Desde el primer momento vuestro abogado intentó revestiros con el atuendo inofensivo de "buenos hijos", santos incólumes incapaces de violar a una mujer. Tanto fue así que ayer mismo, delante de los magistrados del Supremo, volvió a señalar, a cuestionar, a ella, a la víctima: "Sólo tenía que decir no", insistió el letrado Agustín Becerra, como si el sexo necesitara de un impreso en el que poner una 'x' para aceptar o no el encuentro.



Becerra, quien llegó a decir que 'la Manada' no había tenido un juicio justo, se refería a la necesidad de negación de la chica ante cinco hombres encerrada en un portal mientras la penetraban anal, vaginal y bucalmente. "No", debió clamar la joven para que ellos, misericordiosos, la dejaran en paz. Pero como no lo dijo, esos cinco 'lobos' se sirvieron de ella como en una barra libre.



El fallo del Supremo, acordado por unanimidad por los cinco magistrados, dice que en ningún caso hubo consentimiento y sí intimidación. Señala que el relato de los hechos -probados, contrastados- "describe un auténtico escenario intimidatorio, en el que la víctima en ningún momento consiente a los actos sexuales llevados a cabo por los acusados".



Al leer ese pasaje del fallo me vienen a la cabeza aquellas frases del citado abogado durante el juicio en la Audiencia de Navarra. "Se trata de una relación sexual consentida y placentera”. “Quiero poner de manifiesto cada una de las falsedades, de las incorrecciones y de las no verdades que se han vertido en este juicio". “No agredieron sexualmente, no vulneraron la intimidad y no robaron el teléfono móvil”. “(De los vídeos) No se puede extraer la existencia de una agresión sexual, es una película porno y en ningún caso es una película de ciencia ficción”. “El relato de la chica ante el juez desmiente lo que la sociedad ha pensado de los acusados hasta ahora. La denunciante no accedió por la fuerza a aquel portal”.

Repasar estas frases con el fallo de ayer en la mano provoca risas.



Ahora ya no hay vuelta atrás. Se os ha condenado por violación. Prenda, Boza, Cabezuelo, Guerrero, Escudero, sois unos violadores. Pasaréis 15 años entre rejas, eso si no salís también condenados de la acusación de abusos sexuales que pesa sobre vosotros en un juzgado de Córdoba [salvo sobre Ángel Boza, que no estuvo allí].

Durante estos 1.080 días que han pasado desde vuestra detención hasta la decisión del Supremo he recibido amenazas de familiares de algunos de vosotros, insultos de amigos vuestros y he vivido situaciones desagradables que ahora no vienen a cuento. Y todo por informar, por poner negro sobre blanco quiénes sois y qué habéis hecho. Todos esos que me señalaron erraron el tiro: se os ha de cuestionar a vosotros, a vuestros actos y a vuestra forma de concebir la diversión sexual. Ahora os espera un largo tiempo a la sombra para poder reflexionar.



En los próximos días se comunicará la sentencia íntegra del Alto Tribunal, formado por tres hombres y dos mujeres. Lo que ya se conoce es que tendréis que pagarle 100.000 euros a la víctima, a la que no os podréis acercar por un periodo de 20 años. Tras cumplir vuestra condena pasaréis otros ocho años de libertad vigilada.

A ti, Antonio Manuel Guerrero, te han impuesto dos años de prisión más por robarle el móvil a la chica. Además, te espera la pérdida definitiva de tu trabajo en la Guardia Civil, como ya le ocurrió hace unos meses a tu amigo Alfonso Jesús Cabezuelo Entrena, exmilitar de la Unidad de Emergencias del Ejército.



Lo grave de vuestro caso es que se suponía que ejercíais de autoridad y que se os presuponía una cierta altura moral. Qué disgusto tendrán encima quienes os sometieron a las pruebas psicológicas para acceder al cuerpo.

¿O no te acuerdas, Antonio Manuel, guardia civil, de que eras tú quien conducía el coche mientras Prenda, en el asiento de copiloto, grababa con tu móvil cómo tu primo Jesús y tu amigo el militar manoseaban los pechos de una joven en evidente estado de inconsciencia de camino a Pozoblanco (Córdoba)? ¿Eso también lo va a negar tu abogado en el juicio? Fue un mes antes de viajar a Pamplona con tu manada de lobos machos. ¿Lo recuerdas ahora?



Este viernes, a última hora de la tarde, llegaba Agustín Martínez a la estación de Santa Justa de Sevilla en un AVE procedente de Madrid. Con rostro serio, puso en duda la existencia de un verdadero Estado de Derecho en España y dijo: "Hoy hay cinco inocentes en prisión...". Y dale con la burra al trigo.