Lleva en sesión doble de rehabilitación desde el pasado 7 de abril cuando le operaron de la rodilla derecha en Madrid. Juan Carlos I tenía claro su único objetivo: volver a la competición en la Copa del Rey de Vela tras nueve años de ausencia y con 80 años.

Parecía que esta vez ni su maltrecha rodilla iba a impedírselo, hasta que apareció una piedra en el camino: la publicación de las cintas de Corinna desveladas por EL ESPAÑOL el 11 de junio y en las que la examante del antiguo jefe del Estado afirma que la utilizaba como testaferro y que tendría cuentas ocultas en el extranjero. La intermediaria alemana también asegura que Juan Carlos I habría recibido dinero saudí por la construcción del AVE a la Meca y que el monarca habría desempeñado un papel fundamental en los movimientos del Instituto Nóos.

El Rey emérito quiere competir a toda costa en la Regata de la Copa del Rey Mapfre que se disputa desde este viernes hasta el próximo 4 de agosto en la bahía de Palma de Mallorca y en la que también participará Felipe VI a bordo de un barco nuevo. Pero desde que vieron la luz las cintas de la examante del Rey, en Zarzuela se ha discutido mucho sobre la conveniencia de que Juan Carlos participara en la competición. ¿La razón? En la Casa no quieren una fotografía padre-hijo, quieren que la imagen del Rey siga intacta el mayor tiempo posible. Si es que eso es posible.

Juan Carlos, abordo del 'Bribón' en septiembre de 2017. Efe

Hace menos de una semana, cuando ya había quedado claro que la noticia de las declaraciones de su examante perduraría en el tiempo y no iba a ser una borrasca pasajera de verano, sino que iba cogiendo todavía más fuerza, alguien le insinúo al padre del Rey que igual no era muy conveniente su participación en la competición deportiva, a lo que el emérito, cansado de la rehabilitación de ese día y con presión que lleva encima, estalló como una hidra. "Salió de su despacho con un cabreo de los gordos. Cuando el Jefe está enfadado se le nota solo en la mirada y llevaba esos ojos llenos de ira. Dejó claro, a todo el que se encontró por el camino, que él iba a competir en Palma de Mallorca y que si su hijo no quería que le vieran con él que no fuera", cuenta a EL ESPAÑOL una fuente de Zarzuela.

Pero esa no es la intención de Felipe VI. El Rey irá a navegar con su barco nuevo, y si coincide con su padre, no tendrá problemas. La idea de prohibirle a Juan Carlos participar en la Copa del Rey de Vela nunca ha pasado por la cabeza del actual monarca. Sabe la ilusión con la que su padre se ha preparado durante estos meses y que eso le iba a doler mucho.

La regata contará este verano con once categorías, y los Reyes competirán en clases distintas. Mientras Felipe lo hará en Club Swan 50, Juan Carlos participará en la clase invitada 6m.

El Rey emérito quiere ponerse al timón, como sea, del último ‘Bribón’, el número dieciséis de la saga, con el que ha estado navegando en aguas de Sanxenxo, Galicia, en cuanto su rodilla se lo ha permitido. El barco ha sufrido ciertos retoques para que Juan Carlos pueda estar cómodo a bordo.

El rey Juan Carlos I, en un coche el pasado fin de semana en Sanxenxo. Atlas

La última vez que el Rey emérito participó en la Copa del Rey del Vela fue hace nueve años, en agosto de 2009, ya que en las ediciones siguientes coincidieron con las convalecencias de distintas operaciones quirúrgicas. Por lo que este año era su vuelta más que esperada para el antiguo monarca.

Por su parte, Felipe VI competirá con un velero Swan 50 que los astilleros finlandeses Swan han cedido a la Armada española para que pueda estar presente en esta competición sin tener que asumir el coste de la compra de un barco. Este velero sustituirá al viejo Aifos y competirá con la misma tripulación de los últimos años, integrada por el almirante Jaime Rodríguez Toubes y miembros de la Armada, con los que a punto estuvo de ganar el título el año pasado.

Aunque las salidas de las categorías tendrán distinto horario, es tradición que en el Club Naútico coincidan todas las tripulaciones para disfrutar de un desayuno vip para todos antes de comenzar a navegar, donde se da un pequeño briefing sobre el estado del mar. Los Reyes tienen dos opciones: acudir juntos como si nada, incluso en el mismo coche saliendo desde el complejo de Marivent, o entrar por separado. El jefe de Comunicación de Zarzuela, Jordi Gutiérrez, y otros miembros destacados del equipo del Rey prefieren que no haya foto del padre y el hijo juntos. Sin embargo, Felipe VI, según han comentado a EL ESPAÑOL, no tendría problema en llegar al Club Náutico con su padre, si es necesario.