Cuando César Román tenía 18 años, la Falange lo infiltraba en manifestaciones de CCOO para reventarlas desde dentro. Con 22 se apuntó a primero de BUP, donde compartía clase con niños de 14 años. Allí se proclamó líder de una supuesta organización estudiantil que amenazaba con una huelga general que paralizaría España, aunque lo único que consiguió fue que lo echaran del instituto por no asistir. Lo intentó con la política y lo expulsaron de los 4 partidos en los que estuvo, incluidos uno neonazi catalán, el CDS y otro que él mismo fundó. También abrió un extraño medio de comunicación donde dejó deudas a todos los trabajadores. En 2016 lo intentó con la hostelería. Abrió cinco sidrerías llamadas “El Rey del Cachopo” en Madrid. En julio se encontró el cadáver calcinado de una mujer en uno de sus locales. Desde entonces no hay noticias de César Román Viruete. ¿Está muerto o fugado?

“Es un mentiroso compulsivo. Un encantador de serpientes. Un fantasma. Una persona que lleva desde joven engañando para su propio beneficio”, cuentan a EL ESPAÑOL fuentes que lo han tratado en el ámbito personal. César Román Viruete, el hostelero que prometió levantar un imperio con la comida asturiana y que llegó a criticar públicamente a Ferràn Adrià, es un personaje que ha generado controversia allá por donde ha pasado. Envuelto en mil polémicas, denuncias de todo tipo (incluso por malos tratos), falsificaciones y muchas, muchas deudas, el conocido como “Rey del Cachopo” ha desaparecido sin dejar rastro, tal y como apunta El Cierre Digital.

Román está oficialmente desaparecido desde el pasado 30 de julio. 13 días más tarde, la Policía Nacional descubrió, en una nave de Usera, el torso ardiendo, sin cabeza ni extremidades, de una mujer hondureña. La investigación concluyó que la persona que había alquilado aquel inmueble era César Román. Allí planeaba instalar un almacén de procesado de cachopos, que es un plato asturiano consistente en un filete de ternera con jamón y queso y rebozado. Se sigue investigando la vinculación de este estrambótico empresario con aquel crimen. De César no hay noticias.

No es real ni su lugar de nacimiento

Para resumir la atribulada vida de César Román Viruete (Madrid o País Vasco, 1973) serían necesarios varios fascículos. Para empezar, ni siquiera está claro que naciese donde dijo nacer: en Getaria (Vizcaya). Apuntan varias fuentes que su lugar de nacimiento real fue Madrid, la misma ciudad en la que se crió.

César Román es un tipo particular por definición. Para empezar, físicamente llama la atención… por bajito. Mide 1,52. Siempre va vestido de forma impoluta, aunque sus excompañeros del partido CDS recuerdan que cuando lo conocieron parecía un indigente.

Ultraderecha y fama, sus obsesiones

Hay dos constantes en la vida de César Román: la primera es su relación con la extrema derecha. La segunda es su ansia de popularidad. La primera se pone de manifiesto desde la dirección de su antiguo correo electrónico: elsoldecara@..., aunque él siempre se justificaba diciendo que se debe a una anécdota que le sucedió en Málaga. También se sabe que estuvo afiliado a Falange. Fue su primer contacto con la política y su misión era infiltrarse en manifestaciones sindicalistas en Madrid y reventarlas. El 1 de Diciembre de 1995 estuvo en una manifestación estudiantil contra la Ley Pertierra. Realizó declaraciones en la protesta, y afirmó a la prensa que llevaba 25 días en huelga de hambre. Algo poco creíble, porque según los estudios médicos ya estaría en fase de no poder moverse e incluso ni de poder hablar.

Después fue el responsable en Madrid de Plataforma per Catalunya (PxC), el partido de ultraderecha fundado por Josep Anglada. También emprendió proyectos con los ultraderechistas Sáez de Ynestrillas y Miguel Menéndez Piñar.

Con Josep Anglada, el fundador del partido ultraderechista PxC

Lo de su ansia de popularidad también se conoció pronto. Concretamente desde su etapa estudiantil, absolutamente surrealista. Se apuntó a primero de BUP cuando ya tenía 22 años y asistía al Instituto Cervantes de Madrid con niños de 14 años, a los que intentaba soliviantar para convocar una huelga. Lo hacía desde un pseudisindicato estudiantil del que se proclamó presidente. Fue ese también su primer contacto con la prensa, ya que en 1996 el diario ABC le dedicó un artículo explicando que el Instituto había expulsado a aquel díscolo y particular estudiante por no asistir a clase.

