La Policía Nacional, en un macrooperativo desplegado por las calles de La Línea de la Concepción (Cádiz), ha detenido en torno a las 23.30 horas de este miércoles a Antonio Tejón, el menor del clan de los hermanos 'Castañas'. Está considerado el mayor narcotraficante de hachís de Europa.

Tras la detención, los agentes lo han trasladado a casa de su madre para realizar un registro. Según fuentes cercanas al propio Antonio Tejón, tenía un ojo amoratado.

Antonio estaba perseguido por la Justicia desde febrero de 2017, cuando se cobijó en las calles de su ciudad natal, La Línea. Cinco meses antes, el grupo GRECO de la Costa del Sol trató de detener tanto a él como a su hermano mayor, Francisco Tejón. Ambos huyeron a Marruecos en una lancha.

Los hermanos Francisco y Antonio Tejón lideran el clan de Los castañitas.

El 5 de diciembre de 2016, Zaraida (la mujer de Antonio) y María Cruz (la esposa de Darren, hijo de Francisco) subieron a bordo de un ferry que cubría la ruta Algeciras-Ceuta. Como sobre Los Castañas huidos pesaba una orden internacional de detención, los agentes españoles avisaron a la Policía marroquí de que, muy probablemente, Zaraida y María cruzarían la frontera para reencontrarse con sus maridos. Y así fue.

Al llegar a Ceuta y abandonar el barco, a las dos mujeres les esperaban varios agentes marroquíes vestidos de paisano. Las vigilaron, cruzaron la frontera del Tarajal cerca de ellas y las siguieron por territorio marroquí.

Detención del mayor narco de Europa en La Línea de la Concepción.

Aquella operación dio sus frutos: en una cafetería de Tetuán detuvieron a 10 personas. Entre ellas, Zaraida y su marido, Antonio Tejón, que en ese momento llevaba encima un pasaporte falso; y María y su pareja, Darren Tejón (hijo de Francisco y sobrino de Antonio). Al encuentro no acudió el mayor de los dos hermanos, Isco, lo que le valió para seguir prófugo. Hoy sigue en busca y captura. Se sabe que está cobijado en Gibraltar.

Pero Antonio Tejón, que quedó preso en Marruecos, tuvo un golpe de suerte dos meses después. España disponía de 60 días para pedir su extradición. La petición llegó pasado este plazo y las autoridades marroquíes tuvieron que dejarlo en libertad, lo que él aprovechó para volver a cruzar el Estrecho en una lancha y cobijarse en La Línea, donde medio centenar de subalternos a sueldo le ha estado custodiando durante este tiempo cada vez que salía a la calle.