Berlín

Eran un trío, dos mujeres y un hombre. Según el relato de la prensa local, llegaron el pasado viernes a una pensión de la ciudad bávara de Passau (sureste alemán) con intención de pasar allí unos días. Pero a la mañana siguiente, cuando la camarera de piso se disponía a limpiar la habitación que ocupaban, los encontró a los tres sin vida. En el suelo había dos ballestas. Los cadáveres tenían flechas clavadas. 

El suceso, del que llevan informado los medios de comunicación germanos desde el pasado fin de semana, todavía causa conmoción en Alemania. Entre otras cosas porque está relacionado con el no menos reciente hallazgo en Wittingen, una población de Baja Sajonia (centro alemán), de los cadáveres de otras dos mujeres en el apartamento de una de las jóvenes muertas en Passau, según informaban el lunes desde la Fiscalía. Entre Passau y Wittingen hay casi siete horas en coche, unos 670 kilómetros.

El popular diario Bild es, de entre los medios germanos, el que más datos ha ofrecido sobre los hechos, logrando, entre otras cosas, poner nombre a los muertos a flechazos en Passau. Ellas se llamaban Farina y Kerstin. Tenían 30 y 33 años, respectivamente. Él era Torsten, tenía cumplidos los 53 y estaba al frente de una tienda de productos relacionados con la Edad Media. 

Pensión en Passau (Baviera, Alemania), donde murieron tres de los cinco asesinados/suicidados.

El cuerpo sin vida de Torsten se encontró sobre la cama, cogido de la mano del cadáver de Kerstin. Al parecer, ambos mantenían una relación sentimental. Los dos recibieron un flechazo en el pecho, según el diario Bild, que ha contado cómo el cuerpo de Farina fue hallado en el suelo de la habitación, herida de muerte tras recibir un flechazo en el cuello. Más allá de los impactos de flechas, las víctimas no mostraban signos de violencia ni de lucha, según los investigadores. “Todo indica que la mujer de 30 años disparó primero a los otros dos y luego a ella misma”, se lee en el Bild.

De acuerdo con el diario bávaro Merkur, las autoridades creen que podría tratarse de un “asesinato por encargo” en el que habría podido participar una cuarta persona. Sin embargo, también se habla de “suicidio” para explicar estas muertes. En la habitación donde murieron Torsten y Kerstin se encontraron dos testamentos, aunque aún hay dudas sobre la autoría de los escritos.

Menos detalles aún han trascendido sobre la identidad de las dos mujeres encontradas muertas en Wittingen. Una de ellas tenía 19 años y la otra 35 años, según daba cuenta en la tarde de este martes Merkur, que citaba fuentes de la Fiscalía. La cadena de radio-televisión regional NDR ha informado de que en el apartamento en el que fueron hallados estos dos cadáveres vivían la mujer de 35 años y Farina, la encontrada muerta en Passau. Ha trascendido que ambas mantenían una relación sentimental. 

En Wittingen, agentes de la policía que habían acudido en un primer momento a informar a la mujer de 35 años de la muerte de Farina, se vieron obligados a abrir la puerta del apartamento. Los agentes entraron allí después de observar que nadie respondía a la puerta y de escuchar a los vecinos afirmar que “hacía tiempo que no veían a nadie entrar o salir de ese apartamento”, según la NDR. Los cuerpos de la mujer de 35 años y de la joven que la acompañaba de tampoco presentaban signos de violencia. Estos fallecimientos podrían estar relacionados con las muertes en Passau, algo que no descartan las autoridades.

Los responsables policiales consideran estas cinco muertes un caso “excepcional”. Menos extraño resulta que al menos tres de estos cinco fallecidos, los tres muertos en Passau, murieran seguramente por culpa del disparo de dos y hasta de tres ballestas, pues una tercera fue encontrada el lunes por los investigadores. Estas armas, extremadamente peligrosas, se pueden adquirir en Alemania sin otra condición previa que tener la mayoría de edad y el dinero para pagarlas.

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