4 partidos, 4 expulsiones

Lo intentó también con la política, aunque sin resultados fructíferos. De la Falange lo echaron en 1996 por falsificar su título de FP de Administrativo. Entró después en contacto con Josep Anglada, fundador del partido de ultraderecha Plataforma x Catalunya. Él se convirtió en el responsable de la sucursal en la capital Plataforma x Madrid, aunque lo que realmente quería era convertirse en el Secretario General del partido en toda España. Por estas ansias de poder también fue expulsado del partido.

César Román también pasó por el CDS

Probó suerte después con el extinto CDS en Alcorcón. De ese partido también lo echaron en 2011 por haber coaccionado al presidente y por haber protagonizado altercados contra la Policía en la sede de la formación. Ese mismo año fundó su propio partido llamado El Centro. Contra todo pronóstico, también lo expulsaron del mismo por conspiración. “Por sus propias inseguridades, cuando encontraba en su vida alguien con más talento o aptitudes que él, intentaba eliminarlo”, cuentan a EL ESPAÑOL desde su entorno.

Un generador de ‘fake news’

Durante toda su etapa política fue conocido por difundir falsas noticias o enviar notas de prensa por su cuenta en nombre de sus organizaciones. También por haber difundido un rumor sobre Álvarez Cascos que fue publicado por los principales periódicos de este país. El Mundo, ABC y El Confidencial publicaron que Álvarez Cascos estaba sopesando la posibilidad de entrar en el CDS, algo que el político asturiano desmintió de forma categórica. El responsable de estas “fake news” era siempre César, desde las cuentas de los partidos a los que estaba afiliado.

No sólo se inventaba noticias. También actos contra el terrorismo. En 2011, estando en el partido El Centro, anunció una manifestación homenaje a las víctimas del terrorismo en San Sebastián. Anunciaba la presencia de personajes como María San Gil o Santi Abascal, personas a las que no conocía y que jamás fueron contactadas por él. La manifestación nunca se celebró, pero la convocatoria, con el logo del partido, sí que fue publicada en varios medios.

Denuncias por impagos y organizaciones falsas

Su vertiente empresarial también ha generado más problemas que riquezas. Infló su currículum hasta límites insospechados, atribuyéndose estudios no cursados y la presidencia de entidades inventadas. A saber: diplomado en Relaciones Laborales por la Complutense. Director del Centro de Relaciones Comerciales Hispano Rusas. Secretario de la Asociación de Empresarios de Teatinos. Vicepresidente de la Asociación de Pymes de Madrid y directivo de la Asociación Malagueña de Escoliosis. Ninguna de estas entidades existe (o no tienen actividad) y César no tiene ninguna diplomatura. También decía haber sido directivo de una famosa multinacional con 3.000 personas a cargo, que le proporcionó incluso guardaespaldas. Un dato que tampoco se ha podido demostrar.

César (el más bajito) fundó un partido llamado El Centro del que fue expulsado

Lo que sí que existen son muchas denuncias contra él, principalmente por impagos. Le pasó cuando fue director de RRHH en Ambulancias Europa, le pasó con el restaurante O Lar de Gumter, le pasó con el Círculo Empresarial Madrileño y le pasó en la Asociación de Comerciantes Los Corazones Tiro Pichón. Todas estas sociedades fueron gestionadas por él y en todas acabó condenado por impagos.

Un periódico de becarios a los que nunca pagó

Las denuncias que más trascendieron fueron las de los colaboradores de Diario El Aguijón. Un medio de comunicación fundado por él que inicialmente fue un blog, que pasó a ser una web gestionada por estudiantes de periodismo a los que engañó y que copiaba noticias de otros medios sin citar. Los chicos llegaron a César Román porque él montó una especie de universidad de verano de periodismo. Trabajaron dos meses gratis para él antes de darse cuenta de que les había estafado dándoles cheques sin fondos.

