Luis Alfonso de Borbón, bisnieto del general Francisco Franco y heredero al trono francés, ha sacado a la luz sus pensamientos más ocultos. Se ha destapado como un ferviente seguidor del movimiento nacional católico propio de la dictadura de su bisabuelo. En su cuenta de Facebook publicó el 17 de julio que “la Historia castigará a quien profane este Templo grandioso”, en referencia al Valle de los Caídos, donde dos días antes había hecho acto de presencia en la protesta celebrada en contra del traslado de los restos de Franco.

El texto completo, escrito en español y en francés, no tiene desperdicio: “Esa inmensa Cruz representa la reconciliación de las dos Españas. Solo había una España. Solo había una España que progresaba alegre, orgullosa de su pasado y esperanzada en su futuro. Pero el rencor nos lleva otra vez a despertar rancios odios cainitas. La Historia castigará a quien profane este Templo grandioso, no por el tamaño de la Cruz, sino por el fraternal abrazo que representa, acogiendo bajo sus brazos a un solo pueblo reconciliado. No hay otro camino y nuestros padres lo sabían”.

Lejos de arrepentirse, parece testificar con su compartimiento y sus palabras su rechazo a la exhumación de Franco, así como su “permanente compromiso con la familia, el catolicismo, y los valores patrios de la España imperial de siempre”, afirman sus fieles seguidores. Para sus correligionarios, después de estos últimos acontecimientos, la figura de Luis Alfonso de Borbón ha cogido fuerza para alcanzar el derecho a ocupar el trono de España “si quedara vacante, o los Reyes actuales abdicaran, cuya legitimidad moral ya no reconocemos”.

Esta reciente actitud ha causado “sorpresa" y "extrañeza” para el entorno más cercano y moderado a Luis Alfonso de Borbón, que ya observaron con asombro que fuera la cara visible en la protesta organizada por la plataforma “Movimiento por España”. Luis Alfonso se convirtió en verdadero protagonista. Los gritos —“¡Eres nuestro rey, Don Alfonso!”— con que fue aclamado el Duque de Anjou a su salida, le han situado como referente activo del legado del general Franco y en defensa de la memoria de su familia.

La convocatoria se había movido en los días anteriores a través de las redes sociales y chats de Whatsapp entre grupos vinculados a la extrema derecha y a Falange. Pero apenas pudo reunir a unos 1.500 nostálgicos, que en ningún caso esperaban la presencia del hijo de Carmen Martínez Bordiú. Este hecho provocó una repercusión insospechada al acto, que fue incluso trending topic en Twitter el pasado domingo. Nadie puede imaginar qué pasó por la cabeza de Luis Alfonso ese día para ir a la misa por su bisabuelo junto a su mujer Margarita Vargas y sus hijos. Máxime si tenemos en cuenta el carácter introvertido y retraído del futuro duque de Franco, un título que heredará de su madre. Una persona que incluso ha tenido poca presencia en los actos de los legitimistas franceses a los que representa como heredero de la dinastía borbónica de Francia. A la salida de misa, Luis Alfonso declaró: “Hoy asistí junto a mi mujer y mis hijos a la misa de las 11:00 del Valle de los Caídos; nos encontramos con muchas familias y gente venida de toda España y del extranjero, para rezar por el futuro de España".

'Cara al sol' contra la exhumación de Franco del Valle de los Caídos

Pero detrás de estas palabras hay mucho más: la defensa del legado de su abuelo y convertirse en cabeza de la familia, como próximo Duque de Franco, un título que también ha puesto en cuestión el Gobierno de Pedro Sánchez y que su madre, Carmen Martínez Bordiú, transmitirá a su muerte o incluso antes. Con su presencia en el Valle de los Caídos se sitúa en una posición contraria al traslado de los restos de Franco, una postura compartida por casi todos los miembros de la familia.

