Los centros de salud madrileños de Reyes Católicos, en San Sebastián de los Reyes, y Miraflores, en Alcobendas, están situados en la misma calle. Apenas 700 metros separan al uno del otro en la Avenida de España de las mencionadas localidades. Se tardarían apenas 10 minutos en recorrer esta distancia andando. En coche, mucho menos. Dependiendo del tráfico, en poco más de 2 se podría realizar. Sin embargo, si uno está enfermo, esa distancia puede ser irrealizable.

El pasado miércoles, Pedro M. P. se encontraba mal, presentaba dolores en el pecho y el brazo. Decidió acercarse al centro más cercano a su casa, al primero de los mencionados con anterioridad. Una vez allí se le denegó la atención, según narran fuentes familiares, y a los pocos minutos, el hombre falleció por un infarto en la puerta del centro en el que había solicitado ayuda.

“Acudió, le dijeron que no podía ser atendido allí, que ese no era su centro, salió a llamar a su cuñado para que lo trasladara y, en el tiempo que tardaba en llegar, cayó desplomado en el suelo”, narran a EL ESPAÑOL fuentes de la familia. Entonces, los servicios de emergencias tuvieron que salir a atenderle, aunque poco pudieron hacer entonces por su vida.

Esta es la separación existente entre los dos centros de salud: el que le correspondía y en el que no atendieron a Pedro E. E.

Pedro era vecino de Alcobendas, de 45 años. No había tenido problemas de salud previos al día en el que todo ocurrió. Al menos, no relacionados con estas patologías, poco más allá de los dolores en el tren inferior del cuerpo que sufren aquellos que se dedican a la cocina, por las horas que pasan de pie.

Aunque todos conocían su afición por el rock, sus labores profesionales las desempeñaba entre fogones. A lo largo de su vida, pasó por distintos grupos, pero el último en el que estuvo enrolado fue La Gotera, del que era batería y en el que están consternados por el suceso.

Dicen los que le conocían que se encontraba más en forma que nunca. Había dejado de fumar, estaba haciendo ejercicio. Además, era uno de los afortunados que se había casado poco después del confinamiento al que ha estado sometida la sociedad a causa de la pandemia del coronavirus. De eso hace un mes escaso: la pareja y sus amigos estaban esperando a dejar atrás la crisis sanitaria para poder celebrarlo.

Ahora, sus allegados aún no se explican cómo le pudieron negar la atención en el centro médico. “Era un cuadro de infarto clarísimo”, lamentan con cierto tono de indignación ante lo que ven como una evidencia.

No encuentran respuestas a sus preguntas. El levantamiento del cadáver se produjo a un metro y medio de la puerta del centro de salud en el que se le había negado la atención. “No le atendieron porque pertenecía a otro centro”, repiten sin explicárselo las fuentes consultadas por este medio.

Con tales patologías, Pedro no pensó cual era el que le pertenecía, sino qué lugar estaba más cerca.

Denunciados los hechos

La familia ya ha interpuesto una denuncia por lo sucedido. Lo hicieron el pasado jueves, para no demorar la investigación. Son conscientes de que nada les podrá devolver a Pedro, pero al menos quieren que nadie vuelva a sentir lo que ellos están pasando.

Algunas informaciones apuntan que Pedro acudió al centro de salud, se le denegó la atención, se marchó tres horas a casa y entonces volvió, cayendo desmayado en la puerta a los pocos minutos. No fue así. Fuentes cercanas a la familia lo niegan con rotundidad: “Sólo fue una vez, antes había estado con un amigo”.

Pedro, en el cartel de La Gotera, el grupo de rock donde tocaba.

Se desconoce de dónde ha salido la versión que afirma que el fallecido estuvo tres horas antes en el mismo centro médico. Los argumentos que esgrime la familia contra esto son claros: estuvo las horas previas acompañado por un conocido, no tiene sentido que nadie con esos síntomas hiciera eso; la distancia entre los centros de salud es nimia como para no irse al de al lado y sí a casa si se le deniega la atención.

Sea como fuere, la Policía ya está investigando el caso. Las diligencias, según expone la Consejería de Sanidad, se habrían abierto de oficio, dado que el fallecimiento se produjo en la calle, tal y como se ha narrado con anterioridad.

Igualmente, desde Sanidad aseguran que ya se le ha tomado declaración a la persona que presuntamente habría denegado la asistencia a Pedro momentos antes de su muerte. Todo queda a la espera de saber qué concluye la investigación.

Por el momento, el ente público también aclara que la estrategia actual del SUMMA 112 se basa en el refuerzo de la atención domiciliaria de las urgencias. Con los centros de urgencias cerrados, este servicio se ha reforzado con 20 Unidades de Atención Domiciliaria más, compuestas por médico o enfermero y un técnico de emergencias sanitarias que se desplazan a los domicilios. Con este refuerzo, el SUMMA activa hasta 65 UAD. La recomendación para el ciudadano es que, ante una posible urgencia y por supuesto ante cualquier emergencia, llamen al 112 o al 061 para que un médico del centro coordinador del SUMMA, en función de la sintomatología apreciada, regule si se trata de una situación emergente o urgente y envíe el recurso móvil adecuado a cada caso.

Viral en las redes sociales

El caso de la muerte de Pedro se ha hecho viral en las redes sociales. Un usuario de Facebook publicó el siguiente post: “Habrá que investigar para conocer por qué un vecino de Alcobendas murió ayer de un infarto en un banco, a 5 metros de un centro de urgencias cerrado (el de avenida de España de Sanse) y al lado de un ambulatorio, que parece supuestamente que le informaron que no era el suyo y que allí no le atendían. Cómo es posible que, en un país de la UE, la gente fallezca a las puertas de un centro sanitario y se mantengan las urgencias cerradas desde hace más de 100 días”.

Este post ha sido compartido en más de 1500 ocasiones y ostenta una gran cantidad de comentarios. No obstante, a la familia no le ha llegado nada al respecto de esta publicación que sostiene una versión igual a la narrada por el entorno del fallecido.