Extracto con foto que César publicó en sus redes de la supuesta entrevista que le hizo Onda Cero

Los medios de comunicación son otra de sus obsesiones. Además de montar su propio periódico, aseguraba haber trabajado como periodista para Diario 16, Cambio 16 y el Diario Ya, sin que ninguna de estas vinculaciones sean ciertas. También se inventaba entrevistas que presuntamente le habrían hecho grandes medios. Sucedió una vez que publicó en sus redes un extracto de y una foto de una supuesta entrevista que habría concedido a Onda Cero. La entrevista real no está por ningún lado, en la base de datos de Onda Cero no existe y la foto fue sacada de un acto convocado por el CDS, su antiguo partido. Allí salía hablando delante de un micrófono de Onda Cero. Aprovechó esa foto, la editó y la publicó como parte de ese supuesta entrevista con la emisora de radio (que en realidad nunca tuvo lugar).

La foto de la entrevista que nunca existió fue tomada en la presentación del CDS. César aprovechó la presencia de un micro de Onda Cero

Y llegó el cachopo

En vistas de que todas sus experiencias en política y en diferentes áreas empresariales fracasaron, lo intentó con la hostelería. En 2016 abrió una sidrería en Embajadores (Madrid) llamada “El Rey del Cachopo” con su ahora exmujer Nati. Se especializó en este plato asturiano. En estos dos últimos años ha abierto 5 sidrerías con ese nombre, al auspicio de una empresa fundada por él llamada A Cañada Delic Experience.

Precisamente en 2016 se divorció de su mujer y se repartieron los restaurantes. Y mientras ella salía en el programa ‘Pesadilla en la cocina’ de Chicote para que le ayudasen a enderezar la trayectoria del local, César inició una operación para poner el suyo en órbita. Sabedor de la importancia de su presencia en los medios de comunicación, se inventó un concurso mundial de cachopos que obviamente ganó él mismo. También intentó comprar otro certamen que sí que es oficial para que su cachopo fuese considerado el mejor.

Cartel de desaparición de Cësar

César Román llevaba a su restaurante a personajes de renombre. A políticos, a periodistas… se hacía fotos con ellos y las colgaba de las paredes. También presentaba proyectos faraónicos para obtener créditos de grandes bancos. Pero durante todo este tiempo, lo que realmente ha hecho ha sido dejar un reguero de deudas, de impagos y de acreedores que ahora van detrás de él.

El 30 de julio se le pierde la pista

El 30 de julio de 2018 se le pierde la pista. Sus restaurantes cierran, los trabajadores se quedan en la calle y el emporio se desploma. César está en paradero desconocido, su teléfono fuera de servicio y su familia le busca. César Román tiene una hija con Nati, de 6 años, que es su pasión. Pase lo que pase, él está siempre en contacto con la niña. Pero tras su desaparición no ha vuelto a verla ni a hablar con ella. De ahí la principal preocupación de la familia.

El 13 de agosto tiene lugar un suceso extraño en una nave de Usera. Unos vecinos llaman a la policía porque hay un incendio declarado en el interior de una nave. Cuando las autoridades llegan, comprueban que no se trata de un suceso fortuito, sino de un macabro hallazgo: en el fuego hay ardiendo una maleta y el torso de una mujer, sin cabeza ni extremidades. La investigación concluye que el almacén estaba alquilado por César Román. ÉL había asegurado previamente que quería montar allí un megarestaurante llamado “El Palacio del Cachopo”, aunque EL ESPAÑOL ha podido saber que lo que realmente quería levantar allí era una planta de procesado de alimentos.

Actividad en su teléfono móvil

César sigue en paradero desconocido. Su conocida costumbre de no pagar, sus habituales líos empresariales y la vinculación del crimen de Usera con uno de sus locales llevó a su entorno más próximo a ponerse en lo peor. Lo daban por muerto. Tal vez un ajuste de cuentas. Tal vez, tras toda una vida engañando, topó con alguien que no le toleró más engaños. Sin embargo, EL ESPAÑOL ha podido averiguar que en los últimos días ha vuelto a registrar actividad en su teléfono móvil y que ha podido ponerse en contacto con algunos de sus antiguos socios. Aunque muchos lo creían muerto, lo cierto es que el caso del estrambótico César Román, el Rey del Cachopo, todavía tiene muchas páginas por escribir.