Una mujer ha sido condenada a 18 años de prisión por maltratar a su hija recién nacida, envolverla en una bolsa de plástico y dejarla morir.

Este viernes, un Tribunal de Leicester (Reino Unido) emitía la sentencia sobre Hannah Cobley, una mujer de 29 años que dio a luz en un baño exterior de la granja de sus padres el pasado 30 de abril de 2017. Ni sus amigos ni sus familiares (a excepción de su pareja y de sus padres) tuvieron constancia del embarazo hasta que fue detenida.

Aunque en un primer momento se centraron las sospechas en el padre, la investigación descubrió que fue la propia madre quien dejó morir a la pequeña. En sus primeras declaraciones, la joven alegó que dejó el cadáver de su hija en la maleza, envuelta en bolsas a las afueras de su granja porque no lloraba, nació sin moverse y pensó que había nacido muerta.

La posterior autopsia reveló que la niña murió a consecuencia de varias fracturas, hematomas, cortes, contusiones y una lesión cerebral. Además, las pruebas realizadas al bebé determinaron que había estado viva y que pudo haber vivido durante dos horas o más después de su nacimiento.

El jurado, que ha tardado únicamente algo menos de dos horas en declararla culpable, tuvo especialmente en cuenta las búsquedas en Google que Hannah realizó durante los cuatro días que transcurrieron entre que la bebé nació y acabó falleciendo, tales como "cuánto tiempo puede sobrevivir un bebé sin ser alimentado" y "qué sucede cuando se deja caer a un bebé recién nacido".

Por todo ello y tras más de un mes de juicio, esta madre ha sido condenada a 18 años de cárcel.