“Dentro de dos días, mi cara va a estar en todos los periódicos del mundo. Entonces se termina el suspense”. Pasan de las diez de la noche del 18 de octubre de 2016. Patrick Nogueira Gouveia, el descuartizador de Pioz, se encuentra en un avión que sale de su ciudad natal, Joao Pessoa, la más oriental de todo Brasil, en dirección a Madrid. Así se expresa, henchido y soberbio, en el último de sus mensajes antes de entregarse al día siguiente a la policía española. Parece no importarle la gravedad de sus crímenes.

Ese y otros mensajes se los escribe a su novia de Brasil, Ester, con la que lleva hablando varias horas en esa jornada y en otras anteriores. El asesino confeso de la pequeña localidad de Guadalajara regresa a España un mes después de fugarse tras perpetrar el horrible crimen que consternó a toda España en septiembre de 2016.

Uno de los contenidos que todavía no se habían conseguido conocer eran los mensajes de su Iphone, uno de los teléfonos que el asesino tenía y que dejó en Brasil. La prueba no ha podido desvelarse hasta ahora, cuando EL ESPAÑOL revela en exclusiva los mensajes inéditos de Nogueira. Las conversaciones pertenecen a un extenso análisis realizado por la Guardia Civil acerca del teléfono del asesino y que resultarán claves en el juicio.

Los whatsapps salen a la luz semanas antes de que comience el juicio por el cuádruple asesinato en el que acabó con sus tíos, Marcos y Janaína, y sus dos primos pequeños, los hijos de estos, una niña y un niño que apenas contaban 1 y 4 años. Sucedió el 17 de agosto de 2016. Patrick los fue acuchillando uno por uno y luego descuartizó los cuerpos, abandonándolos en bolsas que depositó en el salón de la casa en la que vivían, el chalet 594 de la urbanización la Arboleda, en Pioz, Guadalajara.

El juicio al descuartizador de Pioz se celebrará esta primavera. Patrick podría ser el segundo condenado de la historia a la pena de prisión permanente revisable. A falta de conocerse el escrito del fiscal, las defensas exigen esa pena debida la gravedad de los hechos ocurridos hace ya año y medio. Como podrá comprobar el lector, Patrick se pasa los días previos a su detención hablando de sí mismo con Ester, su novia en Brasil, quien tan solo quiere una cosa: que Patrick salga lo más pronto posible de la cárcel. Serán una prueba fundamental para refutar a sus abogados, quienes tratarán de alegar que el asesino es, en realidad, un enajenado mental.

Así fue el último día en libertad del asesino del macabro crimen de Pioz según los mensajes inéditos de su teléfono.

“No eres malo, mi amor”

Patrick podría ser el segundo condenado de la historia a prisión permanente revisable. Fue el primer criminal al que se le pidió esa condena.

La conversación con Ester, su novia, comienza a las 14:47 de la tarde del día 18 de octubre de 2016, 24 horas antes de que se entregue a los agentes de la Guardia Civil. Le estarán esperando en el aeropuerto de Barajas. Él se monta en el avión. Ya solo queda ver cómo se consumen las horas. En esa conversación, Patrick ve con buenos ojos la posibilidad de cumplir al condena en España. Leamos un fragmento.

-Ester: Eres una gran parte de mí.

-Patrick: Sí.

-P: Pero no creo que sea algo para llevar para siempre.

-P: Porque otra parte de mí es la violencia. Tu estás allí, compitiendo con ella.

-E: Pero mi fe es más grande. No eres malo mi amor.

-P: Lo sé. Voy a tener derecho a la ciudadanía europea. Te la dan con cinco años de residencia.

-E: ¿Te la dan? ¿Aunque estés en la cárcel?

-P: Sí. Y voy a sacar una carrera y trabajar ahí.

-E: Me prometes.

-P: ¿Qué?

-E: Que cuando salgas, ¿vas a venir a buscarme?

-P: Hahaha. ¿Tú no piensas en casarte? ¿Tener hijos? Voy a intentar salir cuanto antes. Pero no sé cuánto tiempo estaré.

-E: Creo que no vas a pasar 25 años.

La conversación continúa. En los días anteriores, su nombre ya está en todos los periódicos, en todas las televisiones y en todas las radios brasileñas y españolas. El crimen tiene horrorizados a ambos países. Él lo sigue negando todo a su familia. En una conversación con su hermana Hanna, ella le recrimina: “Es obvio que hay tu ADN en las ropas”. “La prensa dice lo que le da la gana”, contesta él.

Con ellos lo niega todo hasta que, días después, con la avalancha de informaciones, le resulta imposible ocultar la evidencia: que aquel 17 de agosto salió de su casa para matar a cuatro personas. Que se puso unas zapatillas cómodas y ropa de deporte. Que dejó sus huellas en la casa. Que entró con unas pizzas y se quedó comiendo con su tía Janaína hasta que encontró la ocasión de atacarla. Que en ese momento sacó el cuchillo suizo que llevaba en la mochila para perpetrar el crimen. Que luego asesinó a sus primos. Y que esperó a que Marcos volviera del trabajo, horas después. Que lo recibió en el porche de la casa. Que lo acabó matando a él también.

Patrick, el descuartizador de Pioz, en una imagen antigua.

Todas esas cartas están ya sobre la mesa cuando Patrick conversa con su novia sobre si va a pasar o no 25 años en prisión.