Pero un movimiento táctico que no le ha apartado de sus negocios profesionales. De hecho, al día siguiente viajaba con destino a Venezuela por motivos laborales, ya que es vicepresidente internacional del Banco Occidental de Descuento, propiedad de su suegro, el multimillonario venezolano Víctor Vargas. Se trata del banquero consentido por el bolivarismo (primero con Hugo Chávez y ahora con Nicolás Maduro), a quién se llegó a retener hace menos de dos años para interrogarle por un supuesto caso de ciberataque. Y si Luis Alfonso gana peso en los negocios, también ha conseguido fuerza y poder dentro de la familia Franco y sus defensores.

Una vida dramática

Luis Alfonso de Borbón Martínez-Bordiú, duque de Anjou, nació en Madrid el 25 de abril de 1974. Sus padres, Alfonso de Borbón Dampierre y Carmen Martínez-Bordiú Franco, protagonizaron uno de los acontecimientos sociales más importantes de la época cuando contrajeron matrimonio el 8 de marzo de 1972 en el conocido Palacio de El Pardo, símbolo de esplendor de la dictadura franquista. Esta boda levantó ampollas y rumores por el incierto devenir de la monarquía en España y por las sospechas de que se trataba de una boda de intereses o de Estado. Formaban un matrimonio singular, por un lado, la nieta preferida del “Caudillo”, y por otro, el nieto de Alfonso XIII, duque de Cádiz, primo hermano del futuro rey Juan Carlos que, además, estaba vinculado a importantes organismos oficiales.

Carmen se casaba con sólo 21 años con un hombre que era catorce años mayor que ella. La boda se celebró ante la atenta mirada de mil invitados selectos. Dos años después del enlace matrimonial, y de nuevo entre ilustres invitados, se celebraba el bautizo de Luis Alfonso, el segundo hijo del matrimonio Borbón-Martínez Bordiú. 

El joven matrimonio se instaló inicialmente en Suecia. Sin embargo, la felicidad del hogar duró poco y el matrimonio se separó en 1979. Luis Alfonso tenía cinco años y su hermano Francisco, siete. Carmen, que ya sobresalía casi igual o más que Isabel Preysler en el papel couché, decidió abandonar Madrid y trasladarse a París para emprender una nueva vida junto al anticuario francés Jean-Marie Rosie, al que conoció durante un viaje a Bari (Italia). Su decisión de abandonar la capital de España y dejar a sus hijos al cuidado de padre movió los cimientos franquistas, que criticaron duramente su condición de madre.

Casi toda la infancia del bisnieto de Franco estuvo marcada por la ruptura matrimonial de sus padres. Dicen que la víspera antes de la partida a Francia de su madre, el niño comenzó a llorar en su habitación. "¿Luis, qué te pasa?", le preguntó ella; a lo que él contestó: "Me duele la tripa". Ya entonces ocultaba sus penas. “Esa separación le hizo sufrir mucho", llegó a contar Carmen a una revista del corazón. Muy pronto comenzaron los primeros incidentes familiares. Uno de los más sonados ocurrió durante su primera comunión. Su madre, Carmen Martínez-Bordiú, apareció en el domicilio de su exmarido, donde se celebraba la ceremonia, para estar con sus hijos en un día tan señalado. Sin embargo, el cardenal primado de España que oficiaba la ceremonia, don Marcelo González Martín, le negó la comunión. 

Luis Alfonso de Borbón con su esposa, Margarita Vargas, y su madre, Carmen Martínez Bordiú. Gtres

Muy pronto, a la separación de sus padres, se sumaron una serie de desgracias que marcaron todavía más la vida de Luis Alfonso. El 1 de febrero de 1984, un trágico accidente de tráfico acababa con la vida de su hermano mayor, Francisco, al que estaba muy unido. El duque de Cádiz conducía el coche y los tres regresaban de esquiar de las pistas de Candanchú, en la zona pirenaica de Huesca. El automóvil chocó contra un camión al no respetar el duque un stop cerca de Corella (Navarra). En ese periodo, Carmen Martínez-Bordiú solicitó también la petición de tutela de su hijo, lo que ocasionó un duro enfrentamiento con su exmarido, que nunca perdonó que meses después del terrible accidente de su hijo se tuviera que sentar en un banquillo judicial. Dicen que Carmen jugó este papel, entre otros motivos, por temor a que alguien del entorno del duque negociara la venta de fotografías del niño en tan dramáticos momentos.

