Murcia

Sumaban una década de convivencia, tenían dos retoños y sus trabajos les permitían disfrutar de un piso de alquiler en la cotizada Urbanización Keymar de San Pedro del Pinatar, dotada de piscina cubierta, gimnasio, sauna, zona de juegos infantil, garaje y a escasos metros del colegio público Las Esperanzas. Sin embargo, la buena relación que Sofía y Esteban proyectaban entre el vecindario desde que hace tres años se instalaron en este residencial, se truncó a las 13.58 horas de este jueves. Ella, de 28 años, le arrebató la vida de una puñalada con un cuchillo jamonero a su pareja, de 32 años. Después de hacerlo le envió un SMS a una de sus mejores amigas. "Me escribió diciéndome que viniera a verla a su piso", tal y como relataba esta amiga íntima de la supuesta autora del homicidio, mientras muestra su teléfono móvil a EL ESPAÑOL. “Cuando llegué ya estaban aquí los médicos y la Guardia Civil y no me han dejado pasar”.

Sofía Elisabeth no aguantó a la llegada de su amiga: se derrumbó y acabó llamando al Teléfono Único de Emergencias 112 para informar de que había agredido con un arma blanca al padre de sus hijos, en el transcurso de una discusión en la que Esteban Patricio Ortega supuestamente intentó pegarle. Esta pareja de ecuatorianos se había distanciado en los últimos tiempos, como comenta a este diario un amigo de la pareja.

“Llevaban 10 años casados, lo último que sabíamos es que Esteban se marchó a Madrid por trabajo y ahora había regresado”, detallaba a este diario. Este aparente distanciamiento se produjo después de que el 6 de julio de 2018, Sofía denunciase a Esteban ante la Guardia Civil por un supuesto episodio de violencia de género. Fuentes de la investigación confirman que este lance se resolvió en un juicio rápido en el que el juez no decretó una orden de alejamiento del cabeza de familia.

Después de este juicio dejaron de convivir. Esteban se acabó marchando a la capital de España. En su historial figura haber sido reponedor y cajero en un supermercado próximo al Centro Comercial Dos Mares de San Pedro, empleado en una cárnica de Dolores de Pacheco… Sofía se quedó en el piso que habían alquilado en el residencial de la localidad de la costa murciana, alternando el cuidado de los hijos de la pareja, de 4 años y 8 años, con el trabajo en un vivero. Ahora la Policía Judicial y la Guardia Civil tratan de esclarecer qué desencadenó la fatídica discusión entre la pareja. “Los motivos solo los sabe ella”, zanja la amiga íntima de Sofía Elisabeth, acompañada de otras dos empleadas del vivero.

La víctima con sus hijos

A las 17.16 horas de este jueves, el silencio sepulcral que reinaba en la Urbanización Keymar se rompía por las lágrimas de este grupo de ecuatorianos amigos de la pareja, rotos de dolor al ver cómo el personal del Instituto Anatómico Forense sacaba por la puerta de acceso al bloque el cuerpo sin vida de Esteban. “¡Dios!”, clamaban. Fuentes de la investigación confirman a EL ESPAÑOL que cuando llegaron al inmueble los agentes de la Benemérita, se encontraron a Esteban tirado en el suelo de la cocina y ya había entrado en parada cardiorrespiratoria como consecuencia de la abundante sangre que había perdido de una puñalada en el cuello.

“La mujer manifestó que habían discutido, él le dijo que quería marcharse de la vivienda y en ese momento ella ha cogido un cuchillo jamonero de la cocina y amenazó con cortarse las venas si el varón se marchaba”, según detallaron las mencionadas fuentes. Tras la presunta amenaza de suicido de Sofía, “siguieron discutiendo y ella, en un forcejeo, le dio un pinchazo con el cuchillo”. De nada sirvieron los esfuerzos del personal sanitario: la herida en el cuello fue mortal de necesidad. Cuando se produjo el homicidio, los dos hijos de la pareja estaban en el colegio. Sofía mensajeó a su amiga para que fuera al piso, pero en el inmueble se personó la madre de Esteban y la supuesta autora del ataque llamó al Teléfono Único de Emergencias. Personal sanitario aseguró que “cuando la mujer llamó al 112 estaba histérica, no fue consciente de que había matado a su marido hasta que los médicos se lo confirmaron”.

“Él estaba muy enamorado”

La madre de Esteban, junto a otros dos familiares del fallecido, se ocuparon de meter unas pertenencias de los pequeños en un par de macutos después de que la Benemérita se llevase detenida a Sofía Elisabeth, ecuatoriana de 28 años. “No queremos hacer declaraciones”, advirtieron al periodista mientras salían del piso, de cuya entrada al salón colgaba un crucifijo. Ni un solo residente de la Urbanización Keymar escuchó jamás una palabra más alta que otra entre el matrimonio.

Desde la presidenta de la comunidad de vecinos, Inmaculada, hasta el último residente, todos repetían como un mantra que “nunca discutían”, “siempre se les veía en el parque del residencial, con sus hijos”, y “eran muy amables”. Este jueves fue la primera y última vez que escucharon ruidos procedentes del piso situado en el segundo A, de la escalera 3. “Escuché cómo se rompió un bote de cristal en las escaleras y luego ella empezó a llamar por teléfono”, afirmaba incrédula María Dolores.

El cuerpo sin vida de Esteban es sacado del residencial para su traslado al Instituto Anatómico Forense de Cartagena.

Judit y Cristina, dos de las compañeras de trabajo de la víctima mortal durante seis meses en el supermercado próximo al Dos Mares en el que estuvo contratado entre noviembre de 2016 y abril de 2017, tampoco eran capaces de digerir lo sucedido. “Él era muy bromista y estaba muy enamorado de ella, siempre iban en familia”, rememoraban compungidas. La pareja sólo se separaba de sus hijos para tomar algo, de vez en cuando, en el Archi Music Bar. En el perfil personal de Facebook de Esteban sólo había lugar para fotos de Sofía Elisabeth, a la que él llamaba su “negrusca”, y de sus dos niños, entre otras escenas familiares y mensajes siempre en tono cariñoso.

La investigación abierta por la Benemérita tendrá que esclarecer si actuó en defensa propia para tratar de repeler una agresión del padre de sus dos hijos. De momento, la noche la pasó en el puesto de la Benemérita, detenida por un supuesto homicidio en el ámbito de un caso de violencia doméstica. La concejal de Seguridad Ciudadana de San Pedro del Pinatar, Ángela Gaona, confirmó que los pequeños se han quedado bajo la tutela de la abuela: “Al final, aquí, los más perjudicados son los niños”.