12 de Mayo de 2014. Isabel Carrasco (59 años), presidenta de la Diputación de León y líder del PP provincial, muere abatida a tiros en plena calle en León, cuando se dirigía a su casa para cambiarse de ropa y asistir al mitín que esa tarde presidía el presidente Mariano Rajoy en Valladolid para las elecciones europeas. Tres mujeres son detenidas y condenadas posteriormente en el juicio en 2016: Monserrat González, Triana Martínez, madre e hija, y la policía local Raquel Gago. El crimen se había resuelto en tiempo récord. Pero lo que parecía hasta ahora una historia de amor, odio y venganza por el supuesto acoso laboral al que Carrasco había sometido a Martínez, ahora adquiere una nueva dimensión por obra y gracia de un director de cine. ¿Se trataría de un crimen con trasfondo político? Dos nuevos actores entran en escena.

Las 247 llamadas que la condenada Triana Martínez, extrabajadora de la Diputación y ex mano derecha de la presidenta leonesa, intercambió entre el 1 de enero y el 12 de mayo de 2014, el día del asesinato, con Luis Estébanez, el asesor actual y en aquel entonces del presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, podrían dar un giro inesperado a toda la historia. He aquí los dos nuevos protagonistas.

El nombre de Estébanez nunca apareció durante la investigación en el juicio del asesinato a Isabel Carrasco. Pero su número de teléfono sí que estaba en el registro de llamadas que había en el móvil de Triana durante esos primeros cuatro meses de 2014, y que formaba parte del sumario del caso. Sin embargo, los investigadores nunca se molestaron en identificar el número de teléfono del asesor del presidente Herrera. Todas las personas que tomaron parte en el juicio: policías, el fiscal, los abogados…ni siquiera el jurado que considero culpables a González, Martínez y Gago. Nadie tuvo acceso a esas llamadas. ¿Por qué nadie se molestó en identificarlas?

Raquel Gago, Triana Martínez y Monserrat González, durante el juicio

Sí que se investigaron, en cambio, las llamadas que había hecho a su madre, Monserrat González, o a Raquel Gago aquel 12 de mayo para, seguramente, organizar el crimen.  Pero, ¿y los posiblemente cientos de minutos que había intercambiado con el asesor Luis Estébanez cuatros meses antes? ¿Por qué nunca se investigaron? Tal vez podrían intercambiar en ellas opiniones acerca de otros temas o tal vez no. Estébanez llegó a contactar incluso desde el Gabinete de Presidencia con Triana Martínez.

Todo apunta a que tenían una relación de confianza. Toda esta no investigación de las llamadas fue revelada en 'Muerte en León' (2017), una serie de no ficción sobre la muerte de Isabel Carrasco, dirigida por el británico Justin Webster, que HBO relanzó el pasado 1 de enero, y que ya prepara su segunda parte, en la que las sospechas se ciernen todavía más sobre el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrero y su asesor y mano derecha, Luis Estébanez, y en la que ambos cobrarán más protagonismo, según dejar entrever a este diario, el director britático Webster. En esta nueva secuela, Webster también entrevistará a la jueza zamorana que instruyó el crimen de Isabel Carrasco, Sonia González.

¿Había algún interés político detrás de la muerte de Isabel Carrasco, la mujer con más poder de León, o se trata de una negligencia policial? ¿Se cerró en falso este caso? Invita a preguntar Webster al espectador al final de ‘Muerte en León’, dividida en cuatro capítulos. Pero, ¿cómo han llegado a dar con ese interrogante? 

El proceso de investigación del Webster comenzó cinco meses después del asesinato. En octubre de 2014, llegó al sumario del caso un CD con las llamadas de Triana, pero únicamente para investigar la geolocalización del terminal y, en todo caso, todas las conversaciones que la condenada tenía excepto unas, que ya imaginarán. Pero, Justin Webster dio con el CD y, por casualidad, Triana pidió su agenda personal en la cárcel, que también se incluyó en el sumario. Bastó con que el director británico hiciese un cruce de datos para identificar el número de Luis Estébanez, que estaba en la agenda, con el registro de llamadas de Triana en el sumario.  A partir de ahí, comenzó el análisis y el descubrimiento del que podría ser un crimen político. 

En la serie de HBO, el nombre de Luis Estébanez, el asesor del presidente de Castilla y León, no aparece por ninguna parte, pero sí se le puede identificar. La intención de Justin Webster era sobre todo enfocar la atención del lector en los motivos de la no investigación de las llamadas que compartían Martínez y Estébanez. Así lo explica el director británico, afincado en Barcelona, en conversación con EL ESPAÑOL: "No queríamos acusar directamente a este hombre para no sacar conclusiones rápidas como que pueda ser el asesino. No tiene por qué, pero sí sabemos que la Policía no le investigó por razones completamente inexplicables". 