Ese mismo verano de 1984 consiguió que su hijo Luis Alfonso se fuera de vacaciones a las Islas Bahamas con ella y la familia de su entonces compañero, Jean-Marie Rosie. Todo con el fin de que olvidase la pérdida de su hermano mayor. Pero ese periodo estival le tenía reservado a Luis Alfonso ser testigo de otro duro golpe. Ocurrió un nuevo accidente, éste de navegación, en el que falleció una de las hijas gemelas del anticuario francés, de nombre Mathilda, nacida de su primer matrimonio con Barbara Hottinger



Desgraciadamente, no terminaron aquí sus sufrimientos. Cinco años más tarde, el 30 de enero de 1989, su padre, Alfonso de Borbón, moría en un accidente, no del todo esclarecido, en una pista de esquí de Beaver Creek, en el estado americano de Colorado, mientras supervisaba la competición como miembro oficial de la Federación Internacional de Esquí. Chocó inexplicablemente contra un cable extendido a la altura del cuello.

A pesar de esta nueva muerte, Luis Alfonso no cambió su residencia y se quedó a vivir en Madrid. La relación entre madre e hijo sufrió desde entonces muchos reveses. Fue una relación intermitente de amor. A la muerte de su padre, Luis Alfonso se quedó como heredero único de los derechos dinásticos de la rama de los Borbones en Francia. Los títulos de Alteza Real y duque de Touraine y de Anjou pasaron a él. Fue en 1992, al cumplir la mayoría de edad, cuando Luis Alfonso empezó a asistir como candidato al trono francés a los actos institucionales de la dinastía francesa. Pero sería durante una ceremonia simbólica de proclamación celebrada en agosto en la localidad francesa de Versalles, próxima a Paris, cuando se le otorgó el reconocimiento oficial como jefe de la Casa Real de Francia. Si algún día Luis Alfonso de Borbón accediera al trono de Francia, reinaría como Luis XX.

Luis Alfonso tuvo una educación muy exclusiva. El bisnieto de Francisco Franco y de Alfonso XIII fue “fichado” como asesor de inversiones de BSN Banif, propiedad del Grupo Santander, entidad que gestiona las grandes fortunas españolas invertidas en las denominadas Sicav (sociedades de capital variable en bolsa). Tras su salida de Banif, Luis Alfonso continuó forjándose en el área bancaria, esta vez como gestor de patrimonios y asesor financiero en la sede madrileña de un importante banco francés: BNP Paribas.

Su abuela Carmen Franco: su verdadera madre

Muy pronto, esos conocimientos sobre la gestión de patrimonios los volcó también en los negocios familiares del emporio Franco. Para él, su abuela Carmen era su segunda madre, su fiel confidente. La hija de Franco le dio todo el cariño, la ternura y la protección que le faltaban en el domicilio de París, donde su madre compartía vivienda con el anticuario Rosie. Y, desde entonces, como contrapartida nunca la dejó sola.

