dio positivo en alcoholemia: “0,43%, no es mucho pero está ligeramente por encima de la tasa de 0,40%, que es la que marca si va por vía penal en el momento en el que hay un accidente, como este caso”. El homicida es de nacionalidad española, tiene 42 años y es vecino del municipio tarraconense de Tivenys. Se enfrenta a los cargos de homicidio por imprudencia grave y conducir bajo los efectos del alcohol.

También han confirmado los Mossos d’Esquadra que, tras dar el aviso a los familiares del fallecido, se personaron en el lugar de los hechos y tuvieron que ser atendidos por los sanitarios: “Se tuvo que adoptar el protocolo de atención psicológica, por los casos de ansiedad que se dieron”. Para entonces, el conductor ya había sido detenido por la policía autonómica.

“Es un palo para esa familia, todos muy trabajadores”, cuentan personas de su entorno en las redes. La de Mohamed Darkaoui es la vida número 49 que se han cobrado las vías interurbanas de Cataluña en lo que llevamos de año, el chico que estaba a punto de partir a Valencia para buscar su trabajo de verano, encontró la muerte una noche que volvía de cenar con amigos.