-P: Yo también creo que no.

-P: Aún no sé qué va a pasar. Puede que salga dentro de 5 años. Pero también puedo pasar 15. Va a depender de lo que dicte el Tribunal

-E: No estoy pidiéndote nada, mi amor

-P: Y cómo va a ser allí dentro. Si va todo bien, puedo formarme allí.

-E: Para de hablar como si entre nosotros no hubiese nada. Como si yo pudiera vivir eso con otra persona. Porque no va a ser lo mismo con los demás.

-E: Yo puedo hacer una carrera allí dentro. ¿Cómo así?

P: Eso es serio. Se puede estudiar a distancia en la cárcel.

E: ¡Qué bien!

P: Pero si me matan allí no voy a poder terminar la carrera.

“Es otra aventura de mi vida. Yo sigo mis instintos”

Tres horas después, en la madrugada del 11 de octubre, Patrick ya sabe a dónde irá cuando se entregue. Será en Barajas. Durante el viaje, para hacer tiempo, vuelve a coger el teléfono para hablar con Ester.

En esta ocasión, su conversación se centra en la naturaleza más profunda de asesino. En el por qué último de sus barrabasadas. Las que él mismo admite y de las que se vanagloria. Por eso se toma con un cínico y monstruoso optimismo el hecho de entregarse para acabar en la cárcel. 

-P: Es otra aventura de mi vida.

-E: Eres mejor que eso.

-P:Yo nací para eso.

-E: No naciste para eso. Tu crees que sí.

-P: Jajaja. Vale, de acuerdo.

-E: Naciste para matar. Eso no es una película. Es la vida real. No se puede solucionar las cosas con bromas.

-P: Jajaja ¿Tú me estás diciendo eso? Yo sigo mis instintos.

-E: Porque parece que no lo sabes. ¿Realmente crees que naciste para eso?

-P: No exactamente para eso.

-E: Por favor.

Patrick le muestra su colgante a su cómplice Martin, la segunda persona que fue investigada por el crimen de Pioz.

-P: Pero yo hago lo que mi cuerpo me pide. Perdona si soy extremadamente impulsivo. Perdona si solo soy un mono.

-E: Si no sientes placer con el resultado, ¿qué te lleva a hacer eso?

-E: Perdona no.

-P: Eso se llama expectativa sobre la fantasía. Si el resultado no te da placer, ese es otro problema.

(...)

-P: ¿Qué opinas? Sobre lo que la gente ahí piense. Que voy a hacerte daño. Yo sé que no y si tu pensases que sí, no habrías venido. ¿Ya ha pasado por tu cabeza algo así?

-E: No.

-P: ¿Crees que yo podría hacerte daño?

-E: Nunca.

-E: ¿Ya tuviste ganas de matarme? De verme llena de sangre.

-P: Aunque parezca, no. Lo que tengo, a veces, es un poco de rabia de ti. No es rabia. Me irrito un poco, pero luego se pasa. Cosa de 5 minutos.

Tras dos horas en silencio, el teléfono de Ester no deja de vibrar. Es Patrick de nuevo, reclamando su atención. “Solo pienso en lo mismo. Desde niño. Mientras el psicólogo estaba aquí. Yo solo pensaba en eso. Lo que me lleva a querer tanto unas cosas. Él cree (el psicólogo) que yo soy así. Porque nunca hubo ningún otro mundo para mí. Por el hecho que yo me sienta tan cómodo con la violencia”.

"Soy así desde pequeño. Yo nací para la violencia"

El matrimonio brasileño descuartizado en Pioz (Guadalajara).

Patrick no se muestra preocupado por el hecho de pasar años y años entre rejas. Por mí, no hay problemas por pasar toda la vida en la cárcel. Porque no tengo hijos”. El joven tenía en aquel entonces 19 años. Ahora tiene 21. Llevaba toda la vida leyendo libro relacionados con el oscurantismo, con la perversión, con asesinos macabros. Antes de bajar del avión, el joven le dice a su novia que cuando llegue detenido a España se va a parar a contemplar el espectáculo: “Detenido. Esposado. La gente filmando”.

-E: Intenta ser una buena persona allí dentro.

-P: Lo seré. Pero la gente tendrá que poner de su parte.

-E: Haz lo que puedas para salir cuanto antes.

-P: Si algún hijo de puta me dice que quiere matarme por la noche, yo le mataré antes. No acepto que hagan esas cosas conmigo. Si nadie me hace esas dos cosas…

-E: Vale

-P:… Yo voy a ser un niño tranquilo. Voy a estudiar. Leer libros.

-E: Pero haz lo que puedas para salir cuanto antes. Hazlo.

Mayka Navarro contó en La Vanguardia que Patrick fue el último en abandonar el avión que le trajo de vuelta a España. Iba esposado, ocultando sus ojos detrás de unas gafas de sol. Custodiado por dos guardias civiles. Patrick Nogueira Gouveia aterrizó en Madrid, como lo hizo en abril del año pasado, completamente solo y con una bolsa de ropa pequeña.

Días antes, mandó a su novia un mensaje definitivo. Con ello, el asesino confeso quedaba definido por sí mismo. Ester, este es un camino sin retorno. Mi tumba está cavada desde niño. Soy así desde pequeño. Ya no me importa nada de eso. Yo nací para la violencia”.

Noticias relacionadas