Así, todas las millonarias operaciones de los Franco, junto al patrimonio de su abuela Carmen Franco Polo, eran supervisadas y controladas por Luis Alfonso, un buen experto en la gestión de patrimonios. Se convirtió en su mano derecha dentro de un emporio basado fundamentalmente en el negocio inmobiliario (alquiler de viviendas y locales) y en la comercialización de parkings en la capital de España. Hasta el verano de 2006, Luis Alfonso fue el consejero delegado de estas dos sociedades, pasando a partir de esa fecha a ser su abuela Carmen Franco Polo la administradora única de ambas. ¿Por qué? ¿Le había retirado su confianza? No, pero de este modo, la matriarca tomaba posiciones ante el temor a una posible disgregación familiar ocasionada por las continuas disputas entre los hermanos y los problemas judiciales que acontecieron durante esos años. Por ejemplo, el menor de la saga, Jaime, a quien Luis Alfonso tiene un cariño especial y gratitud eterna porque fue como su hermano mayor al convivir juntos en casa de la abuela Carmen, venía de protagonizar episodios escandalosos. 

Carmen Martínez-Bordiú y Carmen Franco, en una foto de archivo. GTRES.

Por entonces, Luis Alfonso vivía de las rentas correspondientes a algunas carteras de acciones y del alquiler del chalé que tenía en Pozuelo de Alarcón (Madrid), que le dejó en herencia su padre, el duque de Cádiz. Además, tenía ingresos calculados en unos 150 millones de pesetas correspondientes a varios seguros de vida y a una indemnización que cobró a raíz del accidente de su padre. No sería hasta finales del año 2001 cuando comenzaron los primeros rumores sobre la relación del heredero a la corona francesa con una joven hacendada venezolana. 

En diciembre de 2003, la revista Hola anunciaba en portada el compromiso matrimonial de Luis Alfonso de Borbón con la joven María Margarita de Vargas Santaella. El anuncio de boda se hizo mediante una nota autorizada por los portavoces de ambas familias. Sin embargo, la familia Vargas Santaella carecía de antecedentes aristocráticos y el singular comunicado de boda, más propio de un culebrón de televisión sudamericano que de un enlace real, no dejaba lugar a dudas.

Petición de mano en el Pazo de Meirás

La primera cita importante de las dos familias, poseedoras de tanto abolengo y dinero, tuvo lugar el 9 de agosto de 2004, ocho meses después del anuncio oficial de boda de la pareja. Se trataba de la cena de petición de mano. Se celebró en la que es la residencia veraniega de los Franco desde 1938, el Pazo de Meirás, situado en el municipio coruñés de Sada. 

Gracias a su unión con María Margarita Vargas, Luis Alfonso de Borbón entraba en este mundo de opulencia y pujanza. Alcanzaba un lugar relevante en la élite económica. Y daba el gran “pelotazo” de su vida. Sólo hay que tener en cuenta que la fortuna de la familia Vargas se encuentra dentro de las cinco mayores de Venezuela y se puede valorar en varios miles de millones de euros, lo que los expertos denominan una gran herencia, amparada además por el régimen bolivariano. El suegro de Luis Alfonso es hoy uno de los hombres más afortunados de este país. Es dueño del Banco Occidental de Descuento (BOD).



El banquero Víctor José de Vargas e Irausquín, a quien en su país conocen simplemente por Víctor Vargas sin proposición ni título alguno, es licenciado en Derecho por la Universidad Católica Andrés Bello y máster en Finanzas. Preside, además del BOD, un holding empresarial llamado Compañía de Inversiones de Venezuela (CIV), que abarca amplios negocios, desde el sector seguros hasta gasolineras, pasando por el inmobiliario, con cerca de 7.000 trabajadores a su cargo. A través de esta compañía extiende sus tentáculos a toda América. Y lo hace desde sus plataformas petrolíferas, sus inmobiliarias y sus explotaciones agrarias y ganaderas. Está considerado como un auténtico tiburón de los negocios. Nacido en Caracas, y a pesar de haber sido custodio de las fortunas creadas al amparo de los gobiernos corruptos del socialista Carlos Andrés Pérez y del doctor Rafael Caldera, ha sabido multiplicar su patrimonio manejando con pulso de relojero suizo las delicadísimas relaciones con el poder establecido.

