Barcelona (Enviado especial)

David y Pau tienen 17 años. Sus caras de niños imberbes con acné las disimulan tras un pañuelo con los colores de la señera catalana y con las capuchas de sus sudaderas. Son altos, delgados y van bebidos. Desde las cuatro de la tarde ambos adolescentes están frente al cordón policial que protege la Jefatura Superior de Policía en la vía Laietana de Barcelona. Ya no toman una cerveza tras otra. Ahora corren, gritan, lanzan pedruscos.

Hablan con el periodista mientras revientan a golpes con un hierro el acerado y los bordillos. Buscan disponer de objetos contundentes que lanzar a los agentes, quienes a su vez los reprimen con pelotas de goma. Entre ellos y las fuerzas del orden hay varias barricadas y contenedores en llamas. David y Pau han tenido que retroceder hasta llegar a la plaza Urquinaona. Un amigo de estos adolecentes se acaba de ir a casa con un bolazo en el muslo.

"Somos pequeños demonios y ellos las fuerzas opresoras. No les vamos a dar un respiro. Si no se van, nosotros seguiremos en las calles. Ni un respiro, ni un descanso. El fin de semana se les va a hacer muy largo. Cataluña ha de ser independiente y los jóvenes tenemos que aportar nuestro arrojo", dice Pau sin dejar de hablar en catalán.

David apenas puede respirar de la excitación. Se echa a un lado con este reportero y se levanta el pañuelo junto a una furgoneta que nos protege. Apenas se puede respirar en este punto de vía Laietana. Hay un humo denso que emana de los contenedores que están en llamas. Se escuchan gritos. Cada poco también suenan los disparos de las pelotas de goma de los agentes del orden. Los ojos escuecen por el gas lacrimógeno que también están usando para reprimir las protestas.

"Ya no hay vuelta atrás"

"¿Qué no entendéis? ¿Entre los españoles no comprendéis que no queremos compartir país con vosotros? Es sencillo. Ya no hay vuelta atrás. La sentencia del 'procés' nos ha sacado a las calles para no volver a nuestras casas hasta que se nos dé una solución", explica ahora David.

-¿Es posible una negociación, una tregua para que hablen los políticos?

-Por nosotros, no. El diálogo con el Estado español ha llevado a nuestros líderes a prisión.

Esta zona de vía Laietana ha sido el lugar donde se ha desatado una protesta callejera que ha devenido en disturbios, mientras en el Paseo de Gracia se celebraba de forma simultánea la manifestación pacífica que ha recorrido el centro de Barcelona.

A primera hora de la tarde los jóvenes lanzaban huevos, hielos y latas de refresco. A esta hora, cuando ya ha caído la noche, usan material urbano para arrojarlo a los agentes. A las 19.53 horas de este jueves un agente de la fuerza del orden ha sido sacado en volandas de la plaza Urquinaona por tres compañeros. No podía caminar. Lo han introducido en una furgona de la Policía Nacional y lo han trasladado a zona segura para su atención médica

Cocaína y amenazas

La mayoría de los exaltados que están sumiendo en el caos el centro de Barcelona son jóvenes, muchos de ellos menores de edad. Delante de este reportero un chico de unos 20 años ha consumido cocaína junto a una moto. "Hijo de puta, no me habrás grabado, ¿no?", le pregunta al reportero. "Tranquilo, tío, está hablando conmigo", le dice David para calmarlo. "Si sale mi cara, juro que te busco", insiste este exaltado separatista.

Entre los jóvenes que corretean por el centro de Barcelona está Marina. La chica tiene 20 años. Es de Tarragona. Ha venido a Barcelona en coche esta mañana. Dice que ella no cree en la violencia para resolver nada, pero entiende a los chicos que "se levantan contra las fuerzas opresoras".

Marina piensa acampar esta noche en mitad de la ciudad. Lleva un saco de dormir y una lona de plástico para lanzarla suelo. "Soñamos con la República. Y ese sueño lo vamos a conseguir. Ponlo en tu texto. Que no se te olvide. Soñamos con la República".