Una persona murió y seis han resultado heridas de gravedad, quince de carácter menos grave y 37 leves resultaron afectadas en el choque de dos trenes entre las localidades de Sant Vicenç de Castellet y Manresa (Barcelona) en torno a las 18:15 horas. La fallecida es la maquinista de uno de ellos, de apenas 26 años. 

De nuevo, en la línea R-4 de Rodalies, que se cobró otra vida en noviembre de 2018, cuando un convoy descarriló al impactar contra rocas que se habían desprendido y caído a las vías.

El suceso de este viernes tuvo lugar más concretamente en el baixador o apeadero de Castellgalí. Viajaban un total de 300 pasajeros. Fue uno de ellos el que avisó de lo ocurrido, momento en el que Protección Civil activó el plan de emergencias Ferrocat. 

Entre las medidas que se tomaron con mayor premura, el corte de la carretera C-55 entre Sant Vicenç de Castellet y Manresa en ambos sentidos para que el dispositivo sanitario y de rescate pudiera trabajar con rapidez, desviando el tráfico a otra carretera, la C-16, lo que provocó retenciones.

Bomberos trabajando en el lugar del accidente ferroviario. Bombers

"Un problema de señalización"

El conseller de Territorio de la Generalitat, Damià Calvet, se apresuró a manifestar como posibles causas un problema de señalización "en el automatismo que debería impedir que un tren circule en contravía" y otro de sistemas manuales. Renfe ha abierto una investigación.

El presidente del Govern, Quim Torra, y su responsable de Interior, Miquel Buch, se desplazaron al lugar del accidente nada más tener noticia. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tuiteó para asegurar que seguía "muy de cerca" las novedades y para expresar su "cariño y apoyo" a las familias de las víctimas. 

La inversión en las cercanías en Cataluña es la eterna pelea de los distintos ejecutivos que han pasado por el Palau de la Generalitat. El de Torra no es excepción: reclama 5.000 millones de euros para la renovación de las infraestructuras y la construcción de nudos ferroviarios pendientes.

Tras la crisis, el en 2017 ministro de Fomento, Iñigo de la Serna, anunció un plan para inyectar para ese fin 4.400 millones. Su gobierno cayó con la moción de censura pero su sustituto en el cargo, José Luis Ábalos, lejos de rebajar la apuesta, la ha redoblado, aunque esos fondos dependen de la aprobación de los Presupuestos que los independentistas, al menos en este momento, no están dispuestos a avalar.