El asesor del presidente Herrera, con quien comparte una amistad desde hace años, al que acompaña a todas partes y del que es asesor desde que llegase a la presidencia de la Junta de Castilla y León en marzo de 2001, nunca se ha pronunciado al respecto de su posible o no vinculación con el asesinato de Isabel Carrasco. "Le pedimos que nos diera entrevistas on y off the record, pero nunca quiso hablar". cuenta Webster. Solo les dijo que hablaba normalmente con Triana "porque le ayudaba a buscar trabajo", pero en ningún caso que tenía una relación cercana. Quién lo diría.

Este diario también ha intentado ponerse en contacto por teléfono con Estébanez, pero se ha negado en rotundo a responder y ha indicado amablemente que si se tiene alguna duda, "la resuelve su abogado". Desde el departamento de prensa de Presidencia de la Junta de Castilla y León la respuesta no ha diferido en nada con la anterior. “No vamos a hacer ningún tipo de declaración o valoración al respecto”, han sido las palabras que el departamento de comunicación de Herrera ha trasladado a este periódico.

El equipo de Webster también se puso en contacto con todas las partes que participaron en la instrucción del caso: policías, el fiscal, abogados de la defensa... pero no recibieron otra cosa que evasivas por su parte cuando les preguntó por qué no se habían investigado las llamadas entre Estébanez y Triana Martinez. La sorpresa sí que fue, en cambio, para la abogada de Isabel Carrasco, Beatriz Llamas: "Se llevó una sorpresa absoluta, pero no fue a más porque decía que era ir contra un muro", señala a este diario Justin Webster. 

Carlos Castresana, exfiscal Anticorrupción, razona en una de las últimas escenas de 'Muerte en León' que el asesor del presidente Herrera "tiene que ser investigado". "Ha podido no verse y ha podido verse y ocultarse. Estas son las dos hipótesis y las dos son graves. ¿Cómo es posible que alguien que trabaja en la Presidencia de Castilla y León haya estado hablando todos los días con la asesina y nadie se haya preocupado en averiguar quién es ese señor, de qué hablaban entre ellos, incluso el mismo día del crimen, y qué relación podían tener? Ese dato el jurado tenía que saberlo", critica Castreana.

Tres hipótesis

Isabel Carrasco en una imagen del 'Muerte en León'

Lo que está claro, según cuenta el director británico a este periódico, es que el hecho de que no se hayan investigado estas conversaciones es algo profundamente extraño y que podría oler bastante mal. Las hipótesis que maneja este director son tres. La primera de ellas es que podríamos creernos la versión de que Luis Estébanez hablaba tanto con Triana Martínez solo porque ella buscaba trabajo, después de quedarse fuera de la política y de la cadena de favores que giraba en torno a la presidenta leonesa Isabel Carrasco,y él se compadecía de ella

La segunda: el asesor presidencial prometía ayudarla en todo, entiéndase lo que es todo. Eso le daba cierta confianza. Triana vio que tenía apoyo y posiblemente, sin querer, eso le influyó y se vio alimentada por el entorno para perpetrar el asesinato con la colaboración de su madre -que ejecutó los disparos- y de la policía local Raquel Gago, que escondió y entrego al poco el arma del crimen. 

Y la última: Luis Estébanez utilizaba a Triana como fuente de información sobre Isabel Carrasco. ¿Para quién era esa información? Tal vez para estar informado simplemente, para comentarlo con los amigos o para trasladarla a su presidente Herrera, a la cúpula y, en definitiva, a  los que odiaban en el partido a Isabel Carrasco, que eran prácticamente todos. La relación de los populares de la región con la presidenta de la Diputación no era buena, de hecho es complicado que alguien hable bien de ella en privado. De ahí que 'Muerte en León' de un paso más y se meta también en el mundo de intereses, corrupción, envidia y lucha por la conquista del poder de la comunidad autónoma de Castilla y León. 

"¿El asesor del presidente fue una cabeza de turco?", pregunta este diario al director británico. A lo que responde: "Obviamente, la serie habla del asesinato, de las llamadas del asesor, pero también del trasfondo, de la lucha por el poder en la comunidad autónoma. Ese es el contexto principal". 

Ahora toca resolver el interrogante que cierra este primer capítulo. ¿La no investigación se trata de una negligencia policial o de una ocultación de pruebas motivada por el entorno político?  Lo que sí sabemos, por el momento, es que esa respuesta quedará zanjada por completo en la segunda parte, en forma de película documental, que está rodando Webster bajo el nombre 'Después de una muerte en León'. Para ello, la película contará con la entrevista a la jueza zamorana que instruyó el crimen de Isabel Carrasco, Sonia González, ampliará las investigaciones de la serie de HBO y tendrá dos personajes que cobrarán aún más importancia que en la primera parte: el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, y su asesor y amigo, Luis Estébanez.