Parecían ciudadanos al uso, como todos aquellos que, cada día, acuden a la Agencia Tributaria de Santiago para hacer alguna gestión. De repente, empezaron a registrar el despacho del jefe de informática. Los funcionarios, "conmocionados". Para más inri, al cabo de un rato los que resultan ser policías de paisano se llevan detenido a J.C.R.S, el responsable de los ordenadores.

En un abrir y cerrar de ojos, el jefe de programación se ha convertido en un presunto delincuente. ¿Por qué? Una vez terminó la Policía el operativo, la mujer del detenido, también trabajadora de esta oficina desde hace diez años -cuando pidió su traslado desde Madrid- se borra del mapa. No asiste a su puesto de trabajo. ¿De qué se acusa a J.C.R.S?

Suplantación de identidad

Según las primeras pesquisas, el jefe informático de la Hacienda compostelana se habría valido de sus privilegios de acceso al sistema para suplantar la identidad de un compañero y solicitar créditos rápidos a una financiera. Estas concesiones, en muchos casos, sólo requieren un DNI, una nómina y un número de cuenta para adquirir el préstamo. Este funcionario podría haber recabado los datos de su compañero a través de la Intranet para hacerse con su particular botín. En un futuro, cuando la entidad financiera reclamara, el susto se lo llevaría su compañero.

Las artimañas de este empleado público son, según un subinspector de Hacienda consultado por EL ESPAÑOL, "prácticamente imposibles" para un trabajador al uso. Estas sedes se rigen por un programa interno llamado "Controla". Cada vez que un funcionario desea acceder a un expediente o a un documento debe indicar obligatoriamente "el motivo". En resumidas cuentas: si hace algo que no debe, su superior recibe un aviso automático que le notifica lo sucedido.

Una trampa solo a su alcance

Estos avisos y notificaciones están al alcance de los responsables informáticos, un cuerpo independiente de los funcionarios de Hacienda, que se "rigen por otra jerarquía". "Alguna vez incluso es el jefe de informática el que te puede pedir explicaciones si ve algo raro", relata este subinspector.

Sin ir más lejos, desliza este ejemplo: "Un compañero se confundió y abrió un expediente que no debía. Al poco tiempo, le llamaron de informática y le pidieron que justificara el acceso. A partir de ahí, uno debe rellenar un informe y, si no es muy convincente, tendrá que dar más explicaciones".

La investigación, en curso

En este contexto, J.C.R.S actuaba sabiéndose libre de tener que dar explicaciones y con patente de corso para moldear el sistema a su antojo. Así solicitaba estos créditos de financiación rápida. Además, fuentes de la investigación consultadas por La Opinión de A Coruña reconocen que este jefe informático podría haber empleado el mismo método para cometer otro tipo de ilegalidades.

¿Para qué usaba el dinero este empleado público? ¿Con qué cantidad se hizo?, son algunas de los interrogantes que trata de desgranar la unidad de delitos económicos a la que se adscribe el caso.

El ambiente en la Agencia Tributaria compostelana tras la detención fue de "sorpresa". Al parecer, los movimientos de este jefe informático habían sido lo suficientemente sibilinos como para que sus compañeros ni siquiera sospecharan.

"Tal y como está configurado el sistema, sólo un responsable informático puede perpetrar algo así", zanjan las fuentes de Hacienda consultadas por este periódico.

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