3 de julio, 20:30 de la tarde. En casa del criminólogo Juan Ignacio Blanco reciben una llamada. Contesta su esposa. 

- ¿Sí?

- Hola, te llamo de EL ESPAÑOL. ¿Puedo hablar con Juan Ignacio Blanco?

- (Con un tono absolutamente normal) Sí, pero ahora no se puede poner. ¿De parte?

- Mira, soy David López, que hablé con él alguna vez. Es que mira, me han dicho… que se ha muerto…

- (Silencio)

-  … y era para que me confirmases por favor si es verdad o mentira. No sé si teníais constancia de que están comentando eso.

- No, no, que va. Nada, ahora se lo diré yo. (Cuelga).

La esposa de Juan Ignacio Blanco no pudo decirle nada porque, a esas horas, él ya había fallecido. Desde el Tanatorio de El Escorial lo confirmaron al día siguiente. El cuerpo del periodista y criminólogo estaba siendo velado en la sala 2 y su responso tendría lugar a las 13:00. Choca que su propia esposa desmintiese su fallecimiento cuando su marido llevaba varias horas muerto. Es otro de los misterios que rodearán para siempre la figura de Juan Ignacio Blanco (conocido como JIB). Misterios que le han acompañado hasta sus últimos momentos de vida.

Juan Ignacio Blanco

Se ha muerto JIB. El hombre que más sabía del caso Alcàsser. El periodista que entregó su vida a una historia y acabó devorado por ella. Se ha muerto y esta vez de verdad, aunque Juan Ignacio ya había experimentado otras muertes. Implicarse tan a fondo en el Caso Alcàsser acabó matando su carrera. Él mismo lo reconoció a EL ESPAÑOL. De un tiempo a esta parte, además, sufría una grave enfermedad muy extendida por su cuerpo. Era de dominio público y más de una vez habían anunciado su fallecimiento en redes. De hecho, corre por internet una captura de Facebook en la que lo daban por muerto el pasado mes de abril, cuando JIB todavía estaba vivo. No era la primera vez. “Pero aquí estamos, peleando y con más ganas que nunca”, nos explicaba en conversación telefónica en febrero de 2017. Ahora ha muerto de verdad, aunque en su casa sostuviesen lo contrario. 

La cinta

Se ha muerto JIB y lo ha hecho en una fecha significativa. Aunque lo de Alcàsser pasó hace 27 años, ha sido ahora, en un periodo concentrado en algo más de una semana, cuando han vuelto a suceder cosas relacionadas con aquel caso. Concretamente tres: la primera es que Netflix ha estrenado una serie sobre el caso crimen. La segunda es que se han hallado huesos humanos en la fosa donde enterraron a las tres niñas. Son cuatro falanges de los dedos. Corresponde, a priori, con los huesos que no se hallaron durante la investigación. Faltaba, entre otras partes, una mano que estaba desgarrada.

Y la tercera es que se ha muerto Juan Ignacio. Un hombre que sostuvo hasta el final de sus días la misma versión: la verdad del caso Alcàsser nunca ha salido a la luz y es terriblemente incómoda para personajes muy importantes de este país. Defendía Blanco que aquel triple crimen se cometió solamente para saciar a un grupo de poderosos y sádicos pederastas que habrían grabado una snuff movie con las niñas. Una de aquellas supuestas películas en las que se violaba y torturaba a chicas hasta la muerte. El concepto se puso tan de moda en los 90 que hasta Amenábar le hizo una película (Tesis). JIB aseguraba haber visto la cinta. Él adelantaba que, cuando muriese, el vídeo acabaría saliendo a la luz. Hay mucha gente que ahora está esperando esa filmación, ahora que Alcàsser vuelve a moverse. Hay otros que aseguran que la cinta no fue más que un invento. Que nunca existió.

