"Tengo que volver al dentista, que me sacó una muela y me duele. Quizás sea porque no haya cicatrizado". Dolores Sales Girona, enfermera residente en Palma de Mallorca, avisó a su familia de que algo no iba bien tras la extracción de una pieza dental en la consulta de un odontólogo balear. Ni un mes después, falleció en el Hospital de Villarreal a causa de un fallo multiorgánico. El motivo, la infección de una muela mal extraída.

Pasó en 2018, pero ahora, su familia, ha presentado contra el dentista una querella por homicidio por imprudencia grave. Acaba de ser admitida a trámite. Dolores Sales, Loli para los más íntimos. Castellonense de 55 años que llevaba 30 residiendo en Mallorca. Estaba viuda y no tenía hijos. Su principal preocupación era el estado de salud de su madre, enferma de cáncer en un pueblo de la sierra castellonense. Se había cogido unos días de vacaciones para ir a visitarla. No esperaba que fuese su estado de salud, el suyo propio, el que empeorase drásticamente esos días. 

Atravesaba por una buena etapa. Las cosas iban bien en su puesto de trabajo, en el Hospital de Son Espases. Acababa de sacar un libro a la venta sobre terapias alternativas para tratar a pacientes con adicciones. A diario debía lidiar con este tipo de perfiles: alcohólicos, toxicómanos... y a diario se exprimía la cabeza para intentar ayudarles, más allá de los cuidados tradicionales que podía ofrecerles en el hospital. Su libro esta todavía a la venta en Amazon. 

Operación rutinaria

La tragedia de Dolores comenzó el 31 de julio de 2018. "Fue al dentista para una operación teóricamente rutinaria. La extracción de una pieza dental, un molar de la parte derecha", explica a EL ESPAÑOL su cuñada Marisol. Nos habla ella porque su marido Ernesto todavía no lo ha superado y se rompe al hablar de su hermana: "Se llevaban pocos meses pero parecía que eran mellizos. Estaban muy unidos, tenían una relación muy estrecha" nos cuenta. 

Dolores llevaba 30 años viviendo en Mallorca

"Habíamos quedado en verano para encontrarnos los tres en Castellón. Nosotros viajaríamos desde Madrid y ella desde Palma, para cuidar entre todos a su madre, porque su estado de salud ya no era bueno por el estado avanzado en el que se encontraba el cáncer que sufría. Yo recuerdo haber hablado con Loli esos días de verano y ella estaba contenta por lo del libro, bromeábamos sobre si me lo iba a comprar o si ella me lo iba a firmar. Fue después de la extracción de la muela cuando ella se empezó a encontrar mal".

Cronología de una tragedia

El día 3 de agosto volvió Dolores al dentista a que le examinasen la herida, porque le dolía más que el primer día. Estaba infectada y ahí se percató el odontólogo de que se había quedado un fragmento de pieza dentro. Se la extrajo, pero el problema no remitió en los días posteriores. Al contrario, empeoró y a Loli se le notaba: "Estaba muy cansada y nos lo decía. Mi marido y yo hablábamos con ella casi a diario, aunque fuese por Whatsapp. Se notaba que no estaba bien. Ella nos decía que era cansancio. Que estaba trabajando mucho para poder cogerse esos días de vacaciones y marcharse a Castellón para vernos y cuidar a su madre", le cuenta Marisol a EL ESPAÑOL. 

Su libro publicado el pasado verano, pocos días antes de la fatídica intervención

Dolores tenía pensamiento de volver a la península a vivir. No solamente por el estado de salud de su madre, que también. Era porque ya no le quedaba nada más en Mallorca: "Ella llegó a la isla por trabajo, pero allí encontró pareja. Llegó eventualmente y se quedó 30 años. Allí se casó, enviudó, conoció a otra pareja... Pero al final estaba sola y la posibilidad de volver a la península era cada vez más real", prosigue su cuñada. 

A mediados de septiembre llegaron los días de vacaciones que le quedaban. Los invirtió, como tenía previsto, en ir a ver a su madre a Fuentes de Ayodar, un pequeño pueblo de la sierra de Castellón. Pero su estado de salud iba a peor. Llegó el día 16 con evidentes problemas en el lado derecho de su cara. Se fue al ambulatorio porque los dolores no remitían. Le diagnosticaron una infección y le recetaron antibiótico e ibuprofeno. El viernes 21 volvió a la consulta porque el dolor iba a más. Le recetaron un antibiótico de espectro más potente. El sábado 22 volvió, ya con la cara muy inflamada. Sangraba abundantemente. Su estado había empeorado mucho. Le pusieron una mascarilla de oxígeno y Urbason (cortisona) para reducir el hinchazón. 

Murió en una hora

El día 23 de septiembre se confirmaron los peores presagios. Desesperada y muy débil, su familia la llevó al Hospital de La Plana, Villarreal. Ingresó a las 13:45. No cesaba de sangrar, su cara estaba deformada y tenía serias dificultades para respirar. No había nada que hacer. La infección le provocó un fallo multiorgánico que acabó con su vida a las 14:55: "Habíamos quedado en vernos el 25 de septiembre. Ese fue el día que la enterramos", concluye su cuñada. 

La familia está devastada. A los cinco meses del trágico fallecimiento, murió su madre. "Era una persona muy fuerte y estaba aguantando el cáncer, pero la inesperada muerte de Loli fue la que se la acabó de llevar por delante", asegura Marisol. Su hermano Ernesto sigue rompiéndose cada vez que intenta abordar el tema de su hermana.

"Loli era una persona que daba. Todo lo daba. Sentimentalmente, económicamente... Siempre estaba haciendo regalos y preocupándose por los suyos. Por su familia, por sus pacientes", explica su familia. Su abogado, Eduardo Luna, ha presentado una querella por homicidio por imprudencia grave contra el odontólogo que llevó a cabo la intervención. Acaba de ser admitida a trámite. Lo que quiere la familia de Loli es que, cuanto menos, se haga justicia.