Daniel llevaba dos años sin ver a su hija de 10 años. Su madre Patricia la había apartado de su progenitor -incluso estaba desescolarizada- después de años de peleas y denuncias falsas: llegó incluso a denunciar al padre por haber abusado sexualmente de su hija. La denuncia fue archivada. Desde 2017 sin saber nada de la niña hasta que este sábado la Policía Nacional la liberó del secuestro al que estaba siendo sometida en un pequeño pueblo madrileño. 

Un caso cuyo parecido con el conocido hace un mes y medio -cuando una asesora de Podemos fue arrestada por secuestrar a su propio hijo- no es casual: ambas madres -María Sevilla (detenida en abril) y Patricia González (detenida este sábado)- se conocían y la primera ayudó y aconsejó a la segunda sobre cómo trazar el plan para alejar a la niña de su padre. Ambas llegaron a estar en el Senado -gracias al partido de Pablo Iglesias- para mostrar el trabajo de la Asociación Infancia Libre. 

El vínculo de ambos casos no termina en Podemos. La niña encontrada por los agentes este sábado estaba en condiciones similares al niño liberado el pasado 2 de abril. Apartada de la sociedad, en una pequeña casa a las afueras de La Cabrera, una pequeña localidad de la Sierra Norte de Madrid. Lejos de cualquiera que pudiese buscarla, incluso su propio padre. Allí estaba en buen estado físico aunque aturdida y con opiniones contrarias al padre, según ha adelantado El Mundo. “Desde 2017 no sé si mi hija está viva o muerta”, llegó a denunciar el padre de la menor.

Pero hay más similitudes en ambos casos. La presidenta de Infancia Libre, María Sevilla, y la madre detenida se habían presentado como madres de un sistema que no funciona y denunciaron -falsamente- a sus ex parejas por abusar sexualmente de sus hijos. Además, la abogada que puso las denuncias -de la que no ha trascendido identidad- es la misma y está vinculada a la asociación próxima a Podemos. Muchísimas coincidencias.

Parece que el calvario de Daniel puede llegar a su fin con la madre ya detenida y su hija consigo. Un proceso judicial larguísimo que comenzó hace años -peleas y disputas mediante- por el régimen de visitas. Esto derivó en una denuncia por abusos sexuales. Luego llegaron otras. Y todas fueron archivadas por falta de pruebas y porque ningún informe psicológico dio credibilidad a esas querellas. Estas denuncias eran la excusa de la madre para incumple el régimen de visitas. Como también hizo María Sevilla. Ambas madres llegaron incluso a conceder entrevistas a eldiario.es para denunciar los fallos del sistema. Un sistema que, según sus palabras, “permite a padres acusados de abusos seguir viendo a sus hijos”. 

Cuando Patricia González comprobó que esa vía no funcionaba se dio a la fuga. Y eso fue en 2017, hace dos años. Abandonó su domicilio habitual, sacó a la niña del colegio y pidió una excedencia en el trabajo. Daniel pensó que la tierra se las había trabado: a su ex mujer y a su hija. En La Cabrera hacían vida normal junto a la actual pareja de la madre. Hasta que este sábado los agentes llamaron a su puerta para liberar a la niña del secuestro que sufría. La menor ya está con su padre, quien en declaraciones a El Mundo -diario en el que es periodista- se muestra “tranquilo y feliz”. “Ahora solo quiero que estemos tranquilos y que todo vuelva a la normalidad”.