Mississippi

Juan Ignacio Blanco (Madrid, 1956-2019), se convirtió en uno de los rostros más populares de la televisión privada española a mediados de los 90. Era la persona que acompañaba y asesoraba a Fernando García, el padre de una de las tres niñas asesinadas (Míriam) en noviembre del 92. Era su sombra en cada entrega de Esta noche cruzamos el Mississippi, tal vez el primer gran late night de la televisión española. El antecedente de Crónicas Marcianas. Un programa presentado por Pepe Navarro que se convirtió en el estandarte de la Tele5 de las Mammachicho. Empezó siendo un espacio de entretenimiento y acabó adoptando una deriva hacia el morbo y el sensacionalismo. En gran parte por Alcàsser. Era un tema que se trataba casi a diario. Y allí estaban siempre JIB y Fernando. 

Pepe Navarro, Fernando García y JIB en el Mississippi

También era habitual de un programa de Canal 9, televisión valenciana, que iba sin careta: se titulaba directamente  El Juí d’Alcàsser. Un espacio conducido por Amaia Garrigós y dedicado en exclusiva a este proceso judicial. Se convirtió en el más visto de la televisión valenciana en aquella época. La rentabilización absoluta del caso. Allí, aprovechando las numerosas fallas policiales y judiciales del caso (que las hubo y muchas), se lanzaron todas estas teorías conspiratorias y se aportó material real y apócrifo. Todo para el deleite de una audiencia ávida de ese novedoso producto encubierto que con el tiempo fue denominado telebasura

Libro secuestrado

JIB defendió que Anglés y Ricart fueron meros cabezas de turco de una poderosa red de pederastia. Abrazó desde el principio las teorías conspirativas. Acabó aglutinándolas y plasmándolas en un libro: ¿Qué pasó en Alcácer?. Incluía material inflamable. Por ejemplo, fotos de la autopsia de las tres niñas asesinadas. Familiares de una de las víctimas denunciaron la publicación, por incluir estas imágenes sin su consentimiento. El libro acabó siendo secuestrado en 1998.

Aquello le acabó condenando. Literalmente. Una sentencia de 2009 le condenó a un año y cuatro meses de cárcel y a abonar cuantiosas indemnizaciones. La televisión autonómica valenciana quedó como responsable civil subsidiaria de dichas indemnizaciones. Después fue condenado como secretario de una fundación ficticia que había montado su otrora inseparable Fernando García, padre de Míriam. 

La enfermedad hizo mella en los últimos años de JIB

Los últimos años de Juan Ignacio Blanco fueron muy duros. Tanto en el plano personal como en el profesional. Los excesos de la juventud pasaron factura. Su enfermedad avanzaba sin control y le limitaba mucho físicamente. Se cansaba, tenía dolores, pasaba demasiado tiempo entre médicos. En lo profesional, el declive le había llegado mucho antes: “Yo antes llegué a ser jefe en El Caso. Era un periodista muy reputado y me llamaban de todos sitios. Después de lo de Alcàsser, me condenaron al ostracismo”, se lamentaba en conversación telefónica con EL ESPAÑOL.

Coincidencias

La última gran aparición de JIB ha sido precisamente su intervención en la serie de Netflix. Se estrenó antes de su fallecimiento, pero se desconoce cuál era su estado de salud durante esos días. No se sabe si llegó a verla. Ya no podrá dar su opinión. Allí, en la serie, sigue sosteniendo sus teorías alternativas sobre el Caso Alcàsser. En su última conferencia en Alboraya, ya advirtió de que sólo se conocería la verdad cuando él muriese. Ahora, en los foros donde se sigue hablando de aquel caso, se relaciona ya de alguna manera los tres acontecimientos seguidos: la serie, los huesos hallados y este fallecimiento. Un fallecimiento que negaron en su casa hasta el final. Que, de hecho, no ha sido todavía confirmado por la familia, sino por amigos del finado y por el tanatorio. 

Un fallecimiento misterioso para un tipo que vivió siempre envuelto en misterio. Para muchos, estén de acuerdo o no con sus teorías, con JIB ha muerto la persona que más sabía del caso más mediático de la historia de España. “Se lleva los secretos a la tumba”, coinciden los que le trataron, aunque ninguno pierde la esperanza de que, al final, la famosa cinta salga a la luz. 

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