Corrían pocos minutos de las 16 horas cuando María (nombre ficticio) notó que algo no iba como debería. Ella, una trabajadora del Ayuntamiento de Guadix (Granada) —un municipio de algo menos de 20.000 habitantes a cuarenta minutos de la capital—, era la encargada de velar por el correcto discurrir de los conciertos de la feria de la localidad. Pero, de repente, todo cambió.

Lo que se suponía que sería un certamen de jóvenes raperos de la zona derivó en una situación de acoso machista a la funcionaria. Así lo indica la concejala de Festejos de Guadix, la socialista Beatriz Postigo, en conversación con EL ESPAÑOL. Porque María comenzó a recibir una avalancha de llamadas a su teléfono personal lanzándole improperios fuera de lugar. “Fueron entre 40 y 50 llamadas perdidas en un lapso de 15 o 30 minutos. Le dejaron el teléfono inutilizado: entraban una llamada detrás de otra”, afirma la responsable municipal.

‘Vente, que estás muy buena’, ‘Ven que quiero quedar contigo’, ‘Tenemos farlopa’ eran algunos de los mensajes que no paraba de recibir desde distintos números, algunos públicos y otros privados”, precisa la concejala socialista.

Cancelaron el concierto

El consistorio accitano rápidamente tomó una decisión nada más conocer lo que estaba sucediendo. Cancelaron la actuación. Por unas fiestas ¡de buen rollo! era el lema de la campaña contra agresiones sexistas que se había puesto en marcha durante la feria en el municipio granadino por primera vez y no iban a consentir que, en los primeros compases del festejo, se tolerara ningún comportamiento machista. Quieren cundir con el ejemplo.

Todo había comenzado como una “broma entre chiquillos”, como desliza Postigo, pero se les acabó yendo de las manos. Entienden que el móvil de la técnica se publicó en distintos grupos y redes, puesto que María continuaba recibiendo llamadas este martes.

El Ayuntamiento no tiene dudas sobre lo sucedido, puesto que el organizador del evento, un joven de Guadix que rodea la mayoría de edad, era el único poseedor del número de teléfono de la funcionaria, quien, a su vez, hacía de enlace con la Concejalía de Cultura y Festejos. Según la concejala, las llamadas comenzaron antes de la hora prevista para el arranque del concierto, cuando el rapero le reclamaba unos vales de consumición para los participantes a cambio de su actuación, tal y como habían estipulado.

Un pueblo con cantera en el rap

Guadix es un pueblo con tradición rapera: no son pocos los chavales que se lanzan a rimar desde bien jóvenes y se suelen organizar eventos similares. Por eso no extrañó que propusieran una actuación en el marco de la feria del municipio. El concierto se gestó, de acuerdo con el Ayuntamiento, “hará unos quince días”, relata Postigo.

De momento, no se ha formulado ninguna denuncia formal. El Ayuntamiento de Guadix ha emitido un comunicado para reprobar las “actitudes machistas” de los jóvenes, al igual que el Centro Municipal de Información a la Mujer y el Consejo Municipal de la Mujer de la localidad. “La prioridad era salvaguardar la dignidad de la trabajadora”, afirma Postigo a este diario.

Sin embargo, entre ciertos granadinos ha quedado cierto regusto amargo. La madre de uno de los raperos participantes —menor de edad y natural de un municipio cercano, Baza—, que estaba presente en el momento de la cancelación del concierto, indica a este periódico que “han pagado justos por pecadores”, ya que ninguno de los 15 chicos que iban actuar “utilizaron ningún móvil, como comprobó la Policía cuando acudió a clausurar el concierto”.

“Mi indignación como madre es saber que yo estaba allí y que en ningún momento pasó eso. La Policía vino y puso a todos los raperos en fila y comprobó las llamadas. Debió haber sido un número que se había filtrado, pero no era nadie de los que estaban allí”, cree la progenitora.

María, de momento, ha decidido cambiarse de número de teléfono.