Dos apellidos, uno alemán, Loewe y otro artístico, “Visor”, han celebrado esta semana 30 años de noviazgo. Se gastaron una pasta para el “bodorrio” y todos fuimos a convidarnos, los de la moda y los de la cultura. El convite tuvo lugar en el Palace, ya en solitario frente a un Hotel Ritz cerrado por reformas para convertirse en el Hotel Mandarín Madrid, el pasado miércoles.

Enrique Loewe, cuarta generación de la familia, impulsó el premio de poesía que lleva su apellido en 1988 con el objeto de dar visibilidad a una de las artes peor tratadas. Muy elegante, con esa ternura que transmiten los grandullones, recibió a los invitados Don Enrique Loewe, bastón en mano, orgulloso de su hija Sheila Loewe, Presidenta de la Fundación, y del resto de la familia, que se encontraba entre los asistentes. ¿Cuánto han debido sacrificarse esas mujeres durante tantos y tantos viajes de Don Enrique en la conquista de otros mercados? Que gran lección verlos a todos unidos, en defensa del legado familiar, satisfechos de ver cómo la poesía es el mejor ungüento, que cura el dolor de huesos que la humedad provoca.

El jurado del premio reunido para deliberar en 1989

El premio, el más importante de poesía en lengua castellana, lo ganó la socióloga argentina Luciana Reif (28) por su libro Un hogar fuera de mí, que muy nerviosa nos leyó con su acento porteño su excelente poema Hombres como mi padre y se embolsó los 25.000 euros de galardón. El ibicenco Ben Clark (34) @benclark84), poeta y traductor, también vio su libro La policía celeste editado y premiado. Suya es la frase: “Un poema es solo un texto con superpoderes”. Fantástica. Clark tenía solo cuatro años cuando el primer jurado del galardón se reunió a deliberar.

De los libros ganadores recomendar que los lean, que leer poesía es como escuchar una canción en la que usted lector es el que compone la música

En los corrillos, que no sólo van a hacer corrillos los políticos, supimos que el publicista Jesús Cano (@thingsofcano) cumple 50 y se marcha a Nueva York y parte de su autorregalo es apagar el whatsapp. Como todos anda a la caza de reserva en 11 Madison Park de Daniel Humm, premiado por la revista TAPAS con el premio Chef Of The Year 2017 que la próxima semana le entrega Ferrán Adriá en Madrid. Que Laura Ponte (45 @iamlauraponte) lee las revistas en el Cabify, pero que no se las acaba en los trayectos y cuando quiere volver para acabar el artículo la revista ya no está. Que Marta Robles (54) (@martaroblesg) y Sánchez Dragó (81) comparten conxuro para que el tiempo les trate bien. Que Luis Antonio de Villena (66) ha recopilado lo mejor de estas tres décadas en un libro titulado Mareas del Mar (422 pag), y que en la portada se rinde culto a mi ola favorita, la de Kanagawa. Que la Fundación ha producido un documental, Poesía eres tú (Gustavo Adolfo Becquer), con el equipo de Dadá films.

En mi mesa, la 3, charlé de añoranzas con Ana García-Siñeriz (@lasigne). De la añoranza de Formentera, -“con estas tormentas hay que pensar cuando ir porque si suspenden el ferry que te cruza al puerto de La Savina te quedas a dormir en Ibiza- y de la añoranza del columnismo. Me gustaba leer a Siñeriz en El País, creo que la tensión de la columna sacaba de ella puntos de vista inesperados. A su lado el escritor y director Vicente Molina Foix (71), que reparte su tiempo entre Madrid y un pequeño pueblo al sur de Casablanca en el que se recoge para escribir. “¿Mi método? Claro que no me importa decirlo. Escribo mañana y tarde. Por la mañana sólo si he dormido bien; si no, no puedo. Y entre medias paseo por la enorme playa atlántica mientras imagino nuevas ideas para los libros”.

En la mesa de al lado Antonio Lucas (42) y Carlos del Amor (@cdelamor_), con Joana Bonet arropando los ojillos achinados del editor Chus Visor (Jesús García Sánchez), atlético furibundo.

Chus es uno de los hombres de los libros más queridos del universo “print”. Sin la determinación de Chus, y su librería –¡dejen de leer este artículo ipso facto y vayan a visitarla!- el premio lo hubiera pasado mal. Y tantas otras cosas. Si los libros amarillos y los grises de Jorge Herralde son pilar de nuestra formación cultural y democrática, las tapas negras de la colección de poesía Visor son nuestro cancionero.

Conviene aclarar que una cosa es la Fundación Loewe y otra Loewe como marca, propiedad de LVMH. Bernard Arnault (76.300 millones Forbes dixit esta semana), el hombre más rico de Europa este año, responsable de haber reemplazado a nuestro Amancio. Los dos apuestan por los libros. En su último desfile de París halagaron a los asistentes con una edición especial de El Quijote, entre otros. La edición ha sido utilizada como una de las imágenes de la campaña fotografiada por Steven Meisel (64).

Hace unos días Enrique Loewe, Presidente de Honor del Circulo Fortuny, que acaba de incorporar a Lourdes Garzón a su equipo, le ha pedido a la RAE que cambie la definición de lujo. Las tres que hay son de otro tiempo: “Demasía en el adorno, en la pompa y en el regalo"; "abundancia de cosas no necesarias"; y "todo aquello que supera los medios normales de alguien para conseguirlo". Razones no faltan. Ahora paciencia, la RAE se mueve despacio.

Se llenan los pantanos y la poesía gana visibilidad. Buenos tiempos para el género. La poesía es un bolso cargado de futuro. Disculpen la impertinencia. “La poesía es un arma cargada de futuro” (1955. Cantos iberos), así fue escrito el poema por Gabriel Celaya (1911-1991). Leanlo, es un libro pequeño, les cabe en el bolso.