A partir de entonces, Luis Alfonso abandonó el negocio de Los Franco. Y comenzó a trabajar como asesor de relaciones externas en el banco de su suegro. Sobre todo, en lo referente a los negocios en Panamá y Estados Unidos. En sus últimos años de soltería y hasta su boda, el bisnieto de Franco había cambiado su residencia familiar de los Franco en Hermanos Bécquer por el alquiler de una casa propiedad de la embajada de Kazajistán, alejado en parte de los caprichos de su madre y de su familia. Así, no acudió en junio de 2006 a la boda de su madre Carmen Martínez-Bordiú, que se unía sentimentalmente por cuarta vez. En esta ocasión, con el deportista cántabro José Campos, catorce años menor que ella. Luis Alfonso, enfadado con la actitud infantil de su madre, no acudió a la cita. Fue la nota más significativa.

Salto a La Finca

Hoy, los duques de Anjou viven en Madrid. Primero compraron un piso de lujo en la calle Españoleto, en Madrid, en una tranquila zona cercana a Santa Engracia. Su domicilio, que constaba de más de cuatrocientos metros cuadrados, fue totalmente remodelado y decorado con muebles, cuadros y enseres de Carmen Franco, que se los cedió a los duques de Anjou, por quienes sentía predilección. Pero en 2012 dieron el salto a La Finca, la lujosa urbanización de los ricos en Pozuelo de Alarcón. La compra de la vivienda situada en el Paseo de los Lagos fue un auténtico chollo. Pagó en plena crisis por sus 3.000 metros, ocho habitaciones y siete baños, tan solo 4,5 millones de euros. Hoy su valor se estima que supera los 10 millones.

También Luis Alfonso ha visto incrementar de forma notable sus negocios en España. En el listado del Boletín Oficial de los Registros Mercantiles Españoles (BORME) continúa como administrador de la sociedad Borcorel S.L. dedicada a “la construcción, reparación y conservación de toda clase de obras”. La inmobiliaria fue constituida el 7 de julio de 2000 con 3.005 euros, situando su domicilio en la casa familiar de los Franco en la calle Hermanos Bécquer, número 8. Se desconoce si actualmente tiene actividad comercial, ya que el Registro Mercantil no tiene registrada cuentas anuales de ningún año.

Manifestación contra la exhumación de Franco del Valle el pasado domingo. Reuters

Pero en los últimos años ha ido sumando más cargos. Así, desde julio de 2011 es administrador único de International Transaction System SL, empresa dedicada la consultoría informática y domiciliada en el número 64 de la calle Hermosilla de Madrid, en pleno barrio de Salamanca. El último año que presentó cuentas en el Registro Mercantil fue el 2012, en el que reflejaba unos activos de tan solo 2.915,18 euros. Desde octubre de 2012 también figura como administrador único de la empresa Borvar Inversiones S.L., domiciliada su casa de la Finca. Es su principal empresa y sus activos están valorados a cierre del ejercicio 2016 en 9.130.657,94 euros. Su última incursión empresarial es desde enero de 2017 la sociedad Spanish Influencers 2017 S.L., de la que también es administrador único. Domiciliada en Hermosilla y registrada en el epígrafe de actividad “Consulta de aplicaciones informáticas y suministro de programas de informática”, aún no tiene cuentas registradas. Pero si denota actividad, ya que el 26 de junio de 2017 realizó una ampliación de capital elevando el mismo hasta los 30.000 euros.

Todo este movimiento de los últimos años denota que dinero hoy no le falta. Desde que se emparentó con la joven venezolana María Margarita, Luis Alfonso ha encontrado amor, fortuna y una familia estructurada en la que se ha integrado perfectamente y donde no le falta de nada. Se entremezcla el dinero y el abolengo. Pero, ahora, quizá se convierta también en el heredero del legado histórico de los Franco, cuyo ducado representará cuando su madre fallezca o se lo delegue. Es hoy la esperanza blanca o tapada de los Franco.