El chico, de 9 años, llevaba más de dos meses pidiendo ayuda. Residía desde marzo en un piso tutelado para menores de Tudela (Navarra). Antes vivía con su abuela (porque sus padres se marcharon de España y lo dejaron con ella), pero los Servicios Sociales del Gobierno Foral le quitaron la custodia. “Sacadme de aquí”, le pedía a su abuela durante las llamadas que en el confinamiento. No aguantaba más seguir viviendo en aquel lugar. Y como no consiguió que escuchasen sus llamadas de auxilio, decidió quitarse la vida.

Sucedió el martes 26. El niño, que compartía piso tutelado con otros menores, se retiró a su habitación después de cenar, poco antes de las diez de la noche. No advirtió a nadie de sus intenciones. Fue un compañero suyo, también menor de edad, el que descubrió la escena. Subió a la habitación y se encontró al chico en muy mal estado. Se había estado autolesionando y finalmente entró en parada cardiorrespiratoria. Una ambulancia lo trasladó al hospital Reina Sofía de Tudela y de allí fue enviado a la UCI de Pediatría del Complejo Hospitalario de Navarra. El lunes 1 de junio entró en estado de muerte cerebral.

¿Qué pasó con ese niño? Desde el gobierno navarro no dan explicaciones. Argumentan que el caso se halla en pleno proceso de investigación, por lo que no ofrecerán más datos hasta que esta concluya. También apelan a la edad del chico, menor de edad, para razonar la falta de información, “porque debemos evitar cualquier información que pueda comprometer su privacidad”, le contó el portavoz de comunicación a EL ESPAÑOL en llamada telefónica.

Situación de desamparo

El chico vivió en Pamplona desde que nació. Sus padres, inmigrantes, volvieron a su país de origen. A él lo dejaron en Europa, donde creció y estudió. Se quedó con su abuela, que también se había quedado en Pamplona. Una mujer que tiene 49 años y que tuvo la custodia hasta noviembre, según informa el Diario de Navarra, cuando los Servicios Sociales de la comunidad se la retiraron al considerar que el menor se encontraba en situación de desamparo.

De ahí pasó a un piso tutelado en Pamplona y pudo acabar su curso de 3º de primaria. Pero en marzo le cambiaron el domicilio. Argumentaron los Servicios Sociales que había falta de este tipo de residencias en la capital navarra, por lo que fue trasladado a un piso en Tudela, en la misma provincia. Ahí empezó el calvario del niño.

Como este suceso se ha desarrollado dentro del periodo de confinamiento, el chico solamente ha podido ir mandando SOS por llamadas y videoconferencias a su abuela. Una vez incluso llegó a escaparse del piso para irse de nuevo con su familia. Lo interceptaron en la estación de autobuses y lo devolvieron al hogar tutelado. Se desconoce qué llevó al niño a tal estado de ansiedad, dado que la investigación sigue su curso.

Estabilidad emocional

El chico le pedía a sus familiares que lo sacasen de allí, consecuencia tal vez de algún proceso de bullying, según informaron a EL ESPAÑOL fuentes del entorno del caso. Pero sus llamadas desesperadas no tuvieron efecto. Había ido parar a ese piso porque desde el gobierno foral, sus tutores desde el 21 de noviembre, consideraban que un niño de su edad necesitaba un entorno de mayor protección y estabilidad emocional. Por eso lo arrancaron de los brazos de su abuela y lo metieron en ese piso que se convirtió en su infierno particular.

Así, el 26 de mayo tomó la decisión: se encerró en su habitación después de cenar y se quitó la vida provocándose lesiones de naturaleza que todavía no han sido confirmadas. El menor que lo descubrió lo halló inconsciente en el suelo, en parada cardiorrespiratoria. Desde el piso llamaron a emergencias, los sanitarios lo llevaron al hospital Reina Sofía de Tudela y de allí al Complejo Hospitalario de Navarra. El lunes se decretó su muerte cerebral.

Diario de Navarra explica que la familia presentó denuncia ante el Juzgado de Instrucción nº 2 de Pamplona, y pidió que el menor fuera examinado por un médico forense para acreditar que, en efecto, que las lesiones se las había provocado él mismo. También solicitaron al Juzgado de Familia la suspensión cautelar de la tutela del Gobierno de Navarra. Por último reclamaron el derecho de la familia a contar con información directa del estado del niño por parte de los médicos y no a través del departamento de Servicios Sociales.

En estos días, la familia sí que ha recibido información desde la trabajadora social del hospital y el viernes fueron atendidos en el departamento de Derechos Sociales, explica el rotativo, al que las dos abogadas de la familia declararon que no hablan de “culpabilidad sino de responsabilidad” y de “depurar responsabilidades”. Añaden que la familia critica que les retiraran la custodia por desprotección y que ahora el menor se haya suicidado con 9 años bajo la tutela de la Administración. La investigación sigue su curso, para saber qué sucedió para que un niño de 9 años llegase al extremo de quitarse la vida.