El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ha propuesto la suspensión cautelar de seis meses para María Jesús García Pérez, jueza de Vigilancia Penitenciaria número 3 de Lugo, tras comprobar “indiciariamente” que cobraba por echar el tarot. La pitonisa se lucraba de esta actividad como vidente incluso cuando la información trascendió públicamente.

A mediados del mes pasado, el CGPJ abrió un expediente disciplinario a la jueza por la supuesta comisión de una falta “muy grave”anunciarse como tarotista y vidente y llevar a cabo estas prácticas. La decisión de suspender a María Jesús de forma provisional se ampara en el artículo 389 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, en que aparece por escrito la incompatibilidad entre el cargo de juez o magistrado y el ejercicio de toda actividad mercantil.

La suspensión cautelar de la magistrada se ha adoptado “en vista de la gravedad de los hechos, de la naturaleza de la sanción que se le podría imponer en caso de apreciarse la comisión de la falta -que podría llegar a ser la de expulsión de la Carrera Judicial- y de la posibilidad de reiteración de la conducta”. Pero, antes de decidir sobre la propuesta de suspenderla de forma cautelar, se dará audiencia a la jueza expedientada y al Ministerio Fiscal para que hagan las alegaciones que consideren oportunas.

El proceso contra la magistrada comenzó cuando el Tribunal Superior de Xusticia de Galicia (TSXG) recibió un escrito del presidente de la Audiencia Provincial de Lugo. En este comunicaba que había tenido conocimiento de que María Jesús “de forma pública reparte octavillas publicitarias (...) anunciándose como tarotista y vidente con gran experiencia en echar las cartas de tarot”.

Al escrito se unieron varias informaciones periodísticas en las que se afirmaba que la magistrada realizaba dicha actividad. El periódico El Progreso narró la experiencia tras presentarse un periodista de incógnito en la consulta de María Jesús. La jueza pitonisa les leyó las cartas personalmente y les cobró por ello.

Pero este es solo uno de los escándalos que ha protagonizado la jueza. En 2001, se investigó su actividad en un local en Canarias, donde bailaba como stripper, pero finalmente el caso quedó cerrado al alegar que era un hobby y no cobraba por ello. Además María Jesús ha sido sancionada en otras tres ocasiones por el órgano de gobierno de los jueces. Una de ellas por irse al gimnasio demorando la puesta en libertad de un detenido, otra por fumar en la sala de vistas y una tercera por criticar la ley de violencia de género y faltar el respeto a las mujeres denunciantes.

Para todas estas sanciones, la jueza tenía una respuesta. Con respecto a la demora en la libertad del detenido, María Jesús alegó que no era de su competencia, de ahí que, a pesar de estar a su disposición, se negara a resolverlo. La magistrada sí reconoció que fumaba en la sala de vistas, pero para no perder el tiempo saliendo a la calle durante el receso.

Pero parece que la mayor locura que ha cometido esta jueza es dar “permisos muy peligrosos” a distintos reos de las tres cárceles gallegas que tiene a su cargo. A pesar de que la Junta de Tratamiento de prisiones considerara contraproducente y peligroso concederles un permiso, la magistrada hacía caso omiso a los informes y se los otorgaba. Por ejemplo, María Jesús le concedió un permiso a un preso que había descuartizado a dos personas cuando iban a cobrarle una deuda.

La magistrada, que ya fue sancionada en 1999, se enfrenta ahora a un nuevo castigo. En aquel momento, se le apartó de su cargo durante un año por desatender sus deberes de forma injustificada, lo que se considera una falta muy grave. Ahora deberá dejar su cargo durante 6 meses por lucrarse económicamente de la cartomancia.