Una niña de tan solo 8 años de Málaga se ha convertido en toda una heroína. La pequeña no dudó en enfrentarse a su progenitor cuando este le pegaba una brutal paliza a su madre. Fue la propia mujer quien confesó a la Policía que su pareja le acababa de golpear y que se había salvado gracias a la ayuda de la menor, hija de ambos. Al parecer el hombre se había encerrado con la pequeña y, tras un descuido, salió de la vivienda y avisó a los agentes.

Los hechos sucedieron el pasado lunes, en la zona de Ciudad Jardín en Málaga. El hombre, de 32 años y nacionalidad paraguaya, habría estado bebiendo durante toda la noche. Cuando llegó a su casa, a medianoche, con un par de cervezas en la mano, comenzó a poner música a un nivel muy alto. Su mujer, ante el ruido, le pidió que bajara el volumen, ya que anteriormente habían tenido problemas con los vecinos. En ese momento, comenzaron los insultos y golpes y empezó a destrozar los muebles de la casa, llegando a romper una puerta. 

La mujer intentó llamar a la Policía con su móvil, pero el hombre se lo arrebató de las manos y lo destrozó. Como informa La Vanguardia, acto seguido la agarró por el cuello con una mano, apretando y dificultándole la respiración, mientras que con la otra le dio un fuerte puñetazo en la boca.

La menor, que estaba siendo testigo de la escena, se abalanzó sobre su padre, agarrándole por la ropa, hasta que este le apartó de un empujón. La niña terminó golpeándose con una puerta de la casa. La mujer tuvo tiempo para refugiarse en casa de una vecina, donde avisó a la Policía Nacional. Según el Diario Sur, el varón se encerró en el piso con la niña y no dejaba entrar a los agentes. Pero ella logró abrir la puerta para que fuese detenido.

En la Comisaría, la mujer confesó que llevaba sufriendo malos tratos, por parte de su pareja, desde hacía tiempo y que estos se agravaban cuando llegaba el fin de semana. En casos anteriores la habría amenazado de muerte si le denunciaba: “Si llamas a la policía y salgo libre te voy a matar”.

También aseguró que tenía que mantener relaciones sexuales con él porque se volvía violento y para así lograr apaciguar su actitud. Hasta el pasado lunes no denunció lo ocurrido, al parecer por miedo a posibles consecuencias administrativas que perjudicasen a su hija.