Bienvenido L. B., al que sus vecinos en Arcos de la Frontera (Cádiz) conocían como el Campito, murió el pasado domingo tras ser corneado en el encierro del Toro del Aleluya por un astado de 510 kilos. El animal, llamado Trampero, pertenecía a la ganadería Núñez del Cubillo.

El Toro del Aleluya se celebra ininterrumpidamente desde hace 144 años. Bienvenido L. B. es la segunda víctima de una festividad cuyo origen procede del siglo XIX y que cada Domingo de Resurrección pone fin a la Semana Santa de Arcos, un pueblo de la serranía gaditana.

La primera muerte se produjo en 1983, tras más de un siglo de encierros. Un toro mató a Antonio García García, de 35 años, casado y con cuatro hijos. Perdió la vida al ser corneado en la cabeza.

Justo 35 años después, Bienvenido el Campito unió su nombre a la corta pero luctuosa lista. En un lance del encierro, que duró una hora, Trampero dio un giro inesperado, corneó a el Campito, le perforó los dos pulmones, el gemelo de una pierna y le provocó un derrame interno. Perdió la vida poco después en el hospital de Jerez de la Frontera, a 35 kilómetros de Arcos.

Bienvenido L. B. tenía 46 años, se encontraba sin empleo, no estaba casado, tenía cuatro hermanos y vivía junto a su madre en la localidad que lo vio nacer. Durante los últimos años, para ganarse algún dinero el Campito aparcaba coches de turistas por el centro de Arcos y luego les explicaba la historia de las iglesias y los monumentos históricos de la localidad, de 31.100 habitantes.

Aunque el fallecido no era un corredor experimentado y preparado al estilo de los aficionados a los Bous al Carrer de la Comunidad Valenciana, quienes se preparan físicamente y van de pueblo en pueblo a los encierros de toros, Bienvenido L. B. salía cada año a las calles de Arcos para hacer quiebros y recortes a los astados.

Fallece un hombre corneado por un toro en Arcos de la Frontera

“Aquí hay mucha afición a ese día. Como coincide con el final de la Semana Santa, vienen turistas y gente de todos los pueblos de alrededor a ver el Toro del Aleluya -dice Juan, quien conocía al fallecido desde adolescente-. Como a muchos vecinos de Arcos, a el Campito le gustaba salir durante el encierro. Cada año corría, pero experto experto… no era. Aquí salimos cada año y nos olvidamos de toros hasta el siguiente. Quizás sea una insensatez pero es una tradición muy nuestra”.

‘Trampero’, ejecutado

El toro Trampero también hirió a otro corredor al que se le trasladó al hospital comarcal de Villamartín, una localidad vecina de Arcos a 22 kilómetros de distancia por carretera. Su vida no corre peligro. Tras la suelta del primer toro, la fiesta continuó con el encierro de un segundo astado, Tirado, de 525 kilos y de la ganadería Montes de Oca.

Como marca la normativa de los encierros en Andalucía, a Trampero se le ejecutó tras provocar la muerte de Bienvenido L. B.. Se trataba de un toro bravo seleccionado expresamente para el encierro del Domingo de Resurrección de Arcos. “Nunca antes” había corrido por las calles de una localidad en el marco de una fiesta popular, explican fuentes oficiales del Consistorio arcense.

A diferencia de los Bous Carrer del Levante español, Trampero no era un toro con experiencia en encierros populares. Otro astado, Ratón, se convirtió en un reclamo por su picardía y su experiencia para los pueblos valencianos que durante los veranos celebraban sueltas de toros con motivo de sus fiestas patronales. Ratón murió el 26 de marzo de 2013. En sus 13 años de vida mató a dos personas y participó en un centenar de encierros.

El alcalde de Arcos, el socialista Isidoro Gambín, decretó día de luto en la localidad para este martes. Su gobierno no tiene intención de cancelar el Toro del Aleluya, cuyo primer encierro se produjo en 1874. A última hora de este lunes ningún partido de la oposición había solicitado acabar con esta tradición local tras la muerte de Bienvenido el Campito.

Además de Arcos, otros pueblos de la provincia de Cádiz celebraron festividades similares. Paterna de Rivera festejó su tradicional Toro del Aleluya, mientras que Los Barrios y Vejer de la Frontera soltaron un toro embolao (con bolas de fuego en los cuernos) y Benamahoma un astado con cuerda.