La chocante historia del marroquí que descubrió que era estéril tras 35 años de matrimonio y 9 hijos está en boca de todo el mundo en Sidi Slimane, una población de más de 100.000 habitantes, donde “fue profesor hasta hace cinco años, cuando se retiró y se trasladó a su ciudad natal”, cuentan a El ESPAÑOL en la sede de Educación de esta localidad.

No se hubiera enterado jamás de su infertilidad de no ser por una analítica. Una dolencia en el testículo derecho le llevó al médico, que le derivó al urólogo. Las pruebas evidenciaron que “es estéril desde hace 50 años debido a una lesión parecida a la varicela que hasta ahora no le había causado trastornos”, según relatan fuentes cercanas al abogado del caso.

“Un shock para un hombre ya retirado de la enseñanza, ahora que podría disfrutar más de la familia en Kenitra -a 56 kilómetros de Sidi Slimane-, de donde es oriundo y a donde se trasladó a vivir una vez jubilado”, detalla una fuente de la consejería de Educación, que solicitó mantener el anonimato “porque no queremos relacionar un caso personal con la parte profesional”.

El profesor engañado

Ejerció la docencia en esta región agrícola al norte de Rabat, situada en un cruce de caminos entre Meknes y Kenitra. Desde 2009 se convirtió en la capital de una nueva provincia, Gharb Central, y este crecimiento se percibe en el trasiego que hay un lunes por la mañana en el Juzgado de Primera Instancia, donde el abogado depositó la denuncia del profesor contra su mujer por adulterio.

El denunciante confesó en el periódico marroquí Al Massae que “antes ya había tenido sospechas de infidelidad de su mujer -con la que contrajo matrimonio en 1983- pero no hasta el punto de creer que llenaría el hogar con hijos ilegítimos”.

Donde otros hubieran organizado un escándalo o, incluso, cometido alguna agresión, este hombre ha desaparecido. No solo quiere el divorcio, sino que además solicita desatenderse de la manutención de los 9 chicos registrados como sus hijos en el libro de familia, y romper con todos los lazos familiares.

Sin embargo, la que corre peligro es la presunta adultera. “Tiene el riesgo de ser asesinada por su hermano, incluso por alguno de sus hijos, para salvar el honor de la familia”, advierte el sociólogo Abdessamad Dialmy, que recibió a El ESPAÑOL en su casa de Rabat para hablar del suceso.

El drama no termina ahí. Este experto en sexualidad y religión va más allá y señala “el error del médico que le informó de la infertilidad”. Cuando él trabajaba para el ministerio de Sanidad en temas relacionados con las enfermedades de transmisión sexual recuerda que “los médicos jamás contaban a las parejas que uno de ellos había contagiado al otro por mantener relaciones extramatrimoniales”. Lo denomina “mecanismo de regularización social” porque “el médico no tiene derecho a destruir a una familia”.

Dialmy considera que “es un drama, al hombre lo ha destruido y a los 9 hijos los ha traumatizado profundamente. ¿Cómo van a ser vistos por la sociedad en un ambiente rural? -se pregunta-“. Sostiene que “van a escuchar rumores e insultos toda la vida, y el peor insulto que puede recibir un marroquí es eres hijo de la fornicación” -término del Corán para referirse a las relaciones fuera del matrimonio-.

Dos años de prisión por adulterio

“¿Qué piensa usted del adulterio?”, pregunta el taxista cuando sabe que está llevando a una periodista desde la estación de tren al Tribunal para conocer más sobre el caso y hablar con los juristas. En esa conversación el chófer confiesa, “yo estuve con muchas mujeres, pero desde hace cuatro años me casé con mi esposa sin conocerla antes. Vamos, un matrimonio tradicional, pero estoy muy contento y no me divorciaría”. Como musulmán, le parece bien que la esposa del profesor pague por tener relaciones fuera del matrimonio porque es “haram”, pecado. Recuerda como el Corán menciona el contrato del matrimonio (nikah) con el término “ihsan”, que significa fortaleza.

Estación de tren de Sidi Slimane

Las relaciones fuera del matrimonio no solo están mal vistas en el Corán sino que se castigan por ley. El adulterio continúa siendo un delito en Marruecos recogido en su Código Penal. El artículo 491 contempla de uno a dos años de prisión, tanto para el hombre como para la mujer, siempre que haya una denuncia del cónyuge. En el supuesto de que se retire la denuncia, el caso se archiva; pero en esta ocasión sigue en curso.

El abogado presentó los informes periciales médicos que demuestran que su cliente es estéril, pero necesitaría a cuatro testigos para acusar a la mujer de adulterio si ella lo niega, si nos ajustáramos a la 'sharia' o ley islámica. Lo que sí está claro es que la esposa y madre de 9 hijos no cumplirá condena porque el más pequeño de ellos tiene más de 4 años y el delito habría prescito. Además el denunciante tiene que presentar “otro peritaje para que el juez sepa si la esterilidad diagnosticada es crónica o temporal”, detalla un letrado.

El sociólogo explica

Dialmy denuncia que “en la ley no se utilizan las mismas palabras ni los mismos castigos que en el Corán, pero protege la misma moral patriarcal que el islam”. Este profesor fue la primera persona en Marruecos en pedir en 2007 la derogación de los tres artículos del Código Penal que castigan diferentes tipos de relaciones sexuales.

La ciudad de Sidi Slimane tiene más de 100.000 habitantes

Para asociaciones de derechos humanos, como el Movimiento por las Libertades Individuales (MALI), que también está en contra de estos artículos, estas leyes son una manera de imponer el matrimonio religioso.

Uno de los objetivos del matrimonio en el islam es tener descendencia. Algunas mujeres en el centro de la población de Sidi Slimane comentan que “si después de un año de la boda no le das un hijo a tu marido, te puede repudiar o casarse con una segunda mujer”. Por eso apuntan la posibilidad de que “al ver que los hijos no venían, esta mujer buscó la manera de darle descendencia a su esposo”. No lo ve igual el letrado Yassine de Kenitra, que habló para EL ESPAÑOL en el Tribunal de Primera Instancia, “hoy en día, puedes comentarlo con la pareja y buscar soluciones conjuntas para tener familia”.

Otras historias similares

La historia está suscitando revuelo social pero otras similares le precedieron. La prensa local del norte de Marruecos se hizo eco hace varios años de un taxista que volvió una noche a su casa con un menor que encontró en la calle para darle cobijo, pero su esposa se negó y le acusó de haberlo tenido con otra mujer. Así que el hombre decidió hacerse las pruebas de paternidad y descubrió que era estéril. “Sin embargo, el matrimonio tenía tres hijos”, recuerda un periodista de la región de Tánger-Tetuán que siguió el caso en aquella época. Se descubrió que los vástagos eran fruto de la relación de la esposa con un amante.

Y no todos los casos de adulterio han terminado bien. Uno de los más sonados en Marruecos es el de la empresaria marroquí Hind El Achabi. Esta madre de dos hijos lleva encerrada desde hace más de un año en la cárcel de Salé, ciudad limítrofe con Rabat, acusada de adulterio por su ex marido, un diplomático kuwaití. Su pareja también cumplió condena, pero a los siete meses quedó en libertad. Hay varias campañas de derechos humanos en marcha para solicitar su liberación.

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