Se terminaron las bolsas gratis. Desde el próximo 1 de julio, los consumidores tendrán que pagar por cada envase de este tipo que reciban, aunque sean las más pequeñas y más ligeras. El Gobierno ha puesto fin a las bolsas de plástico ligeras que todavía se entregan de forma gratuita en numerosos comercios. Los motivos: que son muy dañinas desde el punto de vista ambiental por su baja reutilización y que se dispersan como basura fácilmente debido a su reducido peso.



Las bolsas de plástico se clasifican, según su peso, en tres grandes categorías: las "muy ligeras" -menos de 15 micras-, que se utilizan por lo general para productos de higiene, frescos o a granel como frutas, carne o pescado; las "ligeras" -menos de 50 micras-, que se entregan de forma gratuita en muchos comercios, y las "gruesas" -más de 50 micras-, por las que los comercios ya cobran una pequeña cantidad pero que se suelen reutilizar con frecuencia.



El Real Decreto aprobado este viernes establece que a partir del 1 de julio se cobrarán todas las bolsas, pero exceptúa las "muy ligeras" y las "gruesas" recicladas, aunque a partir de 2021 estas bolsas (las "ligeras" y las "muy ligeras") también estarán prohibidas salvo que sean compostables.

Las tiendas no podrán dar gratis las bolsas de plástico a partir del 1 julio

Una bolsa por persona cada dos días

Los españoles han progresado mucho durante las últimas décadas en lo que se refiere a las pautas de consumo y reciclaje, pero todavía usan 180 bolsas de plástico por habitante y año, lo que equivale a una bolsa por persona cada dos días. Durante los últimos años, las medidas adoptadas por las administraciones públicas y el sector de la distribución han propiciado un importante descenso del número de este tipo de envases, aunque sigue siendo muy elevado.

Entre los años 2007 y 2014 el consumo de bolsas de plástico ligeras se ha reducido a la mitad en España, al pasar de 317 bolsas por habitante y año a 144 en el año 2014 (último dato actualizado). En 2014 el sector puso en el mercado unas 62.560 toneladas de bolsas de plástico (un total de 6.730 millones de unidades) de menos de 50 micras, las más utilizadas en España y en el resto de Europa y las más contaminantes por su bajo nivel de reutilización y su fácil dispersión en el entorno.





El uso medio de este tipo de bolsas de plástico es muy reducido, ya que se limita a unos 12 minutos, un tiempo que contrasta con el que ese residuo tarda en descomponerse, que se aproxima a los 500 años.

Un negocio jugoso para los supermercados

Sin embargo, detrás de la ecología se esconde un gran negocio. Fue en 2011 cuando se comenzaran a cobrar las bolsas en nuestro país. Ahora, según cifras del sector, la venta de las bolsas puede superar los 600 millones de euros de ganancias en el sector de la distribución.

Los supermercados mayoritarios ingresan ingentes cantidades por la venta de estos productos, según se deduce de una investigación de Merca2. Desgranado por empresas, por ejemplo, grupo DIA vendió 175 millones bolsas de plástico reutilizables en 2017, a un precio de 0,05 euros cada una. De hecho, las bolsas fueron el artículo más comprado de todo el catálogo de marca propia de la cadena. Aunque esta distribuidora también vende, al igual que otras superficies, bolsas de rafia, por lo que las ganancias serán superiores.

El grupo Eroski -que incluye también la marca Caprabo- vendió el pasado año un total de 80.527.670 bolsas16.973.606 en Caprabo y 63.554.064 en Eroski. En el caso de Eroski, de esos 63 millones, 62.578.996 fueron bolsas de plástico reutilizables por las que se embolsaron 3,12 millones de euros. Caprabo, por su parte, recaudó 753.700 euros. A esta factura hay que sumar los 17,8 millones de bolsas entre las que se incluyen las de mayor tamaño, las de rafia y las solidarias que superan los siete millones de euros.

Otras firmas -como Mercadona, Carrefour, Lidl y Aldi- no quisieron hacer públicas sus cifras. En el caso de Mercadona, la empresa ya vende tres tipos de bolsa y su presidente, Juan Roig, llegó a asegurar hace años que esta iniciativa supondría un ahorro de 35 millones de euros anuales para la cadena valenciana y de 600 millones de euros a nivel estatal para todo el sector de la distribución.