A Juan -el negro- no había nada que le parara. Centrado en su trabajo y en ganar dinero para encontrar la estabilidad en su vida, era un apasionado del motocross, los encierros y corridas de toros. No se perdía ninguna de las festividades que se daban en Petrer -su pueblo- o en otros municipios cercanos.

Justamente a última hora de la tarde del pasado 1 de agosto, en las fiestas de Pinoso, un toro enganchó a Juan. Fue mortal. Según los testigos, el hombre se subió a unas escaleras y ahí fue donde el toro le cogió desprevenido. Le dio en el gemelo izquierdo y no pudo recuperarse de la herida. "No había quien le parara", explica Manuel, su amigo de toda la vida, a EL ESPAÑOL. El joven había vivido siempre en este municipio alicantino y era muy querido por sus amigos y conocidos. "Era muy salado, tenía un don para la alegría", añade Manuel.

Cuando la vaquilla cogió a Juan, este salió de la plaza de toros por su propio pie, ensangrentado. Enseguida fue atendido por un cirujano, que no pudo hacer nada por salvar su vida debido a la gravedad de la cornada que había sufrido. 20 cm de profundidad con tres recorridos de escarpa con afectación vascular. Sus más allegados no se pueden creer todavía la muerte de Juan. "Qué caprichoso es el destino", apostilla su amigo a este diario. 

Juan era aficionado al motocross y el flamenco

Petrer es un pequeño municipio situado al sureste de España, más concretamente en la Comunidad Valenciana. Allí creció y vivió Juan en el barrio de San Rafael. Comenzó sus estudios en el Instituto La Canal, pero no terminó la ESO. El joven estaba seguro de sus posibilidades y quería encontrar un trabajo pronto, ahorrar un poco de dinero y marcharse de casa de sus padres. Aun así no dejó nunca su pueblo, estaba muy ligado a este pequeño municipio.

Comenzó a trabajar en una empresa de calzado. "Él lo que quería es ganarse el pan de cada día con las manos", explica su amigo a EL ESPAÑOL. Tras un par de años, dejó su trabajo en el mundo textil y se metió de lleno en el de la construcción. Allí era feliz. Probablemente no sería el trabajo de su vida, pero le aportaba lo suficiente -tanto a nivel económico como personal- para seguir con su vida. 

Juan, junto a Akiles.

Pronto comenzó su afición por el motocross, el flamenco y los toros. Era un fiel seguidor del mítico Camarón, no se perdía una carrera de Valentino Rossi ni una fiesta de pueblo. Eso sí, siempre que las vaquillas fueran las protagonistas. Pero por encima de todo, estaba su perro Akiles. Le idolotraba. Subía fotos a sus redes sociales presumiendo del animal y siempre le dedicaba unas bonitas palabras. "Era como su hijo", explica este amigo.

Pero no solo sentía pasión por su mascota, sino por todo aquel que le rodeaba. "Tenía un don para la alegría, era muy salado", añade. "Aunque eso sí, tenía su carácter". A Juan le gustaba pasear con su perro por el campo, donde disfrutaba de sus horas libres y de los mejores momentos del día. Además, compartía estos ratitos junto a Nerea, una chica de un pueblo cercano con quien había empezado una relación. 

Recibió una cornada de 20 cm en un gemelo

Pinoso -un pueblo situado a media hora de Preter- comenzó sus fiestas el 1 de agosto y culiman el día 8 con el Socarrat. Suelta de vaquillas, misa, acto de coronación de las Reinas y catas de vino inundan los carteles que anuncian la festividad de este año. Durante el día de ayer, el plato fuerte era la suelta de vaquillas. Y allí estaba Juan.

Pasadas las siete de la tarde dio comienzo en el recinto del Barrio de Santa Catalina. La primera vaquilla de la tarde corneó a Juan, a la altura del gemelo izquierdo. Una vez que fue soltado por el animal, salió de la plaza por su propio pie. Tras ser atendido en un primer momento por los servicios médicos, fue trasladado poco después al Hospital de Elda, donde llegó a ingresar con vida. Los festejos continuaron con normalidad, ya que nada hacía presagiar el fatal desenlace. Debido a las graves heridas que presentaba -y a la cornada de 20 centímetros-, los médicos no pudieron hacer nada por salvarle la vida a Juan. 

Juan recibió una cornada, de 20 centímetros, a la altura del gemelo izquierdo.

Desde el Ayuntamiento, han convocado un minuto de silencio frente a la Casa Consistorial. Además, el Ayuntamiento de Pinoso ha decretado un día de luto oficial, por lo que hoy se suspenden los eventos taurinos y varios actos de la programación de las fiestas. "Lamenta lo ocurrido y traslada sus condolencias a la familia del fallecido", apuntan en Facebook. Además, el alcalde, Lázaro Azorín, ha compartido una mensaje en redes sociales en el que expresa que el municipio está "roto de dolor" y que el inicio de la feria y las fiestas "no habría podido ser más triste".

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